Coche del día: Opel Vectra (B)

Coche del día: Opel Vectra (B)

La berlina media de Opel cumple 25 años


Tiempo de lectura: 7 min.

Opel celebra estos días las bodas de plata del Vectra (B), la segunda generación de la berlina que vio la luz en 1995 con la seguridad, el diseño y la aerodinámica por bandera. El Opel Vectra (B) compartía la plataforma GM2900 de su antecesor -Vectra (A)- con numerosos cambios que afectaban tanto a su estética (que algunos tacharon de continuista) como a sus cotas.

Disponible inicialmente como berlina de cuatro o cinco puertas, medía 4,48 metros de longitud y 1,7 m de anchura, y tenía una distancia entre ejes de 2,63 metros. Como referencia, el Peugeot 406, que fue comercializado en nuestro país tan solo dos días después, resultaba casi 10 centímetros más largo y 6 cm más ancho. Opel invirtió en su desarrollo cuatro años y 2.500 millones de marcos (200.000 millones de pesetas). El familiar llegó en 1996 como Vectra Caravan.

Su presentación fue en el Salón de Frankfurt de 1995, las ventas comenzaron en aquel otoño

La marca del rayo puso especial énfasis en el diseño con un claro objetivo: mejorar el coeficiente aerodinámico con respecto al Vectra (A), una de las señas de identidad de los Opel de finales de los 80 y principios de los 90. Se consiguió rebajar el Cx hasta 0,28, uno de los mejores del mercado. Para ello hubo que hacer algún sacrificio, como el detalle de los espejos retrovisores fijos, que no podían plegarse y eran más efectistas que efectivos en cuanto a la visibilidad, pero que conseguían una línea continua con las dibujadas en el capó.

La carrocería mantenía rasgos del anterior Vectra, pero la marca trabajó con detalle en el diseño

Opel Vectra Navigation System 1995

Opel Vectra Navigation System (1995)

Otro de los pilares sobre los que Opel se sustentó durante el lanzamiento fue la seguridad. El Vectra presumía de ser el primer coche de producción con pedales retráctiles, un sistema denominado PRS (Pedal Release System), patentado por la marca, y que consistía en que los pedales del freno y del embrague se retraían automáticamente en caso de accidente sin penetrar en la parte inferior del habitáculo y, por lo tanto, sin peligro de generar heridas en los pies del conductor.

Además, el Vectra fue el primer vehículo de gran serie equipado con los llamados airbags full-size, o de gran tamaño, hinchados con argón presurizado a 200 bar. Con la llegada del Vectra Caravan un año más tarde se introducirían los airbags laterales, un elemento muy poco extendido entonces.

Pero si en algo había destacado la marca en años anteriores había sido por el rendimiento de sus motores de gasolina. El Vectra (B) estuvo disponible con dos bloques 1.6 con 8 y 16 válvulas que erogaban 75 y 100 CV, respectivamente, si bien el primero no llegó a venderse en España.

Opel Vectra CD hatchback sedan 1995

Opel Vectra CD hatchback y sedán (1995)

Por encima estaba el 1.8 con 115 CV y el alabado 2.0 16v con 136 CV que, aunque capado ya por la tecnología ECOTEC, seguía ofreciendo un rendimiento magnífico conjugando prestaciones con bajos consumos. Estaba disponible como versión GT, con desarrollos más cortos y tarados diferentes de la amortiguación. Como tope de gama quedaba el refinado 2.5 V6 de 170 CV del anterior Vectra, pero no hubo rastro de variantes de tinte deportivo como aquellos apetecibles Vectra Turbo 4×4 con nada menos que 204 CV.

En Diesel, sin embargo, la marca no había avanzado tanto, así que el Vectra tuvo que conformarse con el modesto 1.7 TD de 82 CV que pronto sería sustituido por el 2.0 DI 16v de idéntica potencia, pero con inyección directa, convirtiéndose en el primer turismo que combinaba esta tecnología con la culata multiválvulas.

Más adelante llegaría la variante con intercooler y 100 CV, más acorde a las aspiraciones de una berlina media de la época, y ya con el restyling de 1999 se incluiría el 2.2 DTI 16v de 125 CV. Con este lavado de cara se dijo adiós al 2 litros de gasolina para dar paso al 2.2 ECOTEC de 147 CV, un motor que no destacó frente a sus rivales.

Los motores de gasolina destacaron por su buen rendimiento, pero en gasóleo el Vectra se quedó algo descolgado

Opel Vectra 22 DTI 16v Sedan B 3

Opel Vectra 2.2 DTI 16v sedán (1999)

El Vectra tuvo también algunos puntos flacos que la marca supo resolver y otros que le dejarían descolgado frente a la competencia. Por ejemplo, las primeras unidades carecían de volante regulable en altura, por lo que hallar la posición óptima de conducción dependía de la talla de quien se sentara frente al volante. Asimismo, no había climatizador automático y los mandos de los elevalunas estaban situados entre los asientos, como en el modelo anterior, en un lugar menos accesible que el habitual en las puertas.

No obstante, lo más criticable del Vectra -y como en todos los Opel de tracción delantera- era su comportamiento subvirador. Gran parte de la culpa recaía en las suspensiones tremendamente blandas, así como el conjunto entre estas y la dirección. Tanto fue así, que la marca varió el tarado de los muelles traseros en un 50 % de dureza, por lo que se solventó en parte sin llegar a estar entre los mejores. Y tampoco en lo que a confort de marcha se refería a pesar de la suavidad de la suspensión, quedándose a años luz del Citroën Xantia Activa o el Peugeot 406.

Entrando en detalle, la suspensión delantera se montaba en un subchasis para aislar a la carrocería de ruidos y vibraciones. Heredó del Omega la geometría Dynamic Safety (DSA), que según el fabricante ofrecía distintos grados de adherencia frenando, apoyándose en la rueda con mejor adherencia, y así contrarrestando el subvirado. En cuanto a la trasera, era una Multilink con brazos traseros y brazos de control lateral tanto superiores como inferiores. Según Opel, mejoraba notablemente tanto el confort como la maniobrabilidad.

Opel Vectra 22 DTI 16v Caravan B

Interior del Opel Vectra 2.2 DTI 16v Caravan (1999)

En el habitáculo encontrábamos un salpicadero de diseño inspirado en el Omega, con una pantalla multifunción a la derecha de la instrumentación principal, lo que obligaba a desplazar las salidas de ventilación hacia el lado del acompañante. Contaba con buenos ajustes y materiales de aparente calidad. Pudo optar desde el lanzamiento a un navegador GPS (Vectra Navigation System) Delco Electronics CDR 500 con pantalla a color. En 1999 tuvo opcional otro navegador Philips con pantalla monocroma en frente del cambio, bajo el clinatizador, visualmente mucho más básico.

En lo referente al espacio, el Vectra se hallaba en un término medio en cuanto a anchura o altura. Por su parte, el maletero cubicaba 500 litros de capacidad con la carrocería de cuatro puertas y 480 litros en el caso de la berlina con portón (hatchback). Y en lo referente a la seguridad, Opel afirmó que la carrocería buscaba la máxima seguridad pasiva en colisiones frontales, por alcance y laterales, observad el refuerzo de los pilares B en la ilustración superior.

Su gama mecánica se combinaba con cinco niveles de acabado: el básico -exclusivo del 1.6-, GL, GT, CD, y CDX para el V6. No había grandes lujos ni detalles distintivos, pero ofrecía lo que se esperaba de una berlina media de la época. Y es que por entonces el segmento era el más importante para los fabricantes en Europa, dominado por el Ford Mondeo y con una feroz competencia. A pesar de todo, Opel logró que el Vectra (B) se mantuviera entre los más vendidos hasta dar paso al Vectra (C) en 2002 gracias a las citadas mejoras, evolución de sus motores y un rediseño que en mi opinión le sentó de maravilla.

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Ángel Martínez

Soy uno de esos bichos raros a los que les apasiona hablar de coches y se pasaría horas comentando modelos o repasando la historia de la automoción. Pienso que la mayoría de ellos tienen su encanto, desde el deportivo con el que soñamos hasta el utilitario que te encuentras en cualquier esquina.

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