Las últimas revelaciones periodísticas sobre el ex comisario Villarejo complican su situación procesal por su perfil incendiario. A petición de Ferrari, se ha iniciado una investigación interna por parte de ACEA, la patronal europea de fabricantes, para recopilar pruebas sobre la presunta relación entre Villarejo y los incendios sufridos por sus coches.

Rápidamente se logró la adhesión de BMW por lo de sus motores diésel, Tesla por los Model S que salieron ardiendo en extrañas circunstancias, Toyota por lo de sus híbridos, Ford por lo de sus pick-up, Hyundai y Kia por otro asunto, etc. Los fabricantes sospechan que la mano del ex policía puede explicar esos incendios, que previamente han sido achacados a errores de industrialización y empleados que en su día la “liaron parda”.

El montante de la demanda puede ser importante, ya que el coste de estos incendios ha sido altísimo para la industria del automóvil entre llamadas a revisión, indemnizaciones a propietarios, multas y sanciones de las autoridades competentes y, evidentemente, la mala publicidad cosechada. “Se va a cagar”, declaró un portavoz de ACEA para espíritu RACER. “Si prendió fuego a un edificio, ¿por qué no a nuestros coches?”, añadió, después de enterarse que lo del incendio del Edificio Windsor no fue la antorcha olímpica al estilo español para favorecer la candidatura de Madrid a los JJOO de 2012.

Hemos tenido conocimiento de unas declaraciones del ex comisario Villarejo desde la prisión de Soto del Real: “Rechazo frontalmente las acusaciones de los fabricantes de coches. ¿Qué será lo próximo, acusarme de la crisis de los diésel?”, zanjó.

Los abogados de Villarejo no han hecho declaraciones más allá de desvincular a su cliente de estos desafortunados eventos de alta temperatura: “Nuestro cliente tenía otras cosas que hacer que ir persiguiendo con una caja de cerillas a todo el que tuviese esos coches, ni que cierto banquero se hubiese dejado documentación comprometida en la guantera de uno solo de ellos.”

NOTA: lo que acabas de leer es una noticia ficticia, total o parcialmente, únicamente con propósitos humorísticos. espíritu RACER se ampara en la figura legal del animus iocandi, es simplemente humor, chanza y coña. Cualquier persona nombrada, hecho o situación que coincida con la realidad es pura coincidencia.