Coche del día: Citroën Xenia

Coche del día: Citroën Xenia

Con este ejercicio de diseño se avanzaron de una manera más que interesante nuevos volúmenes para los automóviles compactos


Tiempo de lectura: 4 min.

Aunque se lanzó en 1981, el Citroën Xenia es un ejercicio de diseño fácil de leer desde la perspectiva de la actualidad. Algo que no es casualidad. Ya que al fin y al cabo se planteó con la visión de adelantar lo que iba a ser el automóvil para el año 2000, justo con casi dos décadas de previsión. Llegados a este punto la pregunta es clara: ¿lo consiguió? Nosotros diríamos que sí. En primer lugar porque su mezcla de dimensiones propias de un compacto con los volúmenes de un monovolumen se adelantó a muchos de los vehículos marcados por estos patrones. Una cuestión que vemos perfectamente cuando echamos mano de la tabla cronológica. Veamos.

Situémonos en el despacho de Lee Iacocca en 1978. Recién llegado a Chrysler tras haber tocado en Ford la cima – ideando el Mustang – para después caer al suelo – siendo responsable del polémico e inseguro Pinto – , este directivo básico para entender la senda del automovilismo norteamericana necesitaba recuperar su prestigio. Además, de paso debía hacerlo saneando las cuentas de una más que tocada Chrysler. Así las cosas, no valía con lanzar nuevos modelos para segmentos ya copados por otros fabricantes. Había que analizar el mercado en busca de nuevos nichos a los que llegar primeros.

De esta manera, Iacocca advirtió cómo una gran cantidad de familias podrían estar interesadas en un vehículo versátil, con interior modulable y amplio pero que, al mismo tiempo, no renunciase a los acabados y motores de una berlina representativa del segmento D. Una suma de factores que dio por resultado al monovolumen, materializado en los Estados Unidos con la Chrysler Voyager mientras que se popularizaba en Europa gracias a la Renault Espace. No obstante, la Espace apareció en 1984. ¡Tres años después del Citroën Xenia! Obviamente entre ambos diseños hay diferencias evidentes, aunque al tiempo comparten el poner un único volumen de amplio habitáculo sobre uba base con poco más de cuatro metros.

citroen xenia (3)

Este ejercicio de diseño adelantaba la posibilidad de hacer un único volumen sobre la base de un compacto, lo cual tendría una influencia decisiva en los años que le sucedieron

Citroën Xenia, mucho más que el espacio

Bajo la luz comparativa con los nacientes monovolúmenes de los años ochenta, el Citroën Xenia adquiere una perspectiva interesante al avanzar las minivan compactas. Eso sí, con una serie de elementos que, obviamente, hubieran sido bastante complejos de llevar a serie. En primer lugar las puertas de apertura vertical. Muy de moda en la época – el DeLorean apareció también en 1981 – aunque verdaderamente nefastas desde el punto de vista de la seguridad, pudiendo quedar fácilmente atrancadas en caso de choque haciendo del interior una trampa mortal sin escapatoria o acceso posible.

No obstante, hay que reconocer cómo al diseñador del Citroën Xenia siempre le había gustado coquetear con líneas que, hoy en día, podemos considerar retrofuturistas. Y es que estamos hablando de Trevor Fiore, quien accedió brevemente a la dirección del departamento de diseño en Citroën tras haber firmado modelos tan interesantes como el Alpine A310. Además, hemos recordar que justo unos meses antes de la presentación del Xenia su departamento firmó el Karin. Sin duda uno de los ejercicios de diseño más llamativos en la historia de Citroën.

Ahora, vamos a ir un paso más allá del diseño y la concepción de los volúmenes al servicio del uso familiar. Y es que el Citroën Xenia también se usó como escaparate tecnológico de elementos electrónicos que habrían de venir en años siguientes. Así las cosas, aunque este trabajo no contó con tren motriz – algunas fuentes indican lo contrario, señalando al bloque que posteriormente montaría el BX, lo cual vemos poco probable aparte de no confirmado por la marca – sí equipó sensores capaces de regular la temperatura según la radiación solar – algo muy importante dada la gran cantidad de superficie acristalada – así como un primitivo sistema de localización en prólogo a los actuales GPS.

citroen xenia (1)

Además del ensayo respecto a los volúmenes, este trabajo se utilizó como escaparate tecnológico en el que adelantar una gran cantidad de novedades relacionadas con la electrónica

En suma, el Citroën Xenia fue uno de los ejercicios de diseño – término más correcto que el de prototipo, puesto que jamás hubo intención alguna de que este diseño llegase a serie – más interesantes en el comienzo de los ochenta. Una época en la que Citroën aún seguía conservando esa capacidad de innovación y descaro que tan bien la definió durante décadas. No en vano, resulta difícil no situar a este trabajo de Trevor Fiore como un acertado e intuitivo ensayo en el que ya se plasmaban no pocas de las características que podríamos ver en años venideros. Muy interesante.

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Sobre mí

Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

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