Cuando llegas a una edad y te conviertes en padre, un aficionado se encuentra con una tesitura que, para mucha gente, podría no tener sentido, para alguien amante de los coches es inevitable: Y ahora, ¿qué coche me compro? Una cuestión que para mucha gente no tendría mayores problemas, el mejor ejemplo lo tenemos en las calles, donde los SUV han desbancado a los monovolúmenes y los familiares tradicionales, pero los amantes de los coches buscamos otras cosas. Y no, amigos, no es un error, cada uno se compra el coche que le viene en gana y luego, pues que se apañe como pueda. Tengo claro que no existe el mejor coche del mundo, existe la mejor compra, es decir, el mismo coche no es igual de adecuado para todo el mundo y comprar por modas puede ser, a la larga, una mala idea.

Así, un día me dio por pensar –a veces lo hago, sí– y me surgió una duda: si yo tuviera que comprarme un coche a día de hoy, ¿qué me compraría? Y como yo, amante de los coches y de conducir –de conducir rápido, todo sea dicho–, habrá cientos, y que sean papás, otros cientos de ellos. Cuando eres papá no vale cualquier coche, debe cumplir unos requisitos que cambian, obviamente, según las necesidades de cada uno, pero básicamente, no debería tener un precio demasiado alto y por supuesto, es imprescindible que cuente con un amplio espacio interior. A esto, en este caso, le debemos añadir una imagen atractiva y una conducción, como poco, más dinámica que la media. Luego está la cuestión del motor, y tal como están las cosas, lo limité a gasolina e híbrido.

Le conté la idea a mi compañero Miguel y seleccionamos dos modelos que, según nuestro punto de vista, encajaban a la perfección: el CUPRA León Sportstourer y el Toyota Corolla Touring Sport, dos clásicas rancheras que cuentan con diseño, espacio interior y, en teoría, un talante suficientemente deportivo como para colmar las expectativas de cualquier papá que busque coche nuevo para llevar a toda la familia. Además, escogimos dos versiones que son rivales directas: el León Sportstourer con el motor de 190 CV y el Corolla TS GR Sport, que equipa la última evolución del grupo híbrido japonés y rinde 196 CV. Son dos opciones que ofrecen deportividad y potencia de sobra, con un precio accesible para una enorme cantidad de usuarios. Los hay más potentes y más rápidos, efectivamente, pero también más caros en todos los sentidos.

¿Cómo fue la cosa? Pues fueron sorpresas unas tras otras. Son dos modelos muy diferentes, pero al mismo tiempo muy parecidos y, a pesar de ello, tengo claro que aquel que escoja el CUPRA, nunca compraría un Corolla TS, por muy GR Sport que sea, y al revés igual, un usuario de Corolla TS GR Sport nunca optaría por un CUPRA León Sportstourer.

El grupo motor-transmisión condiciona mucho la personalidad de cada coche y coloca al León como el más deportivo de los dos

Mismos objetivos, soluciones muy diferentes

Las diferentes, y los parecidos, se pueden apreciar desde el primer momento que juntas los dos coches. Gustos aparte, el Corolla tiene un diseño puramente japonés, al tiempo que el CUPRA presenta una imagen totalmente germana. Cada uno en su estilo, desprenden carácter y juegan con las formas y los colores para llamar la atención. El CUPRA, como ya es firma de la casa, luce un color gris mate combinado con toques en cobre, mientras que el Corolla, al ser un GR Sport, adopta el tono gris Ascari específico de estas versiones, combinado con un techo y carcasa de los espejos pintados en negro. Cabe destacar que se trata de una unidad del restyling sufrido por el modelo, lo que conlleva unas llantas que, desde mi punto de vista, son más feas que las anteriores.

El León resulta un coche un poco más artificial, más postureo. Tiene rejillas ciegas en el frontal, al igual que monta un paragolpes trasero que incorpora dos elementos a cada lado, que simulan unas salidas de escape. Lo curioso es que ni siquiera lleva algún adorno cromado para mejorar la sensación, son sendas piezas de plástico de color negro, sin más. Son detalles que no me gustan, prefiero que no pongan nada, es como ponerse prótesis para aparentar músculo, en lugar de ir al gimnasio. El Toyota es algo más natural y el postureo se limita a un paragolpes trasero que monta una falsa rejilla. Tampoco me gusta, si fuera mi decisión final se lo quitaría lo antes posible. Ambos desprenden cierta deportividad, no me atrevería a destacar ninguno, aunque quizá, el León sea algo más llamativo por la combinación de colores escogida para la unidad y esto ya sería, sin duda, un motivo para escoger uno u otro.

No siempre ocurre, pero la imagen ya adelanta lo que te vas a encontrar cuando te pongas al volante, tanto en lo relativo al tacto de conducción como a su decoración o su personalidad. Es decir, el CUPRA León es más atrevido, más llamativo y sí, más postureta, con elementos de plástico imitando a inserciones metálicas, marcos de las salidas de aire de color cobre, una tonalidad grisácea para todo el habitáculo, asientos muy deportivos con reposacabezas integrado… un contraste con el Corolla, que presenta un interior algo más discreto, dominado por una tonalidad negra que lo cubre todo a excepción de las costuras, realizadas con hilo rojo, y algunos elementos cromados.

Contrastes encontramos también en cuanto a la posición al volante y en los acabados. El Toyota, creo, está ligeramente por encima del CUPRA en cuanto a cuidado en los ajustes y en cuanto al aspecto general, pero pierde en posición al volante y en tacto. El León Sportstourer es el más deportivo de los dos en este aspecto, vas sentado ligeramente más abajo y con las piernas ligeramente más estiradas, mientras que el volante cae casi horizontal y con la posibilidad de llevarlo más cerca del pecho. En el Toyota hay menos regulación de volante y eso obliga a llevar las piernas un poco encogidas, o bien, los brazos algo estirados. No obstante, no te encuentras fuera de lugar en ninguno de los dos, vas donde, teóricamente, hay que ir, cerca del suelo y no a un metro y medio por encima, al tiempo que se disfruta de unos asientos que en los dos casos me parecen soberbios.

Los consumos del Corolla son inalcanzables para el León

Sin duda alguna, el León es más deportivo, pero no por ello es más rápido

En marcha es donde más se notan sus respectivas personalidades, marcadas por la configuración general de cada uno. Ninguno de los dos son realmente deportivos, son más dinámicos que la media, con un tacto y unas reacciones más directas y una mayor capacidad para afrontar curvas a gran velocidad, pero guardan compromiso con el confort y con un uso diario sin machacar a los ocupantes con suspensiones muy rígidas y con reacciones bruscas. Son realmente agradables de conducir, nunca es mal momento para ponerse al volante de cualquiera de los dos, pero los matices son los que marcan la experiencia con cada uno.

Por ejemplo, el CUPRA León Sportstourer es más rígido de suspensiones, más directo de dirección y tiene un mejor tacto de frenos, mientras que el Toyota Corolla TS GR Sport mima un poco más al pasaje con suspensiones que ofrecen lo mejor de sí en asfalto roto, aunque no desmerecen en carreteras secundarias. Es menos directo que el CUPRA y también menos emocionante de conducir rápido, pero los consumos son imposibles de igualar con el León. De todas formas, aunque el CUPRA ofrece más sensaciones, no significa que sea más veloz, el Toyota aguanta el ritmo que se puede imprimir con el León aunque hay que realizar una conducción algo distinta. Mientras el León acepta cambios de dirección bruscos y frenadas “hasta la cocina”, el Corolla pide actuaciones más suaves y frenadas más tempranas, aunque permite acelerar muy pronto y de forma contundente.

En el León, todo pasa por la pantalla central y es un auténtico engorro

Con el León se puede hacer una conducción deportiva “de toda la vida”, exprimiendo el motor a fondo, tirando de caja de cambios para frenar y tirando el coche en curvas sin miramientos. Es morrón, como todo VAG, pero puedes ir muy rápido si no haces el bestia. El Toyota, por otro lado, está muy condicionado por su conjunto motor-transmisión, sobre todo por la caja de cambios. La sensación de empuje es menor que en el León y no puedes jugar con las levas del volante porque no actúan sobre la caja de cambios, sino sobre la capacidad de retención –antes si daban acceso a posiciones prefijadas del variador– y, creo, es lo que más resta sensaciones cuando quieres divertirte. Al ser ligeramente más blando de suspensión, encuentra el límite antes, aunque hay que rodar a un ritmo muy fuerte para que el Corolla pierda el ritmo.

Si hablamos de velocidad pura, el CUPRA León Sportstourer, con su motor turbo y su caja de cambios de doble embrague, deja atrás al japonés poco a poco y además, según datos oficiales, la velocidad máxima es superior en el caso del León –nunca llegamos tan lejos como para probar esas cosas… –. Un dato que, al menos en lo que a mí respecta, no condiciona la elección de un coche u otro, veo más importante, y con más peso a la hora de elegir, la respuesta del motor y las sensaciones, apartados donde el León tiene cierta ventaja. El caso es que el Corolla me resulta un coche bastante agradable de conducir y los consumos son insuperables, que también me parecen puntos a tener en cuenta.

La capacidad del maletero de ambos coches es enorme, y sus formas, muy aprovechables

Todo depende de tus gustos personales

En lo respectivo a su talante y su comportamiento en carretera, queda claro que el León es más deportivo y más preparado para circular rápido, pero no debemos olvidarnos que la idea era buscar un coche con talante deportivo, pero para llevar a la familia, y ahí, es imprescindible analizar las capacidades interiores de cada contendiente y otros usos más mundanos como ir a comprar o recoger a los niños al colegio. Lo más curioso es que hay interesantes diferencias que, a mi parecer, mantienen la batalla tan igualada como hasta ahora.

Si empezamos a echar un vistazo, por ejemplo, a las capacidades del maletero, el CUPRA León Sportstourer es el ganador con 620 litros frente a 581 litros. Son dos maleteros enormes y dudo que nadie pueda notar la diferencia entre capacidades, pero al ser “el coche de papá”, hay quien le da mucha importancia a este dato. Sí, también puede ser el coche de mamá, hay mucha mujer fanática de los coches, pero ellas, por lo general, suelen comprar con más cabeza y el talante deportivo suele ser un requerimiento totalmente prescindible.

El espacio para las plazas traseras es bastante parecido, tanto en anchura como en espacio para las piernas, no en balde, por dimensiones, ambos coches son muy, pero que muy similares, ¡incluso pesan lo mismo! –1.515 kilos–. Lo que más condiciona esta zona son los asientos del CUPRA, que son más voluminosos y restan visibilidad hacia delante y espacio para los pies. Los dos tienen un brazo central entre los asientos delanteros que esconde un hueco donde dejar objetos y las guanteras de las puertas son bastante parecidas por tamaño.

La circulación urbana es, sin lugar a dudas, para el Corolla ranchera. Su condición de híbrido permite los consumos más bajos, y hablo de cifras por debajo de los tres litros a poco que aproveches las bondades del grupo motor. Bajar de los seis litros por urbano con el León es toda una odisea. En uso mixto las cosas se igualan un poco, con cifras “de ordenador” que rondan los cinco o cinco litros y medio para el Toyota, y sobre los seis y medio o siete litros para el CUPRA.

Con respecto a los precios, el Toyota Corolla TS GR Sport es el más barato de los dos. Segun web oficial, el precio arranca en 32.800 euros, aunque la unidad que nos prestó la marca montaba el paquete GR Sport premium, que cuesta nada menos que 5.500 euros. Hemos buscado el CUPRA León Sportstourer con el motor de 190 CV, pero no aparece en la web de la marca, así que, quizá, lo hayan retirado del catálogo, lo que sería una buena faena. No obstante, el precio de partida, al menos el último que he visto, son 34.650 euros sin extras, y la unidad probada tenía algunos y, por lo tanto, aun con el paquete GR Sport Premium, el japonés es algo más barato.

Yo, personalmente, no sabría cual elegir. Me gusta el León, pero odio sobremanera que no tenga un solo botón físico y todo tenga que pasar por la pantalla. También me gusta el Toyota, pero me fastidia que, siendo una versión “deportiva”; no permita manejar la caja de cambios con las levas y que los gráficos de la pantalla central sean tan pobres.

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