No siempre resulta fácil justificar ciertas acciones frente a otras personas, los gustos de cada uno e incluso la educación de cada persona influye en este tipo de cosas. Y si a veces cuesta justificar una decisión, por peregrina que sea, imaginad justificar la compra de un Ariel Nomad. ¿Qué le dirías a la gente cuando te preguntara sobre eso? ¿Dirías que te has comprado un coche para jugar?
De todas formas, seguro que en el fondo, como nos ocurre a nosotros, te daría igual lo que pudiera decir nadie, sobre todo si, como hemos comentado, tienes un Ariel Nomad en el garaje. Los momentos que puedes vivir con este aparato harían desaparecer cualquier tipo de crítica que puedan tener, aunque, como se suele decir, la íbamos a liar parda cada vez que saliéramos a jugar por la cantidad de suciedad que íbamos a llevar a casa.
El Airel Nomad, al igual que el Airel Atom, es uno de los coches más radicales que se pueden encontrar actualmente. Básicamente, se trata de un entramado de tubos al que se le han puesto cuatro ruedas y un motor, junto a lo imprescindible para conducir, esto es, dos asientos –sin ningún tipo de mullido–, unos pedales, un volante y una instrumentación supersencilla –aunque digital–.
Sin embargo, el Ariel Nomad es, posiblemente, una de las máquinas más divertidas de cuantas se han fabricado y por supuesto, también debe ser una fuente de sensaciones. SE trata de un coche diseñado y fabricado para ser, eso, un juguete, un vehículo para salir a disfrutar y una vez haya terminado el fin de semana, guardarlo en el garaje y no volver a sacarlo en toda la semana. Es radical, es incómodo y es muy, muy llamativo. Pero sobre todo, es eficaz.
El Ariel Nomad es casi un Airel Atom pero adaptado para ir “a fuego” por terrenos menos propicios que el asfalto, aunque hay que dejar claro que no es un todoterreno. Las suspensiones las firman Eibach y Bilstein, tiene una jaula antivuelco que no lleva el Atom –y un parabrisas– y unas ruedas totalmente pensadas para hacer rallye. Y lo mejor de todo es que solo pesa 670 kilos.
Colocado tras los asientos, de forma transversal, hay un propulsor de cuatro cilindros y 2,4 litros de origen Honda, que sin ningún tipo de sobrealimentación, rinde 238 CV y 300 Nm de par. Una potencia y un par que llegar a las ruedas traseras mediante un cambio manual de seis relaciones con relación cerrada, que permiten completar el 0 a 100 km/h en 3,4 segundos. No supera los 200 km/h, pero en este caso, esto es indiferente, porque su motivo de existencia en otro totalmente diferente.
Actualmente, hay pocos coches que puedan compararse a un Airel Nomad. Los UTV son muy radicales y divertidos en caminos de tierra, pero son muy específicos y no se parecen en nada al Nomad. Es un coche muy, muy especial y casi único en su concepto.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS