El Nissan GT-R50 fue un rediseño radical del matagigantes japonés realizado por Italdesign. Cuando debutó en verano del año pasado con objeto de conmemorar los 50 años de las siglas “GT-R” (y también la “Z”), fuimos muchos los que quisimos que se hiciese realidad. Después de anunciar una producción limitada a 50 unidades, creí que no habría ninguna disponible, pero todavía quedan algunas sin vender.

La última actualización para el GT-R50 es que el primer modelo de producción se revelará en el Salón del Automóvil de Ginebra del próximo año, en marzo, y las entregas comenzarán a finales de 2020 para aquellos que quieran su ejemplar completamente personalizado. El prototipo inicial se mostró en 2018 en el Festival de la Velocidad de Goodwood y, aunque pareció causar sensación y llamó la atención de muchos, son menos los interesados en comprarlo.

Por un precio de 990.000 euros, el Nissan GT-R50 no es lo solo una cara bonita. La mano de Italdesign se combina con una sustancial mejora mecánica. Tomando como punto de partida un GT-R Nismo, con 600 CV y 652 Nm, el V6 biturbo de 3,8 litros ha recibido nueva gestión electrónica, los turbocompresores del GT-R GT3 de competición, radiadores más grandes e inyectores de combustible de alto flujo. El resultado son 720 CV y 780 Nm que, a buen seguro, ayudará a mejorar las prestaciones del ya por sí impresionante godzilla.

La caja de cambios y los diferenciales del GT-R donante también son recalibrados para hacer frente a la potencia adicional, mientras que el chasis recibe la nueva suspensión ajustable Bilstein DampTronic, frenos Brembo de seis pistones y llantas de aleación de 21 pulgadas personalizadas y ligeras. Otras modificaciones incluyen un techo rebajado, faros LED, un nuevo alerón y difusor trasero, un frontal completamente nuevo y una gran protuberancia en el capó.

En el interior del Nissan GT-R50, el cuadro de instrumentos y la consola central han completamente rediseñados, así como los nuevos asientos tapizados en Alcántara y cuero

Pero lo más interesante es que Nissan e Italdesign aún no han logrado asegurar 50 depósitos para el coche, cuyo anuncio de llegada a producción llegó hace casi un año. El último comunicado de la firma japonesa afirma que “la demanda de los clientes ha sido fuerte”, pero también dice que “todavía hay un número limitado” de ejemplares disponibles para su compra. Parece difícil de creer que les cueste tanto encontrar 50 millonarios en un año.

Pero el diseño ciertamente ha sido controvertido desde el debut del automóvil, y no ayuda que la generación actual del Nissan GT-R haya estado a la venta durante 12 años. Quizás todos los que quieren uno no pueden gastar casi un millón de euros. Sin embargo, ajeno al desorbitado precio de adquisición, he de decir que a un servidor le parece un gran acierto, un ejercicio que en su conjunto bien podría verse como un digno sucesor del R35.

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