Bugatti ha fabricado pocos automóviles, pero cada uno de ellos ha sido excepcional. Sin embargo, desde que su devenir discurre bajo el amparo de VAG, esa excelencia han pasado a un nivel estratosférico, primero con el Bugatti Veyron y posteriormente con el Bugatti Chiron. Este último se acaba de convertir en el coche de producción más rápido del mundo al rodar a 490 km/h o Mach 0,46.

Cuando se presentó el Bugatti Chiron se anunció que su velocidad estaba limitada a 420 km/h, una cifra de locura y casi un chiste decir que estaba limitado mediante electrónica a semejante velocidad. El principal problema era el calzado, los neumáticos. En aquel momento no había nada capaz de soportar la paliza que supone rodar a esas descabelladas velocidades sin terminar desintegrado. De hecho, resulta evidente que nadie alcanzará esa velocidad en todo el tiempo que tenga el coche en su poder, a no ser que tenga muy poco sentido común o el dinero suficiente para alquilar el anillo de Nardó.

También cabe recordar que allá por marzo de 2018, Stephan Winkelmann, CEO de Bugatti, dijo que no había ningún interés en probar la velocidad máxima del Chiron. Declaraciones muy parecidas a las que llegaron desde Porsche y el circuito de Nürburgring, y ahora arrasan en la pista alemana constantemente. Así pues podemos decir que las afirmaciones desde VAG no son 100 % creíbles cuando se trata de ser los mejores en algo.

La enorme pista de Ehra-Lessien, propiedad del Grupo Volkswagen, ha sido el lugar donde se ha gestado la última locura firmada por Bugatti y que ha llevado a parar el velocímetro en una cifra de infarto. Andy Wallace, a los mandos de un Bugatti Chiron muy especial, ha llegado a las 304,773 millas por hora, o dicho de otro modo, ha sido capaz de rodar a 490,484 km/h. Un auténtico disparate que ha contado con la colaboración de Michelin, fabricante de los neumáticos, unos Pilot Sport Cup 2 desarrollados para el Bugatti Chiron y homologados para su uso en vías públicas (¡¡y homologan 500 km/h!!).

El Bugatti Veyron también necesitó un desarrollo específico de Michelin para soportar rodar a 400 km/h, los PAX Runflat, aunque solo fuese durante minutos y el cambio de zapatos superase los 100.000 dólares

No obstante, el Chiron usado tampoco es una unidad normal, sino una muy especial y, por el momento, única. Se trata de un Bugatti Chiron creado ex profeso con la ayuda de Dallara y según cuentan desde Top Gear, se ha estado preparando la gesta durante los últimos seis meses.

A simple vista, esta unidad es un Chiron long tail o cola larga, con 25 centímetros más de longitud, que además cuenta con un trabajo aerodinámico específico. Las entrada de aire frontales son más grandes y más prominentes, las aletas también tienen nuevas formas y tienen orificios en sobre las ruedas delanteras, está más cerca del suelo gracias a una suspensión regulable en tiempo real que mide la distancia al suelo mediante láser, y toda la parte trasera es nueva, sin alerón móvil y con los escapes situados igual que mostró el Cientodieci.

Este modelo también cede la nueva versión del brutal W16 de cuatro turbos, así como su cambio de doble embrague y su tracción total.

Bugatti no ha dicho nada sobre una posible producción en serie, pero tampoco lo ha desmentido, pero sabiendo el gusto por lanzar versiones súper limitadas y extremadamente caras, sería raro que no pusieran en las tiendas una variante de este monstruo. ¿Quizá el nuevo Bugatti Chiron Super Sport?