Después de superar los primeros 20 años del Siglo XXI, todo sigue igual, o casi igual, que cuando se abandonó el Siglo XX. Hemos evolucionado tecnológicamente, como cabría esperar, pero nada que sea realmente sorprendente. Lo más llamativo es la posibilidad de que se prohíban los motores de combustión en el año 2035, lo que supondría un cambio drástico y una de las normativas más restrictivas y, quizá, injustas, de la historia.

Atrás quedan los coches voladores, los coches que conducen solo y también, automóviles de formas extrañas y llamativa. Curiosamente, ya hay vehículos voladores que quieren ser “el coche volador” de las personas y por supuesto, la conducción autónoma total está cada día más cerca. Sin embargo, los coches son iguales a los que teníamos hace 20 años. Ha mejorado la tecnología, la eficiencia, la calidad de fabricación, la seguridad… pero siguen siendo iguales. ¿Dónde están aquellos coches de formas llamativas, como el Scion Hako Coupe Concept?

Scion fue una marca que puso Toyota en acción, con la que pretendía dar soporte a los coches más juveniles de su catálogo. Se comercializaba únicamente en Estados Unidos y nunca logró su objetivo. Básicamente, porque ofrecía coches que, incluso en diseño, eran auténticos Toyota. No supieron darle ese toque diferenciador, aunque presentaron prototipos como el Hako, uno de esos coches que adelantan un futuro superinteresante y con mucha diversidad, pero en realidad, solo es un coche “de salón” creado para llamar la atención y sin ningún atisbo de llegar a producción.

Evidentemente, lo que más llama la atención del Scion Hako Concept es su parte superior, casi una caja con muchísima superficie acristalada y con unos gruesos pilares A. La línea de cintura también es interesante por lo recta y paralela que va respecto al suelo. El resto del coche mezcla curvas y paneles lisos sorprendentemente bien integrados entre sí. Es como si los diseñadores japoneses hubieran cogido varios retales de coches y los hubieran unido para crear un solo automóvil, aunque curiosamente, resulta menos recargado y menos rebuscado que muchos de los coches que se pueden comprar actualmente.

Desde Scion afirman que se buscaba la máxima funcionalidad con aire retro –¿retro? No vemos el retro…– y se habían basado en las últimas tendencias de los jóvenes japoneses y estadounidenses. Al menos escondía faros LED, mientras que las llantas se iban hasta las 18 pulgadas.

La configuración del habitáculo era 2+2, divididas por una especie de túnel central, diseñado para almacenar revistas, teléfonos móviles o bien, cualquier objeto de pequeño tamaño. El puesto de conducción era muy curioso, con un volante de formas cuadras y muy grueso, un selector del cambio de gran tamaño y también de formas, había muchas pantallas y hasta lo que parece una jarra para contener cualquier tipo de bebida…

nunca se habló de motores ni transmisiones, así que podemos dar por sentado que era una maqueta, un coche no funcional para mostrar en los salones y llamar la atención por sus formas y soluciones. Scion quería crecer exponencialmente en aquellos años y nada como llamar la atención, pero la aventura duró poco. Mientras tanto, seguimos con los mismos diseños “de siempre” y todo lo que se esperaba con el “nuevo siglo” tendrá que esperar.