Quien no conoce el Porsche 911, tal vez el modelo más longevo que una marca ha mantenido en el tiempo, evolucionando con los años, pero sin perder sus orígenes. El modelo de hoy es el Porsche 911 Carrera 3.2 (930), un clásico muy actual, pues su imagen ha cambiado, pero continua siendo totalmente reconocible hasta para el ojo inexperto.

Este modelo 930 estuvo en producción desde el año 1975 hasta 1989, con una pequeña evolución intermedia en el año 1978. El modelo que nos ocupa, el Carrera 3.2, disponía de su archiconocido motor bóxer de seis cilindros con refrigeración por aire, que rendía 231 CV a 5.900 rpm, con un par máximo de 280 Nm a 4.800 rpm, y que no consumía en exceso gracias al empleo de la inyección electrónica Bosch Motronic, una gran revolución allá por 1984.

Su chasis disponía de suspensión McPherson delante, y brazos tirados detrás, montando estabilizadoras en ambos ejes. La versión Turbolook se distingue de la versión Carrera en que tiene el mismo aspecto que la versión Turbo de la época: vías ensanchadas respecto al Carrera, llantas más grandes y el enorme alerón trasero. Las ruedas que calzaba eran de medidas 185/70 R15 delante y 215/60 R15 detrás. Su peso en vacío era de tan solo 1.160 kg, y el reparto típico de Porsche, con un 40% delante y un 60% detrás.

Con unas medidas de 4,29 m de largo, 1,77 m de ancho y 1,31 m de alto, cortaba el viento y alcanzaba una velocidad máxima de 241,4 km/h. Para acelerar desde parado hasta 100 km/h, tan solo necesitaba 6,5 segundos, subiendo de vueltas muy alegremente hasta llegar al corte, sobre las 6.300 rpm.

Sobre este 930 se podía solicitar una versión muy especial, que debía realizarse en los talleres certificados por la marca, que se llamaba Flachbau. La modificación consistía en cambiar el frontal por un aspecto similar al del 935 que competía en circuitos, cambiando los faros redondos con sus prominentes aletas, por un frontal afilado y faros escamoteables. De hecho en la actualidad, estas versiones están muy cotizadas, llegando en subastas a valores de los cientos de miles de euros.

Últimamente lo hemos visto en una serie de bastante éxito, Fariña, conducido por el hijo de Manuel Charlín Gama, siendo la versión que aparece en la pequeña pantalla la 911 Carrera 3.2 Turbolook.