En el mercado estadounidense, a veces, los conductores confunden el pedal que pisan, le dan al acelerador en vez del freno, y ocurre lo lógico: el coche acelera. Como ocurre lo contrario a lo deseado, pisan el pedal más, presos del pánico, empeorando la situación. Esto a veces acaba en accidentes con o sin víctimas. Es la explicación por defecto ante un episodio de aceleración incontrolada: el error humano. Esta vez es Tesla quien se defiende de semejante acusación.

La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA) de Estados Unidos va a revisar una petición de llamada a revisión, en la que se pide que Tesla compruebe -y corrija- medio millón de coches, básicamente todos los Tesla Model S, Model X y Model 3 que se han fabricado desde 2013 y se han comercializado en el país.

El demandante, Brian Sparks, actúa en nombre de una clienta, Jennifer Terry, que presuntamente sufrió un episodio de aceleración incontrolada en su Model 3 nuevo (modelo 2019) en julio del año pasado, pero salió ilesa. En un presunto segundo episodio hubo una colisión contra otros cuatro vehículos y hubo dos heridos. La petición fue registrada en septiembre.

El señor Sparks afirma en su escrito que los 2016 Tesla Model X tienen 30 veces más posibilidades de tener este problema que la media de reportes. Eso sí, los reportes son eso, reportes, quejas de los usuarios, no implican que hayan ocurrido realmente. Ha pedido una investigación formal (probe), la NHTSA tiene que decidir si empieza o la desestima.

La respuesta del fabricante no ha tardado. Ayer lanzó un comunicado negando la mayor, sus coches no tienen ese problema. Se justifican diciendo que en caso de error, se corta la aceleración, que la señal del pedal del freno se impone sobre la del pedal del acelerador, y que el sistema Autopilot (de estar presente) puede prevenir un error humano al presionar el pedal incorrecto si los sensores juzgan que hay riesgo de colisión.

Es más, Tesla asegura que en cada queja sobre aceleración incontrolada los registros del coche han confirmado que el comportamiento fue el esperado, vamos, que el cliente se equivocó de pedal. Esos registros no se han hecho públicos, es la palabra del fabricante contra la de los clientes que se han quejado, a menos que la NHTSA exija explicaciones más detalladas.

Se da la circunstancia de que Brian Sparks tiene acciones de Tesla y según la cadena CNBC está haciendo operaciones a corto plazo. En otras palabras, si somos malpensados, Sparks pretende que haya un shock bursátil que reduzca el precio de las acciones de Tesla, para así luego obtener ganancias cuando vuelvan a subir. La petición, por tanto, está viciada. Tesla la describe como “rotundamente falsa”.

Ciertamente no sería nada bueno para la cotización de TSLA que la NHTSA ordenase una costosísima llamada a revisión a medio millón de coches, en el peor caso, si se confirmase un defecto de fabricación o del software que pueda dar lugar a esa aceleración controlada. Hay quejas sobre 110 accidentes y 52 heridos. Hace ya unos 10 años del escándalo de aceleración incontrolada por excelencia, el “Pedalgate” de Toyota y Lexus.

Según Reuters, Brian Sparks no ha dado más explicaciones. La NHTSA decidirá próximamente sobre esta cuestión. Tan solo con que se inicie la investigación formal las acciones pueden caer, aunque luego no acabe pasando nada, y volverán a subir.

Actualmente las acciones del fabricante americano superan los 500 dólares en el NASDAQ, cerca de su máximo histórico, y bien lejos de los casi 360 dólares a los que llegó a cotizar en 2019. En las últimas 52 semanas (año natural) estas acciones tocaron fondo en 177 dólares, es un valor muy volátil. Desde que se presentó el pick-up Cybertruck las acciones prácticamente no han parado de subir, está en un claro ciclo alcista. A algunos les podría venir bien una bajada para comprar más, o si han apostado en contra del valor.