Las dos compañías alemanas han emitido un comunicado conjunto en el que ponen fin a su asociación para fabricar vehículos autónomos, pero han recalcado que no cierran la puerta a continuar la relación en el futuro. Han hecho saber que, aun compartiendo los intereses que les llevaron a formar una alianza, basados en buscarán socios nuevos o continuarán con los que ya trabajan para seguir con el desarrollo de esta tecnología.

El principal motivo de esta decisión tiene que ver con los altos costes de inversión en i+D de la conducción autónoma: concretamente de la creación de una plataforma tecnológica compartida, que sería el culmen de esa unión. Si bien abarata costes fue el motivo que hizo posible la unión entre BMW y Daimler (la matriz de Mercedes-Benz), hoy es un hecho que ambas empresas no están interesadas en enfrentarse a un reto así, tras una crisis sanitaria sin precedentes derivada del COVID-19, ya trasladada a sus balances.

Antes de su alianza habían hecho grandes logros en este campo, pero en el comunicado han afirmado que “no es el momento adecuado para la implementación exitosa de la cooperación”.

Markus Schäfer, director de operaciones de Mercedes-Benz, hablaba para los medios sobre la visión de futuro de la empresa: “Nuestra experiencia complementa muy bien la de BMW, como lo han demostrado nuestras exitosas colaboraciones. Junto a la descarbonización, la digitalización es un pilar estratégico importante para Mercedes-Benz. Para prepararnos para los desafíos futuros de un entorno que cambia rápidamente, actualmente también estamos explorando otras posibilidades con socios fuera del sector”.

También han aclarado que la finalización de la alianza solo repercutirá en el campo de la conducción autónoma. BMW y Mercedes seguirán trabajando en otros ámbitos, como en el de los servicios de movilidad

BMW refuerza su postura en el campo de la tecnología ante este hecho, enumerando a sus socios y la plataforma que tiene creada ya con ellos (Intel, Mobileye, FCA y Ansys). Según la compañía, la potencia informática y la generación tan avanzada que ofrecen pueden satisfacer durante muchos años a los clientes.

En 2015, tanto BMW como Daimler AG y Audi AG (todas del segmento Premium) formaron un consorcio para adquirir la tecnología de Nokia Corporation llamada HERE: una base de datos con cartografía actualizada e intercambio de datos entre vehículos que con el tiempo se ha convertido en una empresa referente en el panorama de la localización digital. Fueron los primeros pasos del interés de ciertas compañías en compartir y moverse en el negocio de la tecnología.

Mercedes-Benz progresó en la materia con un sistema de conducción semiautónoma llamada Drive Pilot en 2018, que tienen modelos como la Clase C o la Clase E. El sistema no permite la interacción del conductor en ciertos momentos de los atascos en carreteras y al incorporarse a las autopistas, haciéndose cargo del freno, el acelerador y la dirección del coche. El coche se mantiene en el carril, asiste en los cambios, mantiene la velocidad y la distancia de seguridad.

Para aumentar la seguridad, uno de los escollos más grande que tiene la conducción autónoma, Mercedes adaptó un Clase S para introducirle unas señales luminosas de color turquesa en 360º y así reforzar la comunicación entre el coche y su entorno. Lo llamó Clase S “cooperativo” y su objetivo es proporcionar conocimiento a la Sociedad de Ingenieros del Automóvil, encargados de estandarizar los datos y mecanismos de la tecnología.

Existe una escala para determinar el nivel de autonomía, que va del 0 (manual total) al 5 (totalmente autónomo). El nivel 3 se considera ilegal en algunos países (España) pues conlleva total autonomía en muchas funciones, lo que hace apartar la vista de la carretera y la manos del volante

Es lo más cerca que ha estado la marca de ofrecer estos servicios, pues actualmente varias tecnologías más avanzadas están en discordia con la normativa europea, que las limita por seguridad. Es el caso del Autopilot de Tesla que, al ser miembro del AVERE (Asociación Europea de Electromovilidad) ha intentado realizar una serie de propuestas para que el tiempo de cambio de carril sea más amplio (20 segundos) ya que las normas lo establecen en 5 segundos.

BMW llegó a acercarse al nivel 3 de autonomía con el BMW Serie 5, pero no llegó al del Audi A8. En este último podías quitar las manos del volante y realizar otras tareas dentro del coche en marcha, mientras que en el modelo de BMW solo lo podías hacer en periodos cortos de tiempo. Daimler y BMW anunciaron a principios de 2019 que trabajarían juntos en el sector eléctrico, desarrollando puntos de recarga, pero también en compartir gastos de conducción autónoma.

Ola Kallenius, presidente ejecutivo de Daimler, dijo: “Parte de la experiencia de conducción en el futuro será totalmente autónoma. El segmento de alta gama es ideal para esta asociación con BMW. Estamos desarrollando junto con Bosch el robo-taxi (con un nivel 4 y 5 de autonomía), por lo que podemos negociar con BMW compartir este trabajo si quiere ampliar la asociación”.

Pocos meses después, en abril de 2019, Mercedes firmó con BMW la unión que ahora se rompe. Las dos marcas seguirán implementando las tecnologías según se pueda y llegar al nivel 3 en el caso de que sus funciones puedan permitirse con normalidad. BMW desarrollando su sistema Personal CoPilot para 2021 y en el caso de Mercedes-Benz, seguir perfeccionando la berlina cero emisiones llamada Mercedes-Benz EQS, prevista para 2022.