Ferrari es –o era– un fabricante conocido por su “purismo”, por ser una entidad de deportivos de ensueño que no buscaba la rentabilidad a través de sus coches de calle, sino mediante el oro que conseguía en cada circuito en el que competía. Una empresa que dio la espalda a Ford ante la posibilidad de arruinarse, una marca que no construye más de 7.000 ejemplares al año para mantener su exclusividad… Un nombre que vive de su trayectoria en el Gran Circo tras años sin lograr un título y que se ha prostituido hasta llegar al punto de fabricar un SUV, o más.

Pero eso no es una noticia que venga de sopetón. Sí, ya era un hecho más que conocido desde hace algún tiempo. Sabemos que se llamará Purosangue y que llegará, presumiblemente, en 2022. ¿Por qué la firma italiana ha tenido que llegar a esto si no busca incrementar su volumen de sus ventas? Porsche lo necesitaba en 2002 cuando presentó al mundo entero el Cayenne, y gracias a él sigue existiendo el 911, y la familia 718 Boxster y Cayman es mejor que nunca. Pero Ferrari no, siendo una de las marcas con mayor rentabilidad que existen en la actualidad.

Para añadir más leña al fuego, parece que la casa con sede en Maranello tiene planes mayores en su ofensiva SUV. Según la revista británica Car, un par de modelos derivados del Purasangue completamente eléctricos están en camino. Actualmente con el nombre en código de “F244” y “F245”, se lanzarán en 2024 y 2026, respectivamente. Los detalles específicos sobre cualquiera de ellos siguen sin conocerse en estos momentos, ya que ambos están en etapas de desarrollo relativamente tempranas. De ser así, serán los primeros cero emisiones de la marca.

Si bien el Purosangue conservará un motor de combustión (un V12 inicialmente y, más tarde, un V8 híbrido), los nuevos SUV que lo acompañarán en 2024 y 2026 serán puramente eléctricos

Aparentemente, la plataforma escalable con motor frontal ya está lista para vehículos eléctricos, con un suelo de plano de monopatín ideal para una gran batería de iones de litio. La estructura también ha sido diseñada para acomodar hasta cuatro propulsores eléctricos, presumiblemente uno en cada rueda. Todavía no sabemos cuáles serán las diferencias exactas entre el “F244” y el “F245”, aunque no sería descabellado creer que, al menos uno de los dos, será algo más grande, aunque quizás no tanto como el Bentley Bentayga o su hermano el Lamborghini Urus.

Tendrá capacidad para cuatro pasajeros, incluido el conductor, con el máximo confort y lujo que uno podría esperar de un coche actual del cavallino rampante. El GTC4 Lusso y su predecesor el FF ayudaron a allanar el camino a seguir para los Ferrari de cuatro plazas con el rendimiento de un superdeportivo. Sin embargo, el Purosangue también contará con una suspensión ajustable en altura para que los conductores puedan aventurarse en terrenos que el GTC4 Lusso nunca se atrevió a probar. ¿Será algo que aprovechen los nuevos propietarios? Dúdolo mucho.

Un Ferrari tiene que ser el coche con el que los niños sueñen, ese garabato pintado en rojo que dibuja en la esquina de un cuaderno, no un logotipo estampado en una carrocería sin emoción

Honestamente, considero que aquel que tiene la suficiente solvencia económica para adquirir y mantener un Ferrari, también la tiene para guardar en su garaje un vehículo más apropiado para el ir hacer expediciones al campo. No sé, ¿tal vez un Range Rover o un Mercedes-Benz Clase G? Estos todoterrenos han diseñado para ofrecer un excelente comportamiento tanto en carretera como en pistas no asfaltadas en un entorno increíblemente lujoso, pero no para ser deportivos. Para eso existe un Ferrari, para ir del circuito a la Costa Azul llevándose todas las miradas.

También es importante entender que estos dos SUV totalmente eléctricos sin nombre también serán el comienzo de una era en Ferrari completamente nueva. Si bien los ejecutivos de la marca han dejado en claro que no tienen prisa inmediata por lanzar un deportivo totalmente eléctrico, en gran parte es porque la tecnología no está lo suficientemente avanzada en estos momentos. Las baterías aumentan el peso, empeorando la dinámica de conducción, y los tiempos de recarga y la autonomía aún dejan mucho que desear en la gran mayoría de los casos.

Y luego está el tema del sonido. Si tú, querido amigo lector, perteneces a ese pequeño grupo de entusiastas amante de las notas musicales que emanan los corazones italianos de ocho y de 12 cilindros, me compadezco de ti; yo soy una de esas personas. Escuchar el motor de un Ferrari acercarse a la línea roja del cuentavueltas todavía me eriza el vello en el cuerpo. Es casi una experiencia religiosa que todo ser humano debería de experimentar alguna vez su vida. Yo lo siento, pero prefiero el troncomóvil quemador de zumo de dinosaurio a una nave espacial.