Conocida es ya la gama de propulsores del Ford Focus de cuarta generación, que sale a la venta a finales de este año. ¿Por qué no hay una versión híbrida? Aún no está lista, pero hay fecha: abril de 2020. Se asociará al motor 1.0 tricilíndrico de gasolina mediante un sistema de 48 voltios. Ford, como tal, no inventa gran cosa, ya que esta tecnología es más cosa de proveedores que de los propios fabricantes. Será un sistema semihíbrido, por lo que el Ford Focus híbrido no se parecerá en principio de funcionamiento al referente del segmento, el Toyota Auris Hybrid, que en su nueva versión tendrá dos niveles de potencia.

El sistema semihíbrido lo que hará es tener recuperación de energía para apoyar al motor de combustión cuando sea necesario, pero no será capaz de mover el coche por sí mismo, ni seguramente podrá funcionar sobre la transmisión con el motor EcoBoost desacoplado. Eso sí, permitirá bajar la homologación de 100 g/km de CO₂, lo que tiene ventaja en algunos países europeos (no el nuestro).

No hará falta ninguna “habilidad” especial para conducirlo

Más de uno se acordará de que Honda ya tenía semihíbridos en el segmento C hace la friolera de 18 años, pero hay diferencias significativas. Como he indicado antes, el Focus tendrá un sistema de 48 voltios (el cuádruple que la instalación normal), pero el Civic Hybrid con sistema Integrated Motor Assist (IMA) funcionaba con más de 150 voltios.

Esto hace que todos los componentes funcionen, ocupen espacio y cuesten de forma diferente. Ford rentabilizará la integración vendiendo muchas unidades, los costes se reparten mucho más. La misma política permitió democratizar en la tercera generación del Focus la panoplia de sensores y tecnología que traía, que le mantuvo en la cresta de la ola durante años.

Por otra parte, el motor de un litro es “ideal” para hibridar, ya que despeja espacio en el vano motor y su peso contenido da margen para engordar el coche un poco con los componentes híbridos. Si es una solución tipo Suzuki (SHVS), hablaremos de un incremento de peso ridículo. No sabemos cuánto, pero elevará ligeramente la potencia homologada del molinillo. No será necesario renunciar al cambio manual, a diferencia de la solución Toyota.

No solamente Ford dará el salto hacia la hibridación ligera, también lo va a hacer el Grupo Volkswagen en por lo menos el Golf y el León. Después vendrán otros tantos, porque haciendo grandes volúmenes de compra a proveedores como Bosch o Schaefller los precios se vuelven razonables. Toyota, como ya tiene la tecnología muy amortizada por volúmenes, mantendrá el liderazgo híbrido todavía durante años.

Quizá en España el Focus híbrido no tenga una rebaja en impuestos, porque pagará igualmente un 0% de impuesto de matriculación, pero tendrá como ventaja la pegatina ECO, que tal y como se están poniendo las cosas de bordes en ciudades como Madrid o Barcelona, no está de más llevar en el parabrisas. Y para el futuro, la tecnología tiene varias aplicaciones, incluso puede incorporarse algo así al Fiesta o Focus ST, lija un poco las emisiones mientras eleva algo las prestaciones. Y lo mejor de todo, el conductor no percibe nada negativo con esta solución, es más, puede no percibir nada, salvo que no va a repostar tan a menudo.