Siempre he pensado que para hacer un swap había que ser lo más fiel a la historia y el origen del coche, pero siempre ha habido “peros”. Uno de esos “peros” podría ser perfectamente este Ferrari 244 GTK, el sacrilegio movido por un motor Honda, el cual ya podemos ver la obra de Stanceworks en movimiento tras los dos años y medio que ha tardado en ser terminado.
Está claro que, para los más puristas, esta creación merece ser penada con la retirada de carnet vitalicia, puesto en juicio ante un tribunal formado por los herederos de Enzo y una selección de los mayores coleccionistas a nivel mundial. Al pobre Ferrari 308 le han sacado el obsoleto V8 y le han instalado un motor K24 de Honda con la mitad de cilindros, y para ayudarle a alcanzar una potencia acorde con la imagen de este Ferrari, le han dotado de un turbo enorme.
No estamos hablando de una preparación cualquiera, para transferir la potencia al suelo se ha instalado una caja de cambios secuencial y se ha realizado un trabajo de orfebrería para soldar a partir de tubos unos nuevos brazos de la suspensión. Es más, esencialmente tras el cortafuegos se ha ejecutado un trabajo impecable para reforzar el chasis del Ferrari y que pueda digerir la potencia del k-swap. En el exterior las modificaciones han sido las necesarias, unos aletines para cubrir las enormes ruedas, un alerón enorme, un lip delantero y un difusor.
Si no fuera porque sabemos de dónde proviene y nos dicen que iparticipó en Pikes Peak nadie tendría problema con él, si salimos del velo del fanatismo se ha cogido un coche clásico, se ha reforzado, aligerado, y mejorado de cara a la velocidad, “pero”. Aquí es donde viene el “pero”, muchos de nosotros soñamos con tener un Ferrari en el garaje, e incluso con menor nivel de preparación estaría dispuesto a “adoptar” a este sacrílego aparato, pero tendría remordimientos.
Considero que sacar el V8 es el problema, si el coche no hubiese tenido motor, procediese de una restauración tras un accidente y careciese de este, y tras buscar en cada rincón del mundo “su motor” y no encontrarlo, probablemente yo habría optado por instalar otro motor. En mi caso, habría instalado el del hijo bastardo más actual, el V6 biturbo de 2,9 litros del Giulia GTA, y sí, con una caja de cambios secuencial, y puede que me engañase a mí mismo diciendo que el alerón trasero es necesario.
Pero ese sería mi punto de vista, al final, en el mundo de las preparaciones, muchas veces es el reflejo de las ideas de un tarado por la velocidad, atendiendo a sus gustos personales bajo el típico “con mi dinero hago lo que quiero”. Y a pesar de ser un sacrilegio, sin él no podríamos haberlo visto en movimiento, ni nos habría dado lugar a decir “no me gusta”, o lo que podríamos haber hecho nosotros con un precioso Ferrari 308, y eso es lo bonito del mundo del motor, que aún se puede hablar de ello.
Francisco Javier Rodriguez
En la época en la que pasaba el día dibujando coches, alguien me preguntó: ¿pero a ti te gusta más la mecánica o la carrocería de los coches? Esa misma semana leí el Manual del Automóvil de Arias Paz. Tenía 14 años, esa simple pregunta es la razón por la que estoy aquí, desde entonces no he parado de aprender sobre lo que se convirtió en mi pasión.COMENTARIOS