Como parte de los importantes cambios que experimentó el Chevrolet Corvette para la actual generación se incluye, cómo no, la ampliación de su catálogo con una versión electrificada. Y no cabe duda de que el lanzamiento del Chevrolet Corvette E-Ray, que así se llama la variante que cuenta con parte eléctrica, ha sido todo un acierto. De ello da cuenta la lista de espera de hasta dos años para poder hacerse con una unidad.
En realidad, y pese a que llevamos tiempo leyendo acerca de este modelo, su primera aparición pública acaba de tener lugar durante el Salón del Automóvil de Nueva York que se está celebrando durante estas fechas. Precisamente se cumplen 70 años desde la presentación de la primera generación del modelo, en enero de 1953, en un evento denominado Motorama y que fue organizado por General Motors en esa misma ciudad con el objetivo de presentar las últimas novedades de sus marcas.
El Chevrolet Corvette E-Ray cuenta con un propulsor atmosférico de gasolina de 6.161 cc y ocho cilindros dispuestos en uve, como mandan los cánones. Es el mismo que se instala en la versión de acceso, o Chevrolet Corvette Stingray, y la principal novedad en esta generación actual consiste en su ubicación central-trasera, abandonando la tradicional disposición de motor delantero del histórico modelo norteamericano. En cuanto a la configuración de su propulsor de gasolina, se diferencia conceptualmente de sus rivales en el mercado, como pueden ser el Ferrari 296 GTB o el McLaren Artura, los cuales recurren a arquitecturas de seis cilindros en uve y están sobrealimentados.
El Chevrolet Corvette debe ofrecer una experiencia estimulante en carreteras secundarias y circuitos, y el E-Ray lo consigue. La tecnología de la electrificación amplía la sensación de control en todas las condiciones, añadiendo un inesperado grado de compostura”, ha declarado el ingeniero jefe del modelo, Tadge Juechter
Los 502 CV de potencia máxima y 637 Nm de par que entrega el V8 se envían al eje trasero a través de una caja de cambios automática de ocho relaciones. Sin embargo, gracias a la hibridación, el Chevrolet Corvette E-Ray cuenta con tracción total, puesto que acoplado al eje delantero se sitúa un motor eléctrico de 162 CV de potencia y 170 Nm de par. La potencia combinada que se declara para este modelo es de 655 CV.
Sus prestaciones lo convierten en la versión de más rápida aceleración en la dilatada historia del modelo, puesto que declara un 0 a 60 mph —96 km/h— en 2,5 segundos. Se trata de un dato que equipara las prestaciones de este deportivo americano a las de sus rivales de origen europeo. Ahora bien, como con todo híbrido —no enchufable, en este caso— deberíamos hacer referencia a su capacidad para circular sin emisiones contaminantes locales, aspecto sobre el que apenas tenemos datos, más allá de su velocidad máxima en este modo, de 72 km/h. Eso sí, los 1,9 kWh de batería, cuya recarga se confía principalmente a la frenada regenerativa, no auguran una autonomía elevada.
Otra de las diferencias importantes entre el Chevrolet Corvette E-Ray y sus rivales procedentes de nuestro continente radica en su precio. Situado en el entorno de los 100.000 euros, es un tercio de lo que se exige desembolsar para hacerse con una unidad de su rival de Maranello. Este es, sin duda, uno de los atractivos del Chevrolet Corvette E-Ray que explica los numerosos pedidos recibidos por la marca hasta la fecha.
David García
No conozco sensación mejor que la de un volante en las manos. Disfruto también con ellas sobre el teclado, escribiendo ahora para vosotros algo parecido a aquello que yo buscaba en los quioscos cuando era un guaje.COMENTARIOS