Ford se subió al carro de los SUV cuando se percató del éxito que tenían algunas opciones como el Nissan Qashqai, un coche al que podemos considerar como culpable del enorme éxito que ha tenido el segmento. Lo hizo sobre la base del Ford Focus y puso en circulación un modelo que se colocó como uno de los más interesantes de su tipo por comportamiento y tacto: el Ford Kuga. Aquella primera generación se presentó en 2007 y llegó a tener un motor 2.5 turbo con 200 CV.

Ahora, el Ford Kuga es muy diferente, es mucho más grande, más serio y está mejor fabricado y mucho más equipado, pero también es cierto que ha perdido cierto talante juvenil y deportivo, aunque eso no quiere decir que sea peor coche, ni mucho menos. El Kuga es uno de los referentes en cuanto a comportamiento, como la enorme mayoría de modelos de Ford, y eso no parece que vaya a cambiar en un futuro. Ni siquiera con la renovación de la última generación del Ford Kuga, que llegó al mercado hace cuatro años.

Ford lo apuesta todo a los SUV, ya lo dejó claro hace tiempo y lo demuestra con acciones como la retirada del mercado de los Fiesta y Focus, así como del Ford Mondeo, al tiempo que potencia la gama del Ford Puma, pone en circulación SUV eléctricos y renueva uno de sus pilares como es el Kuga. Con el panorama tal y como está, parece que será la mejor opción para tener unas ventas más que buenas, pero veremos que ocurre dentro de unos años, ya que parece existir un ligero cambio de gustos y de percepción por parte de los usuarios.

Sin embargo, eso, por el momento, es solo una mínima desviación de las tendencias, pues el SUV se mantiene como la opción más demandada de todas las marcas. Solo en Ford se han vendido más SUV que cualquier otro tipo de coche. El Ford Puma es el coche más vendido en España de la firma en 2023 y el Ford Kuga es el segundo más popular, y además, con poca diferencia –9.997 unidades para el Puma y 9.5345 unidades para el Kuga–, al tiempo que el Ford Kuga ha sido el híbrido enchufable más vendido en toda Europa en 2023.

Así, pues, es evidente que en Ford parecen tener razón al tirar a la basura todo el pasado de la marca y venderse al mejor postor. En el fondo, no lo olvidemos, hablamos de una empresa internacional cuyo objetivo es ganar dinero, y eso, ahora mismo, lo dan los Sport Utility Vehicles y hablamos de un segmento especialmente competitivo y competido a día de hoy. Esa competitividad obliga a no jugársela y por ello, los cambios que recibe el restyling del Kuga son los justos, pero, sin lugar a dudas, los necesarios, nos guste o no.

El primer cambio salta a la vista, y todavía no sabemos si nos gusta o preferimos lo que había en el mercado hasta ahora. El Ford Kuga cambia por completo su frontal y adopta formas más parecidas a las del Focus, tanto en faros como en calandra o paragolpes. Pierde algo de personalidad y parece que se une a una moda que no gustará a todo el mundo, la cual, consiste en unir los faros delanteros por una tira de LED por encima de la calandra –en la redacción nos parece muy feo, todo sea dicho, mejor sin esa tira LED–.

Ford Kuga Active

Pero dejemos al Puma de lado, que ahora lo importante es el Kuga, que también presenta otros cambios en la parte trasera –la firma lumínica de los pilotos es nueva–, nuevos colores, nuevas llantas y un interior donde se da prioridad a la digitalización. Es decir, desaparecen los pocos botones físicos que quedaban y ahora todo se parece más a lo visto en el Ford Focus, lo que significa la presencia de una pantalla más grande –13,2 pulgadas– que ahora integra todas las funciones, incluso la climatización. Deja el mando físico para el volumen y algunos botones para cosas como el asistente de aparcamiento.

Ford, en su comunicado de prensa, insiste en que el nuevo Kuga “supone otro hito en el camino de Ford hacia una cartera de vehículos totalmente eléctrica para 2035”, y además, afirma que su gama de motores son el paso hacia la conducción eléctrica. Es evidente que antes de que llegue 2035, el Kuga contará con una nueva generación, pero no pierden la oportunidad de darse un poco de bombo sobre la electrificación, aunque este nuevo Kuga, la menos de momento –y no tenemos noticias de lo contrario–, no tendrá versión eléctrica. La gama se compondrá de un motor gasolina, que será acceso a la gama, más dos opciones híbridas convencionales y una enchufable.

El primer propulsor, con 150 CV, es el 1.5 EcoBoost ya conocido de otros modelos. La siguiente opción en la lista es un híbrido convencional –gasolina 2,5 litros más un eléctrico– que se ofrecerá en dos versiones: 180 CV con tracción delantera y 183 CV con tracción total. El último, el enchufable, es el mismo 2,5 litros pero con un sistema eléctrico más potente y una batería más grande, que rinde 243 CV y promete entre 60 y 69 kilómetros de autonomía eléctrica.

Ford Kuga ST Line

Además, se añade una nueva opción en cuanto a terminaciones, la versión Active, que cuenta con un aspecto específico y una suspensión con 10 y cinco milímetros más de altura delante y detrás respectivamente.

La producción del nuevo Ford Kuga se lleva a cabo en Almussafes, en Valencia, y ya está disponible en concesionarios.