Coche del día: Citroën Visa II Chrono

Coche del día: Citroën Visa II Chrono

Más radical y raro que las versiones GTi


Tiempo de lectura: 3 min.

En 1978 apareció el que, posiblemente, sea uno de los modelos de Citroën que menos seguidores tiene y del que casi nadie se acuerda: el Citroën Visa. Era el sucesor del Dynae y del Citroën Ami, al menos en lo que respecta a sencillez y precio de venta. La firma de los Chevrones había sido adquirida por Peugeot poco antes de este lanzamiento y se puede considerar como el primer modelo de Citroën bajo el amparo de Peugeot y eso le llevó a compartir algunas cosas con otros modelos, como el Peugeot 104.

Por tanto, el Citroën Visa era un modelo básico, un coche económico que, por cierto, contó con una variante comercial: la Citroën C15. Una furgoneta que todo el mundo considera como un modelo mítico y además, casi indestructible, es tal la fama de la C15, que ha superado en el tiempo al coche del que partía e incluso tiene una imagen mucho mejor. Hasta hay un campeonato de eSports en el que se compite con Citroën C15. Y eso es solo una pequeña curiosidad y un pequeño detalle sobre la popularidad y fama de la furgoneta francesa.

citroen visa ii chrono (2)

Sin embargo, el Visa contó con muchas versiones especiales, algo bastante llamativo porque las versiones especiales se suelen reservar para otro tipo de coches. Estaba el Citroën Visa GTi, por ejemplo, que compartía algunas cosas con el Peugeot 205 GTi, y estaba el Citroën Visa Chrono, que era un coche bastante más radical que el GTi y muy escaso, ya que se vendieron 2.160 unidades para el mercado francés y 1.600 ejemplares para el resto de Europa. El Visa Chrono era algo así como una versión de rallyes del utilitario francés, como los Peugeot 205 Rallye.

El Visa Chrono pertenece a la segunda serie del modelo, lanzada al mercado en 1981 y el Chrono apareció en 1982. Tomaba como base de partida el Visa II Super X, pero se cambiaron muchas cosas para hacerlo más deportivo. De entrada, la decoración es muy llamativa; se ensancharon ligeramente las aletas y se pintó todo el coche de color blanco, incluso las llantas –blanco Meije, código AC 088–. El portón del maletero tiene un pequeño spoiler integrado, se instalan faros antiniebla en el faldón frontal y para rematarlo todo, se añaden unos adhesivos en color azul y rojo que reproducían la bandera de España. Como curiosidad, allí donde se vendió el Visa Chrono, se reproducía la bandera de ese país y no la de Francia y el nombre oficial del modelo era Citroën Visa II Chrono.

Para dar vida al Visa II Chrono, se escogió el motor XYR, un cuatro cilindros atmosférico con 1.360 centímetros cúbicos, procedente del Peugeot 104 ZS. La alimentación corría a cargo de dos carburadores Solex de doble cuerpo y podía rendir 93 CV a 5.800 revoluciones y 121 Nm de par a 4.500 revoluciones. Motor que no tenía que tirar de un consumo muy pesado, ya que se declaraban 850 kilos gracias, por ejemplo, a no contar con aislamiento en la carrocería. La caja de cambios era manual de cinco relaciones y con ella se podía alcanzar los 173 km/h, acelerar de 0 a 100 km/h en 11 segundos y completar los 1.000 metros con salida parada en 33 segundos. Como particularidad, este grupo motor-transmisión usaba el mismo aceite para el motor y para la caja de cambios. No obstante, este motor solo era para las versiones francesas, en el resto de países montó el motor del Visa GT, que tenía la misma cilindrada, pero la potencia era de 80 CV.

Citroën solo tenía intención de fabricar 1.000 ejemplares del Visa II Chrono, pero finalmente, como se ha comentado antes, acabó por fabricar más. Hay un detalle llamativo, pues se destinaron 400 ejemplares para Alemania, donde solo se lograron vender 70. Los 330 restantes, se vendieron en los Países Bajos en forma de serie limitada llamada “GT 330 Spirit”.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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