El BMW Serie 5 se actualiza y se “copia” de su hermano mayor, el BMW Serie 7, para afrontar la última etapa de su vida comercial. La séptima generación del modelo alemán apareció en 2017 dando un gran salto respecto a la edición anterior y con esta puesta al día busca no solo mantener su estatus en la categoría, si no subir un escalón más y acercarse al mencionado Serie 7. No pierde ni un ápice de su carácter típicamente BMW, pero cambia lo suficiente como para reconocer a simple vista.

La compañía bávara lleva tiempo dando la impresión de estar cambiándose los papeles con Mercedes. Mientras los de la estrella lanzaban modelos más agresivos estéticamente y con versiones deportivas muy cañeras, BMW parecía irse al lado burgués y elegante, tanto en su diseño exterior como en el interior. Una dura batalla la que han llevado estos dos fabricantes y que continuará durante los años que siga existiendo ambas compañías.

No obstante, el restyling del BMW Serie 5 parece volver a su orígenes, al sedán de perfil estilizado y deportivo, con una mirada más agresiva aunque sin perder la elegancia que se presupone a un coche de este segmento del mercado. La imagen es importante para los usuarios de estos coches y no se puede dejar nada al azar. Tampoco se puede prescindir de las nuevas tecnologías como la hibridación, sobre todo siendo BMW una de las marcas que más está apostando por la electrificación de sus modelos.

Retoques en el exterior y mínimos cambios en el interior

La nueva línea de diseño que está presentando BMW se ha ganado algunas críticas por su enorme calandra. Desde que el BMW Serie 7 se presentó con sus gigantescos riñones, los memes no se hicieron esperar y los comentarios desde foros y redes sociales aparecieron desde el primer día y por lo general, siempre en contra. El caso es que el BMW Serie 7 actual está siendo una de las ediciones que mejor acogida está teniendo dando al razón a la marca en su implantación. Sin embargo, el resto de líneas que presentan los BMW son mucho más equilibradas y dinámicas, 100 % “marca de la casa”.

El BMW Serie 5 no presentaba una calandra tan grande, aunque sí recibió algunos rasgos en su frontal que le hicieron perder algo de garra. Un apartado que se ve renovado con este restyling, adoptando unos faros más delgados, con una nueva firma lumínica LED y un paragolpes con nuevas formas tanto en las versiones normales como en las equipadas con el paquete M. Estos paragolpes se asemejan mucho a los ya vistos en las diferentes versiones del BMW Serie 3, al igual que la firma lumínica.

Visto de perfil no parece cambiar nada, con una línea de cintura casi paralela al suelo, un nervio fuertemente marcado a la altura de los tiradores que ya estaba presente antes del restyling, pero que gracias a los nuevos colores se aprecia algo más. Si hay cambios en los pilotos, aunque no es su forma sino en su interior, donde la estructura lumínica es nueva y de tipo 3D. La zona trasera también permitirá reconocer esta puesta a punto gracias a los terminales de escape, que pasan a ser trapezoidales en todas las versiones.

Este restyling se estrena al mismo tiempo para la carrocería familiar y para el sedán, que comparten como cabe esperar todos los cambios. También comparten los nuevos colores y los nuevos diseños de llantas, que van de las 18 a las 20 pulgadas, destacando un nuevo diseño aerodinámico llamado ·BMW Individual Air Performance” que están disponibles con 20 pulgadas de diámetro.

Donde hay menos cambios es en su habitáculo, que se centran en una nueva disposición de botones tanto en la consola central como en el volante. Por el momento sigue contando con mandos físicos, la fiebre de las pantallas y superficies táctiles no ha llegado todavía, pero seguro que la octava generación del Serie 5 será un dispendio digital. Aún así, el Serie 5 cuenta con una pantalla de 12,3 pulgadas, que ya resulta grande de por sí.

Nuevos motores con tecnología eDrive híbrida enchufable

Le electrificación es el futuro, no paran de decírnoslo y también de demostrarlo con continuos lanzamientos electrificados. BMW es un fabricante que apuesta fuerte por esta tendencia y ya anunció en su momento que reducirá sus motores de combustión en un 50 %. A cambio, pondrá en circulación nuevos grupos propulsores hibridados que llegarán en otoño de 2020. Serán los BMW 530e y BMW 545e.

El BMW 530e contará con un grupo propulsor compuesto por el cuatro cilindros de gasolina con 184 CV, unido a un grupo eléctrico con un motor de 109 CV y unas baterías que permiten recorrer entre 57 y 67 kilómetros en modo eléctrico puro. En conjunto rinde 292 CV y 420 Nm de par, permite acelerar desde parado hasta los 100 km/h en 5,9, alcanzar los 140 km/h con el motor eléctrico y llegar a los 235 km/h como máximo. Estará disponible con tracción total o propulsión.

Respecto al BMW 545e, recurre al seis en línea de 286 CV, pero asistido por el mismo grupo motor eléctrico del 530e. En este caso la autonomía eléctrica es de 57 kilómetros y la velocidad máxima en eléctrico es idéntica, con 140 km/h, pero la potencia llega a los 394 CV y el par a los 600 Nm. Solo se puede optar a esta versión con tracción total.

Por otro lado, todos los motores a excepción del BMW M550i xDrive, adoptan un sistema de hibridación suave de 48 voltios, con el que reciben la etiqueta ECO de la Dirección General de Tráfico. El grupo eléctrico consiste en un motor-generador y una batería de pequeñas dimensiones. Entrega hasta 11 CV ocasionalmente y también mejora el sistema de “marcha por inercia”, haciendo más suave la transición entre marcha por inercia y uso del motor de combustión.

Retoques en el chasis y nuevas funciones de asistencia a la conducción

Todo el que ha conducido un BMW sabe que destacan por su tacto en carretera y por la forma en la que su chasis trabaja en general, es algo inherente a la marca que nunca ha dejado de lado su talante deportivo. Aunque eso no quiere decir que no se pueda mejorar un poco más, como ocurre con este restyling del BMW Serie 5. Los ingenieros han retocado las suspensiones para incrementar la agilidad del modelo y el dinamismo.

La suspensión M sport, la suspensión adaptativa y la suspensión adaptativa M Sport con estabilización de balanceo, siguen estando en la lista de opciones, al igual que la dirección activa y los frenos M Sport con pinzas de color rojo.

El equipamiento de asistentes a la conducción también recibe las atenciones de los ingenieros. Ahora, el asistente de aparcamiento se amplía con el añadido del asistente de marcha atrás, que toma el control de la dirección mientras retrocede los últimos 50 metros recorridos. Novedad es el sistema “Drive Recorder”, un equipo de grabación que permite capturar y guardar vídeos de lo que hay alrededor del vehículo.

Al mismo tiempo estrena una nueva visualización 3D del área circundante en la instrumentación, permitiendo una visión general más amplia de la situación general del tráfico, el estado de los sistemas de asistencia a la conducción y las posibles medidas de acción que ofrecen. El BMW Live Cockpit trae un nuevo sistema operativo 7.0 que incorpora una serie de servicios digital que ayudan a calcular la ruta y los tiempos de llegada, actualizar los datos de tráfico en tiempo real y un nuevo sistema de navegación basado en la nube (BMW Maps).

De serie contará con Apple CarPlay, Android Auto y actualización a distancia del software como novedades adicionales.

Galería de fotos