Los Citroën Activa Concept y Activa 2 Concept fueron precursores del Xantia. Este vehículo conceptual se presentó en el Salón del Automóvil de París de 1988, vestido de un llamativo rojo escarlata y escondiendo numerosas innovaciones técnicas bajo su piel. Dos años después se mostró el Activa 2 Concept.

Mostraba una carrocería fastback, es decir, con aspecto de sedán, pero con cinco puertas y para cinco ocupantes. Sus dimensiones eran generosas, con 4,75 metros de largo, 1,90 de ancho y destacando su baja altura, con tan solo 1,27 metros. Mostraba un sistema de apertura remota de las puertas, siendo las traseras de apertura antagónica -suicidas- respecto a las delanteras, sin montante central o pilar B.

Su diseño interior destacaba por su curioso volante rectangular achatado en las esquinas con una serie de mandos agrupados en una especie de piñas adosadas en los extremos de la columna de la dirección, al alcance de ambas manos sin necesidad de soltar el volante. El salpicadero estaba presidido por un estrecho y lineal cuadro de mandos con indicadores digitales que recorrían horizontalmente la mayor parte de dicho salpicadero.

El Activa Concept de 1988 utilizó técnicas de vanguardia como los sistemas de suspensión hidroneumática activa y de cuatro ruedas directrices. Estaba impulsado por un motor V6 de 3 litros, 24 válvulas y 200 CV de potencia

La consola central mostraba una pantalla digital en su parte superior, situándose debajo de ella los selectores del cambio automático, algunos mandos más y el equipo de audio y de climatización. Continuando hacia abajo veíamos una abigarrada parte central llena de innumerables botones. También contaba con un sistema de proyección de las informaciones básicas del vehículo en el parabrisas. Carecía de palanca de cambios, estos se realizaban mediante unos mandos situados en esta consola central.

El diseño de su interior estaba muy adelantado a su época, no dista mucho de un modelo contemporáneo

Estaba movido por un motor V6 de 3 litros de cilindrada (2.975 cm³⁾ refrigerado por agua y cuatro válvulas por cilindro, que entregaba una potencia de 200 CV a 6.000 RPM y 260 Nm a 3.600 RPM de par máximo. Era un motor PRV (Peugeot/Renault/Volvo). La caja de cambios era automática, con cuatro marchas, que transmitía la potencia a las cuatro ruedas.

El sistema de cuatro ruedas directrices era algo ya visto en los 80 en algunos modelos japoneses, por lo cual Citroën quiso ponerse las pilas. Su sistema contaba con gestión independiente de sus cuatro ruedas y giraban dependiendo de una serie de parámetros, como la velocidad del vehículo y el grado de giro del volante. Llamaba la atención el elevado grado de giro de las ruedas traseras, según se veía en las fotografías mostradas del prototipo.

El sistema de suspensión era electrohidráulico. Una centralita electrónica recogía lecturas de una serie de sensores y las analizaba, enviando dicha información a una bomba de gas de alta presión. Estos sensores medían también la velocidad del coche, el ángulo y la velocidad de giro del volante y los movimientos verticales de la carrocería. El vídeo sobre estas líneas incluye animación en 3D por Thomson Digital Image, tecnología punta en 1988.

Con toda esta información la centralita enviaba las órdenes necesarias a la bomba de alta presión, la cual enviaba el gas a presión a cada una de sus ruedas modificando la inclinación de la carrocería, la flexibilidad y dureza de la amortiguación.

De esta manera el coche giraba prácticamente plano en las curvas y filtraba todas las irregularidades del terreno, como si fueses en una alfombra voladora. También contaba con otros sensores que controlaban la altura de la carrocería al suelo independientemente de la velocidad, la naturaleza del firme y de la carga del vehículo. Igualmente se podía modificar la altura del vehículo para facilitar la entrada y salida de los pasajeros, o variar la altura de las luces.

Citroën Activa 2 Concept en el Salón de París de 1990

En 1990 salió la segunda versión en el Salón de París, el Activa 2 Concept, más elaborado que la primera versión. Era un gran coupé de dos puertas que tomaba como base la plataforma del modelo XM. Era el modelo estrella de la marca francesa, y como sucedió con el Activa Concept, la suspensión hidroneumática activa -hidractiva- acompañada de un sistema electrónico antibalanceo, era su principal atractivo, siendo incorporada posteriormente a modelos de producción.

Este sistema electrónico antibalanceo activo funcionaba también con válvulas electrohidráulicas y su correspondiente sensor extra por cada rueda. Este sistema medía la distancia de la carrocería al suelo, siendo capaz de estabilizar completamente al vehículo independientemente del trabajo realizado por las ruedas. En las curvas gestionadas a excesiva velocidad era capaz de realizar un leve contrabalanceo para superar la inercia derivada de este brusco movimiento.

Esta segunda versión del Activa contaba con un sofisticado ordenador que controlaba el equipo de audio, telefonía manos libres, climatización y navegador, visibles en la pantalla situada en la consola central. Fue necesario el paso de una década para que este equipo pasara a ser de serie en los vehículos de alta gama. Además, se recuperó el volante redondo tradicional.

El motor era el mismo que el del Activa Concept, el V6 de 3 litros y 200 CV. Este motor lo incorporaría a su gama el Citroën XM V6 y su primo hermano, el Peugeot 605 SV 3.0. Volviendo a la segunda evolución de nuestro prototipo, fue el primer Citroën en equipar un sistema de navegación, que podía ser controlado por la pantalla multifunción situada encima de la consola central.

Por el camino se quedó el sistema directriz a las cuatro ruedas. Lo que sí pasó a ser elemento de serie fue la suspensión hidroneumática activa, ya utilizada en el XM. El sistema electrónico antibalanceo se añadió en 1998 en el Citroën Xantia Activa.

El Activa 2 incorporaba además un sistema electrónico antibalanceo y un sofisticado equipo informático que controlaba el equipo de audio, telefonía manos libres, climatización y navegación. Era un coupé de dos puertas, frente a la carrocería sedán de cinco del Activa Concept

La marca gala se planteó seriamente pasar a la producción en serie del modelo, pero la rentabilidad económica quedaba lejos pues sus costes unitarios serían elevados y no se veía capaz de competir con coupés de lujo comercializados por marcas especializadas en este tipo de vehículos. Después de más de 30 años lo sigue intentando con la marca DS, cada vez más cerca de los productos Premium -alemanes casi en su totalidad-. Al menos en precio, diseño y calidad aparente parece que lo esté consiguiendo. Adquirir el prestigio e imagen Premium es otro cantar.