Tras la ausencia de Gran Premio de Emiglia Romana por el desastre natural, las novedades de los equipos han tenido que esperar al icónico circuito de Mónaco. Siendo un circuito de menor velocidad punta, pero muy exigente para los pilotos, la primera gran novedad para todos los monoplazas de la parrilla fue el alerón trasero, junto con pequeñas modificaciones en la suspensión delantera para llegar al ángulo de giro necesario para las cerradas curvas monegascas.

Mercedes, por su parte, abandonó su concepto sin pontones, en pro de un diseño intermedio entre los pontones alargados y su antiguo diseño, lo que también le ha llevado a cambiar el brazo superior de la suspensión delantera. Por su parte, los de Ferrari modificaron la parte trasera de cara a mejorar la refrigeración de los frenos y los brazos de suspensión, mientras que Alpine copiaría los pontones de Red Bull haciéndolos más profundos.

Y así se presentaba el fin de semana, con el piloto monegasco, Leclerc, con la victoria pendiente en el circuito tras los fracasos del pasado, cuatro equipos aspirando a la victoria a pesar de la ligera superioridad de Red Bull, pero en un circuito cuyos adelantamientos podían repartirse entre la salida y la parada en pit. Esta condición hace que, generalmente, la carrera consista en un tren de principio a fin, pero todos estábamos expectantes por ver lo que los equipos nos podían ofrecer tras un fin de semana sin carrera inesperado.

En los Libres 1 pudimos ver cómo los pilotos procuraban hacer el máximo de vueltas posible respecto a sus rivales, y, tras el susto de Sainz golpeando el guardarraíl, el primero en ostentar el deshonroso honor de estropear el coche contra un muro fue Hulkenberg a mitad de la sesión en la chicane.  El final de la sesión vino marcada por un susto de Leclerc, pero definitivamente la sesión terminó tras el violento accidente de Albon, que provocó la bandera roja. En estos Libres los duros y medios demostraron funcionar muy bien, lo cual sirvió a los equipos para tomar nota de cara a la carrera.

En los Libres 2 se esperaba el uso de los neumáticos blandos. Los primeros problemas atacaron a Norris con alguna incidencia en la parte delantera de su monoplaza que le obligaría a no aprovechar tanto esta sesión. Tras veinte minutos de sesión, Alonso instalaba los blandos abriendo la veda para recabar valiosa información de su comportamiento, pudiéndose observar la aparición de graining en uso muy intensivo. A 17 minutos de terminar la sesión, Sainz estrellaba su coche contra el muro tras tocar el guardarraíl con su rueda delantera derecha en la curva de la piscina.

El riesgo siempre ha ido ligado a banderas que decidían clasificaciones y carreras en este revirado circuito urbano

Los Libres 3 nos trajeron el continuo reajuste de las alturas de los monoplazas para evitar rozar los monoplazas en el bacheado circuito, y, sabiendo las peculiares características de las carreras en el circuito, todos afinaron al máximo sus vehículos para conseguir la mejor posición posible en la parrilla de salida.

La clasificación en este circuito es peligrosa, cualquier bandera roja puede dejarte muy atrás en una parrilla que no sufriría muchos cambios al final de la carrera, por lo que ser el más rápido cuanto antes podía convertirse en salir desde la última plaza. Como le ocurrió a Pérez en la Q1 con la sesión prácticamente recién iniciada. Zhou, Hulkenberg, Magnussen y Sargeant se tendrían que conformar con las últimas posiciones junto a Pérez. La Q2 dejó fuera a Bottas, Stroll, Albon, De Vries y Piastri, destacando el pésimo rendimiento de Stroll respecto a su compañero de equipo, el mayor de toda la parrilla si no tenemos en cuenta al accidentado Pérez.

La Q3 nos dejó una clasificación de infarto con un final muy emocionante que hizo soñar a más de uno, pero finalmente concluyó con Verstappen en la pole, Alonso en segunda posición y Leclerc tercero, aunque finalmente saldría en sexta posición por una penalización debido a que impidió que otro piloto realizase una vuelta limpia. Esto beneficiaría a Sainz, que pasaría de quinta a cuarta posición avanzando una línea en la salida. El de Red Bull tuvo que rozar el muro hasta tres veces para alcanzar al asturiano en un último sector incontestable. La sorpresa la dio Ocon, en cuarta posición, en un lugar en el que nadie esperaba al francés, pero que demostró que su equipo se había puesto las pilas con las mejoras en el monoplaza.

Al inicio de la carrera empujaron a Stroll contra el muro, lo que provocó que pinchase, mientras que Pérez cambiaba ruedas en la salida de cara a intentar finalizar la carrera con esos neumáticos y ganar algunas posiciones. La cabeza de carrera fue bastante conservadora, sin cambios de posición y con un tímido ataque de Hamilton a Sainz. La gestión de los neumáticos traseros era el problema en carrera debido a la necesidad de rotar el coche en las curvas a fuerza de acelerador. En la vuelta 11, Sainz rompe su alerón contra la trasera del monoplaza de Ocon, debido a que este frena pronto y su ritmo es lento respecto al madrileño.

El graining también atacaba a los neumáticos medios, mientras que en la vuelta 18 Magnussen, Stroll y Pérez sobrepasaban a Sargeant, que estaba circulando realmente lento con problemas en su monoplaza. Verstappen seguía aumentando su diferencia a pesar de la aparición de graining en el neumático de compuesto medio delantero izquierdo, respecto a Alonso, que salió con duros y que sufría graining en el neumático trasero izquierdo. Pérez rompió su alerón delantero en su intento de escalada de posiciones contra la trasera de un Haas, provocando una nueva parada para cambiar su alerón delantero.

El nivel de agresividad seguía en aumento, con toques en algunas curvas entre pilotos, mientras que la cabeza de carrera comenzaba a doblar a algunos de sus rivales. La lluvia llegó en la vuelta 52, apretando la cola tras Ocon que circulaba cuarto en ese momento, en una pista muy deslizante. Sainz trompeó, perdiendo posiciones, mientras los equipos se debatían entre montar intermedios o neumáticos de seco mientras el agua se acumulaba en la pista.

El caos provocado por la lluvia puso interesante una carrera que, generalmente, es bastante aburrida

Magnussen chocaba de nuevo contra el muro en la vuelta 58 con neumáticos duros, mientras que algunos pilotos instalaban neumáticos de mojado, los intermedios se mostraban insuficientes. Stroll abandonó, mientras que el resto se defendían con pies de plomo mientras trataban de sobrevivir. Una pena que a Alonso no le instalasen el intermedio en la primera oportunidad que tuvieron, ya que podría haber dado guerra a Verstappen e intentar acabar la carrera en el cajón más alto del podio.

A diez vueltas del final el carril principal comenzaba a secarse, y el peor parado de las decisiones de equipo sería Sainz, que podría haber aguantado más con el neumático duro hasta la llegada de la lluvia y, al menos, no habría podido perder posiciones. Finalmente, los grandes beneficiados fueron los Mercedes, y el héroe del día Ocon al conseguir el tercer escalón del podio.

Las estadísticas de @FDataAnalysis muestran que las frenadas en curvas a derechas de Alonso eran significativamente más fuertes que las de Verstappen y Leclerc, aunque en el caso de Verstappen podría ser debido a su gestión de neumáticos más conservadora.