¿Qué tienen los shooting brakes que tanto nos gustan a los aficionados del motor? Pero no los que Mercedes-Benz te vende, sino aquellos coupés de dos puertas con un maletero más práctico que, originalmente, fueron creados para que los aristócratas pudieran ir de caza; el Aston Martin DB5 Shooting Brake es un buen ejemplo. En este caso, la publicación de Vistec R Imports nos trae un Nissan Skyline GT-R (R33) que ha sido transformado en un familiar.

Si bien el Stagea es popularmente conocido por ser la alternativa para los largos viajes al Skyline GT-R (parten de la misma plataforma), al que sus propietarios suelen incluirle la cara de un R34, este ejemplar era originalmente un coupé de dos puertas y tres volúmenes. Creado en 1996 y presentado en el Nagoya Performance Car Show de ese mismo año como un proyecto de Daijiro Inada, fundador de la revista Option, probablemente es un coche que amarás u odiarás.

A título personal, la forma del Skyline GT-R de cuarta generación realmente no se presta bien a una carrocería familiar, al menos de la misma forma que consiguió este Mazda RX-7 (FD). Para la transformación, el taller encargado de la tarea moldeó el dosel trasero de un Nissan EXA para acoplarlo a la sección posterior. Una vez instalado, Inada hizo lo que muchos propietarios de un Skyline hacen: invertir mucho dinero y tiempo en él para hacer el vehículo lo más rápido posible.

Daijiro Inada, fundador de la revista Option, también fue uno de los dos hombres responsables de establecer el campeonato D1 Grand Prix y transformar el arte del drifting en un deporte global

Rebautizado como “Speedwagon” y poco después de ser presentado al público, atacó el circuito de Tsukuba, marcando un impresionante tiempo de 1:04,45 minutos, por encima de algunos superdeportivos como el McLaren F1 (1:04,62) o el Audi R8 V10 de primera generación (1:04,87) o el Porsche 911 GT3 de la serie 996 (1:05,00). Si conoces algo sobre Inada, sabrás que es un obsesionado de la velocidad. Este Nissan Skyline familiar hacía el cuarto de milla (402 m) en 11,89 segundos y alcanzó una velocidad máxima de 304,8 km/h.

No sabemos qué se hizo bajo el capó, pero bien es conocido el seis cilindros biturbo del Skyline GT-R (RB26DETT) por su amplio margen para ser modificado, y componentes en el mercado de accesorios no faltan. No nos sorprendería que entregase más de medio millar de caballos. En el interior, cuatro asientos de tipo buquet y una jaula antivuelco ofrecen un ambiente con más espíritu RACER, de forma un poco contrariada a casi todo lo que el coche dice visualmente por fuera.

A fines de 2018, el susodicho llegó al mercado, pero no está claro si alguna vez se vendió o si todavía está disponible. ¿Tú qué opinas? ¿Mejor que el original o un experimento del que agradecer que no existan más?

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