Coche del día: Alfa Romeo 155 GTA Stradale

Coche del día: Alfa Romeo 155 GTA Stradale

Creado para pelearse en las calles con los BMW M3 e30 y Mercedes 190E 2.5-16 Evolution, pero nunca llegó a producción


Tiempo de lectura: 5 min.

Aunque hoy día pueda resultar extraño, Alfa Romeo compitió y ganó en el Campeonato de Turismo Alemán, en el DTM. Fue hace muchos años, cuando el DTM había acumulado una fama espectacular, estaba en un auténtico apogeo que hizo que se descontrolara totalmente el gasto invertido en el campeonato por las marcas. La escalada de gastos solo la igualaba la Fórmula 1, y su importancia llegó a tan nivel, que el DTM se convirtió en el Campeonato Mundial de Turismos.

Fue en ese momento cuando Alfa Romeo llegó al campeonato, cuando se transformó en una liga de carreras internacional. Además, llegó y venció de forma incontestable, ganando 12 carreras de un total de 20 en su primera temporada, superando a BMW y Mercedes con relativa facilidad, pues ambos fabricantes alemanes estaban corriendo con sus BMW M3 e30 y Mercedes 190E 2.5-16 Evolution, es decir, no eran hermanitas de la caridad precisamente. Eso hace que el logro de Alfa Romeo sea más meritorio, aunque también es cierto que la compañía italiana tiró la casa por la ventana en el campeonato.

Por aquellos años, se había lanzado recientemente el Alfa Romeo 155, el reemplazo del Alfa Romeo 75. Era un coche que cambiaba radicalmente respecto a su antecesor, porque, entre otras cosas, dejaba de ser propulsión para adoptar la tracción delantera. Esto se conseguía empleando la misma plataforma del FIAT Tipo, lo que permitía mejorar la calidad general de la base empleada para su gestación. El empleo de la tracción delantera, restaba algo de deportividad, un apartado intrínseco para la marca y que se intentó mantener con el diseño, que, como siempre, era puramente Alfa.

alfa romeo 155 gta stradale (4)

No obstante, los diferentes problemas con el Alfa Romeo 75 y el Alfa Romeo 33, obligaban a la marca a destacar de todas las formas posibles, que esa época quedó atrás. Había que promocionar al 155 de todas las formas posibles y por supuesto, la competición era una de ellas. Nada mejor que ganar carreras para que las ventas suban y, lógicamente, así hicieron, tomaron al Alfa Romeo 155 y lo convirtieron en el coche que arrasaría en el recién creado Mundial de Turismos partiendo del DTM alemán. Y se escogió el DTM, además de por haberse convertido en el campeonato de moda, porque se había retirado la obligatoriedad de construir 500 unidades de serie, para homologar la versión de competición.

Esa falta de homologar la versión de carreras con unidades de producción era muy importante, ya que el reglamento era bastante laxo en cuanto a las limitaciones de adaptación de los coches. Solo hay que fijarse en el resultado, en el Alfa Romeo 155 V6 Ti, el coche que desarrolló la marca para el campeonato y que está considerado como el último Alfa Romeo de carreras “de verdad”.

Tanto éxito en las pistas de carreras, hizo que en la marca se pensaran si intentar lo mismo en las calles, es decir, se planteó la posibilidad de poner en circulación un coche derivado del Campeonato del Mundo de Turismos. No sería un coche de homologación como lo fue el BMW M3 e30, pero sería un coche muy especial y fuertemente ligado a las carreras. En ese momento, lo más potente que había en el catálogo del sedán italiano era el 155 Q4, que no era suficiente para plantar cara a los e30 y 190E Evolution, y eso que estaba equipado con la tracción total del Lancia Delta Integrale.

alfa romeo 155 gta stradale (2)

Los ingenieros de Alfa Romeo se pusieron manos a la obra y tomando muchas cosas de competición, dieron forma a un ejemplar que llamaron Alfa Romeo 155 GTA Stradale, un automóvil que podría haber sido el antecesor del Alfa Romeo Giulia QV o incluso del Giulia GTA. El desarrollo de este coche contó con la colaboración del ingeniero Sergio Limone, el “padre” del Lancia Rally (más conocido como Lancia 037), entre otras cosas, quien tomo como base de partida el antes mencionado Alfa Romeo 155 Q4, del que se tomó el chasis y la tracción total. Del Lancia Delta Integrale también se tomaron otras cosas, como el bloque motor, que se modificó según la normativa del Grupo N. En aquel momento no se declaró potencia, pero según estimaciones, debería rondar entre los 250 y los 280 CV.

Exteriormente, el Alfa Romeo 155 GTA Stradale adopta algunas soluciones que se empleaban en competición, como los grandes ensanches, los paragolpes o el alerón sobre la tapa del maletero, todo ello estudiado aerodinámicamente, aparado que ya tenía mucho peso en competición y cada día más importancia en los coches de producción. De hecho, si echamos la visa atrás, podremos ver una clara tendencia a realizar carrocerías con menos líneas rectas, algo que se notaba en el 155 italiano.

Todo el esquema de suspensiones eran muy similar al empleado en el Delta Integrale, al igual que los elementos montados, pero contaba con soluciones propias, como montar un diferencial trasero de hierro fundido en lugar de aluminio, porque así podían desplazar el peso hacia atrás y equilibrar el conjunto. No debemos olvidar, como hemos dicho al inicio, que el Alfa Romeo 155 era un tracción delantera, pero además, tenía el motor transversal por delante del eje delantero y eso hacía que recayera mucho peso sobre esas ruedas.

El prototipo terminado se presentó en el Salón del Automóvil de Bolonia de 1994 e incluso hizo de coche médico durante el GP de Monza de Fórmula 1 de aquel año. Sin embargo, nunca pasó de ser un prototipo, no llegó a producción. Tras su fugaz aparición en Monza, el coche acabó guardado por sus altos costes (requería, por ejemplo, una línea de producción exclusiva) y también porque no podían poner un motor V6, porque no se podía adaptar a la transmisión del Integrale, algo que no gustó a los directivos.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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