Sorprendido. Así me he quedado hoy cuando he conocido las primeras fotos oficiales del nuevo MG4 eléctrico. Os voy a ser sincero: habiendo conducido habitualmente un MG Montego hace ya un buen puñado de años, de la nueva etapa de MG bajo la dirección de SAIC lo que más me llamaba la atención era que las siglas de Morris Garages regresaran a la actualidad. Diseños correctos, muchos SUVs, … pero poco llamativos en mi opinión. Para gustos, los colores.

Y sin embargo, reconozco que el primer MG4 tenía un diseño bastante interesante. La delantera afilada y la trasera con esos pilotos tan marcados resultaban diferentes. Bueno, y el nombre también, porque el primer MG4 nació como MG Mulan, nombre que se tuvo que cambiar con vistas al mercado europeo (hola Disney), y que finalmente llegó también al mercado chino.

Antes de analizar el estilo exterior del nuevo modelo, el primer pensamiento que me ha venido a la mente es: ¿tan pronto? Y es que el Mulan se presentaba en el año 2022, por lo que el nuevo modelo nace tan solo tres años después que su predecesor. Muy poco tiempo para mi gusto. Entiendo que SAIC tendrá sus buenas razones para cambiarlo tanto y tan pronto. Pero más trabajo me cuesta comprender el porqué de este giro estilístico (a peor en mi opinión). Porque si el modelo original transmitía nervio, el MG4 de 2025 me resulta de una sobriedad extrema.

Vayamos por partes. El frontal, que en el antiguo tenía unos grupos ópticos muy afilados, en el nuevo presentan unas formas mucho más convencionales y suaves, que perfectamente podrían pasar por los de un modelo chino cualquiera; a mí me recuerdan un poco a los del Opel Adam. El paragolpes sigue pintado en el color de la carrocería, pero presenta una amplia zona inferior en negro que hace contraste con el resto; en cierto modo, parece como si los diseñadores hubieran querido establecer una ligera continuidad con el anterior modelo en esta zona. El capot está ligeramente abultado en los extremos.

En el lateral, el nuevo MG4 experimenta también grandes cambios. Adiós a la línea de cintura ascendente, el nuevo modelo prescinde del pilar C en negro y adopta unas formas que personalmente me recuerdan a las del Toyota Corolla hatchback. La marcada línea baja que tenía el antiguo MG4, al estilo del Renault Clio IV, ha desaparecido. Las líneas generales son más suaves y convencionales. El techo puede estar pintado en un color diferente al de la carrocería. La sensación que da es la de un modelo mucho más serio, menos juvenil. Agradable, pero extremadamente discreto.

Por último, la trasera pierde los originales pilotos que, en la vista lateral, eran en forma de boomerang. En su lugar, hacen acto de presencia unos pilotos unidos entre sí por una línea horizontal, y cuyo interior presenta una forma de flecha, como queriendo establecer un nexo estilístico con el Cyberster. Los paragolpes no tienen ya la marcada zona en negro del modelo saliente, y ahora acogen la matrícula, con lo que el logotipo de MG es de mayores dimensiones y queda situado en el centro del portón. La trasera es, para mi gusto, bastante más anodina en el nuevo modelo.

El nuevo MG4, en definitiva, pierde la marcada personalidad del modelo anterior para convertirse en un compacto mucho más convencional. Aunque no lo aparente, crece en todas sus dimensiones, pero es más ligero. En mi opinión, es un movimiento arriesgado por parte de SAIC. Ahora sólo falta ver si las ventas le dan la razón.