A excepción de aquellos años del Grupo B, el mundo de los rallies siempre ha estado ligeramente por detrás de las carreras en circuitos. Muchos apelan a la emoción de los adelantamientos para esta situación y otros aseguran que los rallies están faltos de pasión. Esta última opinión levantará ampollas en muchos aficionados, ya que los rallies es, posiblemente, una de las disciplinas que mayor pasión levanta, solo hay que pensar que los aficionados pueden llegar a dormir en tiendas de campaña, a la intemperie, en medio de una zona de bosque o en lo alto de un puerto de montaña, solo para ver pasar a los coches. Y no solo a los grandes pilotos, sino al aficionado que está corriendo con sus ahorros.

Por otro lado, los rallies, como disciplina, es una de las más complicadas del mundo. No vale cualquier piloto, pues no solo hay que ser muy bueno con el volante, también hay que confiar ciegamente en tu copiloto. Ahí está el ejemplo de Kimi Räikkönen, campeón del mundo de Fórmula 1 pero incapaz de terminar un tramo sin incidentes. Quizá por eso, por la complejidad de su pilotaje, nombres como el de Colin McRae son tan grandes e importantes.

Colin McRae es uno de los mejores pilotos de rallies de la historia, con una habilidad especial para controlar los movimientos del coche y colocarlo donde quería casi al milímetro. Y el mejor ejemplo para ilustrar esto que decimos es el siguiente vídeo. Un on board donde Colin demuestra sus dotes a los mandos del Ford Focus WRC, hasta el punto de hacer que parezca fácil. No escucharás las notas del copiloto, solo escucharás el motor y los diferenciales, pero el baile que tiene McRae con el coche en sensacional.