Las 24 Horas de Le Mans dan forma a una de las pruebas más míticas del mundo, y también a una de las más antiguas y que ha sabido adaptarse, poco a poco, a los tiempos que corren. Una de las últimas novedades han sido lo suficientemente interesantes como para llamar la atención de algunos fabricantes que llevaban mucho tiempo fuera de la competición, como es el caso de Ferrari. También han servido para que marcas como Cadillac estén presentes y para que Peugeot se haya sacaso de la chistera un coche especialmente llamativo, el Porsche 9×8, que parece no estar funcionando en las primeras carreras del campeonato de resistencia.

El Peugeot 9×8 es un coche muy, muy particular, con el que la marca francesa pretende revolucionar la categoría en la categoría Hypercar LMH, con un diseño que ha creado suspicacias desde el primer día. Lo más destacable de este es la ausencia de un alerón trasero, un elemento aerodinámica que todos los fabricantes, incluso Ferrari, que abandonó esos elementos en producción hace décadas, ha implementado en su coche. Muchos dicen que estamos ante un “coche de marketing”, un automóvil que se ha desarrollado según directrices desde el departamento de mercadotecnia y no desde el departamento de ingeniería.

¿Por qué se dice algo así? Porque afirman que ningún ingeniero en su sano juicio se arriesgaría a no montar un alerón. ¿Podemos darlo por cierto? Pues vete a saber, pero es evidente que el Peugeot 9×8 es algo muy fuera de lo habitual y nos gustaría que funcionara, para que por fin, podamos ver algo diferente en el mundo de las carreras, más allá de la adopción de la hibridación o cosas por el estilo.

El nombre del modelo, 9×8, tiene, como cabría esperar, su significado. El número 9 es el que usa Peugeot para todos sus modelos de competición, la X hace referencia a su tecnología de tracción total mediante hibridación y el número 8, hace referencia al número final de la denominación de todos los coches actuales que tiene a la venta –208, 2008, 308, 3008, 508, 5008… –.

La mecánica, como se ha mencionado, es un grupo propulsor híbrido. Se compone de un V6 biturbo de 2,6 litros alimentado por combustible sintético, junto a un sistema eléctrico de 200 kW con una batería de 900 voltios. La potencia total del conjunto alcanza los 700 CV y solo tiene que mover un peso de apenas 1.000 kilos.

El grupo motor es, digamos, incluso convencional actualmente y lo más llamativo es la ausencia de alerón, que se ha compensado con otros elementos en el coche y con un diseño general que ha sido desarrollado en túnel de viento durante muchísimas horas. A efectos teóricos, el coche en sí es una gran ala que trabaja al mismo tiempo con efecto suelo. Según afirman desde Peugeot, las simulaciones y cálculos dan como resultado una elevada competitividad, aunque las primeras apariciones del modelo no han sido especialmente buenas.

Sería una lástima que un concepto tan distinto no se evolucione hasta el final…