El Mercedes Clase X, el pick-up con la estrella de tres puntas en el frontal, abandona la línea de producción. Dejará de fabricarse a partir de mayo y puede ser un duro golpe para la factoría de Nissan en Barcelona, donde se monta este modelo que deriva directamente del Nissan Navara y comparte con él y con el Renault Alaskan plataforma, un gran número de componentes y el lugar donde se ensamblan.

La Clase X de Mercedes se lanzó al mercado en el año 2017, en un momento en el que parecía que este sector se uniría a la moda SUV y aumentaría sus ventas en Europa. Al final no ha sido así y todo sigue, más o menos, como hasta entonces, y este tipo de vehículos mantienen su popularidad, que resulta un poco limitada en Europa, aunque hay marcas que parecen tener buenos resultados entre los pick-up.

Ahí está Volkswagen con el Amarok (aunque se enfrenta a la misma tesitura del Clase X), Ford con el Ranger (que será la base de la próxima generación del Amarok) y, por supuesto, Toyota con el Hilux entre otros.

No se han comunicado los motivos del cese de producción, pero es fácil entender que su bajo nivel de ventas es el culpable. Las previsiones de ventas que tenía la marca no se han cumplido en ningún momento, con unas ventas globales en 2018, su primer año completo en el mercado, de solo 16.700 unidades entre Europa, Australia y Sudáfrica. El año pasado, en 2019, se vendieron alrededor de 10.000 unidades en los nueve primeros meses del año.

JATO Dynamics afirmó tras el lanzamiento del modelo que no sería fácil vender un pick-up de esas características en Europa, donde estos vehículos consideran este tipo de coches como herramientas de trabajo y no están dispuestos a pagar el extra por tener algo más de calidad.

El mercado de los pick-up de lujo se encuentra en Estados Unidos, donde la de Mercedes se considera una “camioneta compacta” y no tienen tantos clientes. Además, no sería competitiva por los aranceles que gravan a los industriales ligeros que vienen de fuera.

No podemos pasar por alto los procesos de ajuste que está llevando a cabo tanto Nissan como Mercedes. La japonesa se encuentra todavía inmersa en el “caso Ghosn” y con unas ventas que no son todo lo buenas que deberían, mientras que Mercedes busca reducir costes y poder centrarse en el desarrollo de sus próximos modelos electrificados.

Un portavoz de Mercedes Vans dijo que se podría configurar y pedir un Clase X hasta el día 11 de febrero. Luego habrá que conformarse con las unidades que haya en stock o bien con la configuración que tengan las que vayan saliendo de la planta catalana.

Fábrica, por cierto, que se encuentra en un duro aprieto con la marcha del Mercedes Clase X. El pick-up con el sello de la estrella supone el 15 % de la producción anual de las instalaciones que Nissan tiene en Barcelona y con este modelo en producción, apenas se rozaba el 30 % de la capacidad total de la planta.

Por tanto, con la retirada del Clase X la fábrica de Nissan en Barcelona ve como su futuro se pone todavía más negro, al trabajar muy por debajo de su capacidad, fabricando tan solo 55.000 unidades en 2019, cuando podría sacar 200.000 todos los años a pleno rendimiento.

La factoría de Barcelona monta actualmente, sin contar el Mercedes Clase X, el Nissan Navara, el Renault Alaskan y la furgoneta eléctrica Nissan e-NV200

El año pasado se vio envuelta en un ERE que afectó a 600 empleados y ahora pasa a no ser rentable, algo que ha puesto en alerta a trabajadores y sindicatos, aunque desde Nissan Europe, el mismo presidente Gianluca Ficchy, ha dicho que no habrá despidos ya que Nissan tiene previsto introducir nuevas motorizaciones en la gama del Navara y aumentar la cadencia de fabricación del Nissan e-NV200.