Renault decidió revivir su marca orientada a la competición en 2017. Desde entonces, Alpine tan solo ha lanzado un modelo, y es una auténtica maravilla como deportivo. Y si bien es posible que el nombre no ha sido reflotado para hacer volumen, dado que el A110 tiene su nicho de mercado, parece que Renault tiene que pensar en el futuro de Alpine. Como vimos hace unos meses, de acuerdo con Autocar, existía una gran posibilidad de que se convierta en una entidad dependiente de la electrificación.

Con esta estrategia, no sólo ayudará a subsistir a la propia Alpine, sino que también fortalecerá su lugar entre las distintas marcas del conglomerado del fabricante francés (Dacia, Samsung y AvtoVAZ) y de sus principales socios en esta aventura (Nissan y Mitsubishi). “Claramente, Alpine es una marca hermosa y tenemos que mirar muy, muy seriamente el futuro de ésta para ver cómo puede aportar valor agregado al grupo”, dijo en mayo el presidente de Renault, Jean-Dominique Senard, al medio británico.

Una noticia que llega después de la reciente reestructuración y reducción de costes de Renault para ahorrar, al menos, 2.000 millones de euros en los próximos años, reduciendo miles de puestos de trabajo en Francia y en los mercados mundiales. Además, la medida afecta directamente al futuro del Alpine A110, ya que la planta de Dieppe, donde se fabrica el deportivo, se reconvertirá una vez que finalice la producción. Queda claro que mantener una marca de bajo volumen (4.835 unidades vendidas en 2019) es cada vez más difícil en los tiempos que nos encontramos.

El nuevo director de Alpine será Cyril Abiteboul, jefe de Renault Sport F1, así que no es ninguna casualidad que el equipo de Fórmula 1 sea renombrado como Alpine F1 de cara a 2021

Y no es que Renault haya tenido alguna vez planes de electrificar Alpine, pero la situación actual de la compañía con la pandemia y la Alianza, ciertamente, han acelerado las cosas. El diseñador jefe de la casa de Boulogne-Billancourt le dijo a la revista anteriormente que “es inevitable que electrifiquemos Alpine”, a lo que también agregó que “no lo hacemos solo por las regulaciones. Las expectativas de la gente cambiarán y nos empujarán en esta dirección”. No desvelaremos ningún secreto diciendo que los modelos R.S. de Renault correrán una suerte similar.

“La empresa necesita cambiar su ‘modo de juego’ y pasar de una búsqueda del volumen a una búsqueda del valor y la rentabilidad. La organización en torno a cuatro marcas fuertes […] hará posible trabajar de forma más sencilla, más orientada a los mercados y a los clientes, con espíritu de equipo, para buscar el mejor resultado posible”, ha manifestado recientemente Luca de Meo, actual director ejecutivo de Renault tras abandonar SEAT. Desde ahora, el grupo Renault estará especialmente centrada en el desarrollo de vehículos eléctricos, y Alpine formará parte de la punta de la lanza.

Pero un futuro eléctrico no es una sentencia de muerte. Con su línea Z.E. de cero emisiones, el ya extinto Twizy y su profunda cooperación con el proyecto Better Place, Renault ha demostrado que se toma en serio el funcionamiento de un coche eléctrico, incluso si se necesitan enfoques poco ortodoxos para llegar hasta ahí. Por otro lado, los deportivos eléctricos también pueden funcionar. Entre el Ludicrous Mode de Tesla, el ID. R de Volkswagen y otros muchos ejemplos, las perspectivas de los vehículos prestacionales de batería no son tan nefastas.

No es el fin del mundo, aunque será un poco triste. Sabemos que los vehículos eléctricos pueden ser increíblemente rápidos, pero el objetivo del Alpine es su agilidad y simplicidad, algo que será más difícil de conseguir con la electricidad. Aun así, no hay nada que podamos hacer al respecto, y lo único que puedo decir es que, si puedes pagar un Alpine A110, vayas al concesionario y compres uno ahora mientras puedas. El segundo integrante de la gama será un SUV eléctrico que tomará la plataforma CMF-EV de la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi para enfrentarse al Porsche Macán eléctrico.