Con el FIAT Duna SCX de 1989 el mercado argentino volvió a contemplar cómo un modelo de corte popular procedente del Grupo FIAT también puede presentar variantes deportivas creadas por la propia empresa. Algo que ya estaba pasando en Europa durante la década de los ochenta gracias al auge de los populares GTI, aunque en los mercados sudamericanos no eclosionó con la misma fuerza debido a la mayor necesidad de modelos de acceso. Sencillos, baratos y eficaces en consumo a la forma y manera del FIAT Vivace y su plan de compra financiado por los propios concesionarios.
Pero vayamos al comienzo de toda esta historia. ¿De dónde sale el llamado FIAT Duna? Al fin y al cabo, este modelo fue desconocido para el mercado europeo, lanzándose únicamente en Brasil, Colombia, Ecuador y Venezuela con diferentes versiones según el lugar e, incluso, diversas denominaciones comerciales desde 1988 hasta 1997. Pues bien, de cara a entender todo esto lo mejor será remontarnos incluso un poco más atrás. Concretamente hasta los años cincuenta. Década en la que FIAT comenzó de la mano de Gianni Agnelli su estrategia de internacionalización. Llevada a cabo mediante la figura de la fabricación bajo licencia o incluso el consorcio con capitales nacionales, ésta prosperó rápidamente poniendo la tecnología de FIAT a circular en mercados tan diferentes como el argentino, el español o el soviético.
No obstante, los modelos vendidos en Italia no eran aptos para los países con un menor poder adquisitivo. Algo especialmente notorio a partir de los años setenta y ochenta, apareciendo por tanto una gran cantidad de modelos específicamente pensados para los mercados emergentes con menor presencia de las clases medias. Así las cosas, en Argentina hemos podido ver no pocos modelos creados por y para aquellas latitudes basándose en piezas y bases de modelos típicamente europeos. Llegados a este punto, uno de los casos más significativos es el del FIAT Duna. Derivado con tres volúmenes del popular Uno, vendido en Europa como un utilitario apropiado para el segmento B.
FIAT Duna SCX, un cierto impulso deportivo
La relación entre Abarth y FIAT fue tan intensa durante los años sesenta que, a comienzos de la década siguiente, el gigante industrial turinés acabó absorbiendo al preparador para hacer de él el núcleo de su departamento de carreras. Sin embargo, también lo usó para seguir haciendo preparaciones deportivas sobre sus modelos turismo más ligeros. Prueba de ello es el Autobianchi A112 Abarth o los numerosos kit de preparación que la marca del escorpión siguió vendiendo incluso para modelos tan prosaicos como el Panda.
Pues bien, de cara a los mercados emergentes aquella estrategia deportiva no llegó a cuajar. Evidentemente, en ellos los intereses y las necesidades eran otros. Sin embargo, el caso de la Argentina fue especial. Al fin y al cabo, en este país existía una consolidada tradición prestacional desde que en los lejanos años cincuenta comenzase a aflorar las carreras de vehículos de serie modificados por equipos y pilotos.
Llegados a este punto, en 1975 se creó la Industria Argentina de Vehículos de Avanzada IAVA bajo el liderazgo de los concesionarios locales de FIAT. Todo ello con el objetivo de crear versiones prestacionales justo en la misma medida y forma que Abarth lo estaba haciendo en el Viejo Continente. Y vaya, la verdad es que lograron hacer creaciones de lo más interesantes. Prueba de ello, y por poner sólo un ejemplo, es el encantador FIAT 147 Sorpasso. Un auto con mucho encanto para cualquier interesado en exóticas rarezas con base FIAT.
No obstante, IAVA dejó de tener actividad a mediados de los años ochenta tras despedirse a lo grande con su recordado 1300 Europa. Un cierre que no fue en balde, ya que quedó sembrada una semilla deportiva que explotó recurrentemente en vehículos como el FIAT Duna SCX. Aparecido en 1989 como una versión con más garra del Duna SCV – la que era la variante más equipada y potente del popular tres volúmenes – , este deportivo a la argentina entregaba 89CV gracias al bloque motor de 1.5 litros con un único árbol de levas. Lejos de los 118CV del Uno Turbo i.e de aquel mismo año, aunque suficientes para dar una opción deportiva al popular Duna producido por la SEVEL de Argentina. Además, se cuidó bastante el aspecto. Añadiendo un nuevo volante, un spoiler y unas aparentes terminaciones sólo ofertadas en color negro y gris. Un buen sucesor del espíritu deportivo sembrado por las versiones de IAVA.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS