En esta vorágine de modernidad, en ocasiones olvidamos que no siempre la potencia extrema es sinónimo de competitividad, sino mira este MGB serpentear entre el tráfico en Mount Panorama. El pequeño descapotable británico va buscando su lugar al inicio de la carrera, y es que las carreras de clásicos nos dan la oportunidad de ver algunas parrillas idílicas como en este caso.

El circuito de Mount Panorama se encuentra en Bathurst, en Nueva Gales del Sur, en Australia. Su carrera más emblemática es la Bathurst 1.000, y la resistencia de 12 horas de Bathurst, que discurren en este circuito urbano de 6,213 km que, evidentemente, se utiliza como carretera pública cuando no se está disputando ninguna carrera en él. La pista tiene un diseño inusual según los estándares modernos, con una diferencia vertical de 174 metros entre sus puntos más alto y más bajo, y pendientes de hasta el 6%.

Tras salir de la línea de meta nos encontraremos un giro de 90º a la izquierda, precedido de una larga recta que se dirige directamente hacia la montaña. Ya en la falda de la montaña tendremos una sección estrecha en ascenso, donde la potencia es la clave. Después llega la parte más emblemática del trazado, el descenso sinuoso entre muros donde habitualmente algún coche acaba rozando alguno de ellos, y que lleva a Forest´s Elbow, la última curva que te libera hacia la segunda recta del circuito, una chicane más, otra curva de 90º  y de nuevo la recta de meta.

Los vehículos más rápidos bajan de dos minutos, como el Audi R8 LMS, pero en absoluto es el caso que nos ocupa. En este circuito también se disputan carreras de clásicos de acuerdo a su relación peso-potencia, aunque los más potentes suelen ser los que se llevan las victorias gracias a las largas rectas, nuestro protagonista de hoy acudió a la cita con un voluntarioso MGB descapotable que trata de abrirse paso. El pequeño deportivo británico cuenta con un motor de 1,8 litros y 95 CV que se lo pondrá fácil antes sus rivales.

Pero su baza es otra, el voluntarioso motor solamente tiene que mover poco más de 900 kg. Entre sus rivales se puede ver un Corvette C3 que será el primer candidato a tenerlo fácil en las rectas, un Alfa Romeo 1750 GTV que aportará un nuevo origen de nacionalidades con su espíritu italiano, y un precioso De Tomaso Pantera. Una legión de Porsche 911 que, si juzgamos por la asistencia, es el más fiable y/o el más rápido en el trazado australiano.

Este video me ha hecho reflexionar, ahora que pretenden que los coches de explosión se vayan utilizando cada vez menos, ¿veremos más carreras de clásicos en más lugares del mundo? Yo creo que sí, pero con la cultura automovilística que estamos creando me resulta difícil pensar que en algún momento alguien viva el momento en el que se escuche en una carrera de clásicos eléctricos un sonoro: ¡Mira! ¡Es un Tesla Model S Plaid! En su época fue famoso por ganar en aceleración a esos anticuados coches con motor de explosión.