General Motors puso a la venta en 2003 el Opel Signum -un derivado del Vectra con cinco puertas-, que era una especie de familiar, pero primando el espacio y el confort de los pasajeros traseros sin descuidar el espacio del maletero. El máximo responsable de Opel del momento, Karl-Peter Foster, decía al respecto: “el Signum es para clientes que anteriormente no se habrían decidido por un Opel”. Se presentó en el Salón Internacional del Automóvil de Frankfurt de aquel año.
Se tomó la plataforma del Vectra C, alargando su longitud en 40 mm y su batalla en 130 mm, con el consiguiente aumento de espacio para las piernas de las plazas traseras
Realmente estaba configurado como un 2+2, con dos amplios asientos traseros con buena sujeción lateral, que tenían ajuste longitudinal de la banqueta, con 130 mm de recorrido y un mínimo de 770 mm para las rodillas; los respaldos contaban también con regulación, de hasta 30 º. La altura también era muy buena, con 93 cm. Donde pecaba era en anchura, con 137 cm, pero era más que suficiente para dos pasajeros.
El espacio destinado al equipaje oscilaba entre los 480 litros con los asientos traseros en la posición más retrasada y los 550 litros si los adelantábamos al máximo, aumentando hasta los 1.400 litros si abatíamos los respaldos traseros.
La política de equipamiento que se adoptó fue la de equipamiento único y cerrado, muy abundante por cierto. Entre sus elementos de serie encontrábamos airbags frontales y de cabeza, ordenador de a bordo, climatizador, limpiaparabrisas automático; en equipamiento de seguridad destacar el ABS y el control de estabilidad.
Opcionalmente se podían montar el control de crucero, asientos con regulaciones eléctricas, calefactados y forrados en piel, o faros de xenón. Entre los dos asientos traseros se podía solicitar una especie de cajón que contenía una nevera, dos reposavasos, dos bandejas plegables, un hecho para llevar un reproductor de DVD, además de los mandos de control del equipo de sonido para las plazas traseras. A lo largo de la parte central del techo existían varias guanteras con sus tapas.
De sus dimensiones exteriores (4.636 mm de largo, 1.798 mm de ancho y 1.460 mm de alto), la más llamativa era su batalla, con 2.830 mm, unos 130 mm más que la del Vectra, como habíamos comentado anteriormente. Independientemente de la motorización que llevase, no era un peso pluma; a modo de ejemplo con el motor 2.2 DTI superaba los 1.600 kg. El bastidor era distinto, pero compartía suspensión, frenos y dirección con él.
De todas las mecánicas que ofrecía -dos diésel, 2.2 y 125 CV y 3.0 con 177 CV, y hasta cuatro de gasolina, 1.8 16v 125 CV, 2.0 Turbo 155 CV, 2.2 175 CV y 3.2 V6 211 CV-, el más interesante e innovador era el de 2.2 de gasolina con inyección directa.
Este motor aunaba una recirculación de los gases de escape (EGR), una relación de compresión alta (12:1) y la inyección directa del combustible. Tenía un sistema de admisión variable que variaba la turbulencia según el funcionamiento del propulsor: con mucha carga y poca recirculación de los gases de escape mostraba un tipo de turbulencia (lo cual afecta al llenado del cilindro), con poca carga y mucha recirculación de gases de escape mostraba otro tipo de turbulencia.
Este motor 2.2 ECOTEC entregaba 155 CV de potencia máxima a 5.600 RPM, y 220 Nm a 3.800 RPM. Su consumo se reducía hasta los 8,1 l / 100 km de media,con un 6 % de ahorro respecto al motor de inyección indirecta del que derivaba
Tanto bloque como culata eran de aluminio, cuatro válvulas por cilindro y dos árboles de levas en la culata. Llevaba cuatro cilindros en línea en posición delantera transversal, con tracción a las ruedas delanteras. La caja de cambios era manual de cinco relaciones.
El esquema de suspensión delantera era de tipo McPherson delante y paralelogramo deformable detrás, con muelles helicoidales y amortiguadores telescópicos. En cuanto al sistema de frenos, contaba con discos ventilados delante y macizos detrás. Sus prestaciones básicas eran una velocidad punta de 211 km/h, y una aceleración de 0 a 100 km/h que rozaba los 10 segundos.
El Signum fue un intento por parte de Opel de ofrecer una berlina media con pinceladas de limusina, al menos en lo referente a los dos pasajeros traseros, con espacio y equipamiento para hacer la vida lo más placentera posible, dotado de una amplia variedad de motores para poder elegir. Una curiosa incursión de un fabricante generalista en un segmento Premium que no tuvo sucesor.
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Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...Ocurre con este como con los Fiat Croma 2005, los Renault Vel Satis o incluso los BMW Serie 5 GT. Eran raros, inclasificables y lógicamente…con baja aceptación y ventas. Pero el que tiene o ha tenido uno sólo habla maravillas de ellos por espacio, comodidad o desahogo.