El estatus legendario del Nissan Skyline GT-R y toda la historia que le precedió se consolidó con los primeros R32, ayudados en gran parte por su impresionante rendimiento en las carreras del Grupo A. Dicho esto, Nissan también equipó el Skyline mejorado para otros tipos de carreras, incluido el Grupo N que eran carreras de circuito en las que se corría casi de serie, nada tiene que ver el Grupo N de circuito con el de rally, obviamente. Este coche en particular jugó un papel muy importante en la historia de su éxito, y ahora podemos ver al Skyline GT-R Grupo N en un rally, un tiburón en un río.

Este coche en particular fue uno de las dos unidades del Grupo N que debutaron en las 24 Horas de Spa de 1990, ambos patrocinados por Zexel. Los dos terminarían segundo y tercero en su clase, y esta unidad que podemos ver se llevó a casa el segundo lugar en la general. El coche fue adquirido y pilotado por un equipo finlandés inmediatamente después de su actuación en Spa y siguió compitiendo en carreras regionales durante los dos años siguientes.

El coche se vendió posteriormente y actualmente permanece bajo el cuidado del equipo de Motikon. El extraordinario YouTube Robbert Alblas estuvo en el reciente evento Bernina Gran Turismo en Suiza, que es donde se capturaron estas imágenes de la subida de la colina. Incluso para los estándares modernos, el GT-R parece un compañero maravilloso cuando las cosas se ponen rápidas y luce tan seguro como siempre. Por supuesto, el ruido de ese motor de seis en línea respirando a través de algunos turbocompresores tampoco perjudica el atractivo.

A diferencia de los turismos más extremos del Grupo A, los equipos del Grupo N tenían mucha menos libertad para modificar sus coches según el reglamento. Los motores permanecieron prácticamente intactos, salvo algunas mejoras estrictas de fiabilidad, mientras que la centralita dependía de la elección del equipo. Los coches de inducción forzada fueron lastrados con bridas restrictivas para evitar aumentos salvajes de potencia que permitía la unión de electrónica y mecánica turbo.

Inicialmente, los competidores del Grupo N debían competir con interiores completos, pero al final los guarnecidos de las puertas y el salpicadero eran los únicos componentes necesarios. Eso es todo para decir que para ser competitivo en el Grupo N, el coche tenía que tener una buena base sobre la que trabajar, cosa que a día de hoy es difícil de ver en vehículos de calle. El R32 Skyline GT-R resulta ser uno de los deportivos más queridos de la época, respaldado por una potente ingeniería que lo hizo una de las máquinas más deseadas y rápidas del mundo.

A pesar de ello, no parece encontrarse del todo cómodo en el tramo de rally, al menos en los primeros compases, debido a la suma de un asfalto deslizante y una entrega de par excesivamente inmediata. Sin embargo, es todo un placer poder disfrutar de coches así aun fuera de su territorio y poder escuchar la musicalidad de su propulsor.