Coche del día: Citroën ZX

Coche del día: Citroën ZX

Se lanzó al mercado para ocupar el hueco entre el AX y el BX


Tiempo de lectura: 3 min.

El 16 de marzo de 1991, se dio a conocer oficialmente uno de esos coches que se harían hueco en la memoria de los aficionados: el Citroën ZX. Cuando se habla de Citroën, la situación se vuelve bastante curiosa. Por lo general, la firma francesa siempre se lleva alguna crítica negativa, son coches que, entre los aficionados, nunca son del todo buenos y fallan por todos los lados. Sin embargo, tras dejar pasar el tiempo, Citroën cambia de imagen, o al menos sus coches, y los ZX, Xsara y compañía, se tornan modelos mucho mejores que cuando se fabricaban. Sobre todo sí se trata de hablar de versiones deportivas.

¿Por qué ocurren estas cosas? Bueno, seguramente por nostalgia, o porque el aficionado ha ganado en madurez y conocimientos, también es posible que haya conducido alguno y su percepción haya cambiado por completo. El caso es que coches como el ZX, actualmente, tienen el respeto de los aficionados a excepción, y eso que nadie lo dude, de las versiones más básicas, equipadas con los motores más pequeños y poco potentes. Esos coches siempre se ganarán la crítica de todo el mundo. Y en parte, hay que darles la razón, ¿qué necesidad había de poner en circulación un Citroën ZX con motor de 1,1 litros y 60 CV? El par de ese motor era de 88 Nm a 3.800 revoluciones, no era una versión especialmente ágil, ni por supuesto, rápida –la velocidad máxima era de 161 km/h y el 0 a 100 km/h lo hacía en 16,8 segundos–.

Se fabricó entre 1991 y 1998 y su plataforma fue usada para el Peugeot 308 y para el Citroën Xsara

citroen zx (2)

Como decíamos al principio, el Citroën ZX se presentó oficialmente en 1991, en marzo. No era un reemplazo de ningún otro modelo, en esos momentos la firma francesa no tenía un compacto propiamente dicho y por entonces, no tener presencia en el segmento C era un problema, ya que se trataba del más competido y con mayores ventas de toda Europa. Así, el ZX se colocó entre el Citroën AX y el Citroën BX y al final de su vida comercial fue sustituido por el Citroën Xsara. Actualmente, lo más parecido que tiene la marca en catálogo es el CItroën C4, que comenzó su andadura como un compacto, reemplazo del Xsara, y desde 2020 es cualquier cosa menos un compacto.

Los primeros pasos del ZX fueron como Proyecto N2, cuyo comienzo se data en 1986 y se contó con la colaboración de Bertone y el Centro de Diseño de Vélizy. El diseño que llegó a las calles no fue el de Bertone, fue el creado por el centro de Vélizy, cuya propuesta fue a su vez obra de Donato Coco, quien también diseñaría el Citroën Xsara posteriormente. Cuando llegó a producción, primero con carrocería de cinco puertas y luego con las demás –tres puertas y familiar–, destacó por el empleo de un eje trasero direccional, que lo hacía especialmente ágil, y se combinaba con los característicos andares de cualquier Citroën, donde la suavidad de marcha y el confort son las notas predominantes.

Se fabricaron más de dos millones de unidades durante sus siete años de vida comercial, de las cuales, más de 500.000 ejemplares salieron de la planta de Citroën en Vigo, Galicia –España–.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Desde Argentina, amo mi ZX 1.8i Aura 1996 27 años y el mismo andar de 0km

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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