En la enorme nave expositiva del FCA Heritage pueden verse modelos de todo tipo relacionados con la historia de FIAT, Lancia, Abarth y Alfa Romeo. De esta manera, resulta lógico irse directo a por las grandes creaciones deportivas responsables de haber cosechado los más altos laureles en la competición. Sin embargo, pasada la furia del diseño más espectacular uno cae en la cuenta de que allí se depositan no pocos de los mejores y más influyentes prototipos del siglo XX. Así las cosas, el espacio “ pequeños y seguros “ destaca con una colección de vehículos en los que se ensayaron soluciones básicas para las gamas actuales. Uno de ellos es el FIAT 850 City Taxi de 1968.

Y es que, aunque no lo pueda parecer a primera vista, éste es uno de los prototipos más influyentes en toda la historia del gigante turinés. Siendo protagonista junto a los FIAT ESV de la creciente preocupación por la seguridad experimentada a mediados de los sesenta. Uno de los procesos más significativos en la historia industrial del automóvil, teniendo como punto de partida la publicación en 1965 del libro Inseguro a Cualquier Velocidad y su consiguiente impacto trascendental en el Departamento de Transporte de los Estados Unidos. Así las cosas, las nuevas regulaciones en materia de homologaciones obligaron a realizar un gran esfuerzo de investigación y desarrollo a los fabricantes de Detroit. Tanto así que su eco pudo llegar a Europa y materializarse en modelos como los ESV o el 850 City Taxi.

No obstante, nuestro protagonista no nació para ser un laboratorio sobre seguridad sino para convertirse en el nuevo modelo de referencia entre los taxistas italianos. De hecho, el objetivo del FIAT 850 City Taxi era sustituir al Multipla. Derivado del 600 en forma de pequeña furgoneta que desde 1956 era el preferido del gremio gracias a su bajo coste y máxima habitabilidad. Un vehículo de lo más interesante, pero que a mediados de los sesenta pedía no sólo un sustituto sino también abrir las puertas a un modelo específicamente creado para el servicio de taxis urbanos. De esta manera, el magnífico Dante Giacosa – uno de los nombres clave en la evolución de los modelos populares – fijó sus ojos en el joven diseñador Pio Manzù para crear lo que sería el 850 City Taxi. Pero, ¿por qué? Al fin y al cabo, trabajar con personal externo no era lo más habitual en el hermético FIAT Style Center.

A mediados de los sesenta Dante Giacosa estaba inmerso en crear nuevas variantes para el 850, todas ellas con la intención de ofrecer alternativas con más espacio interior ya que las nuevas clases medias demandaban vehículos dotados de más espacio que el ofrecido por el 600

FIAT 850 City Taxi, la mejor tecnología de la época en vehículos urbanos

Pio Manzù es uno de esos referentes del diseño industrial cuya firma va asociada tanto a relojes como automóviles. Sin embargo, centrando su biografía en el ámbito que nos compete, su nombre es más o menos conocido entre los seguidores del FIAT 127 al haber sido el responsable de sus líneas maestras. Las cuales desgraciadamente no pudo perfilar del todo ya que halló la muerte en 1970 en un accidente de tráfico a bordo de un 500 en la autovía de Turín a Milán. Desgraciado final que puso fin al que iba camino de ser toda una referencia en materia de vehículos urbanos.

Pero no sólo por el 850 City Taxi, sino especialmente por el Autonova Fam. Un interesante estudio de carrocería estática presentado en 1966, adelantando soluciones en la línea de crear un habitáculo lo más amplio, accesible y habitable posible usando la base de un pequeño modelo de producción masiva. Un diseño capaz de sorprender tanto a Dante Giacosa que éste ofreció a Manzú colaborar con el FIAT Style Center. Además, esto tenía todo el sentido ya que en aquellos años la marca italiana se encontraba en plena espiral creativa intentando aportar modelos con más habitabilidad a la gama del 850. Fruto de ello fueron el 850 T – cuatro puertas – y el Familiare – monovolumen con hasta tres bancadas -.

Plenamente volcado en el diseño de un modelo específicamente pensado para servir como taxi, Manzù ideó sobre la base de un 850 Idromatic – dotado de un convertidor de par con el cual se eliminaba el pedal de embrague – su diseño con volúmenes dominados por la función. De esta forma, en la parte delantera se disponía de forma aislada el asiento del conductor y a la derecha un espacio libre para montar bultos y maletas. Mientras tanto, los pasajeros iban detrás acomodados en una bancada de tres plazas.

Basado en la versión Idromatic del 850, el City Taxi planteó interesantes soluciones en materia de seguridad, entre las cuales destaca la columna de dirección deformable. Además, se incluía un micrófono con el cual el taxista podía comunicarse con la central a modo de antecesor del actual manos libres

Respecto a la carrocería, en ella destaca la asimetría. Teniendo en el lateral izquierdo una única puerta responsable de dar acceso al conductor y en el derecho una corredera con la que se obtiene un amplio y generoso acceso tanto a la bancada trasera como al espacio de equipajes. Toda una lección de diseño, especialmente si queremos ilustrar aquella máxima de “ la forma sigue a la función “. Además, ya que los impactos en ciudad pueden ser más peligrosos de lo que pudiera parecer, el FIAT 850 City Taxi incluyó novedades muy interesantes en materia de seguridad. Para empezar, la columna de dirección articulada instalada de forma experimental en este prototipo. Esencial en un golpe delantero, impidiendo que ésta actúe como una espada contra el conductor al poder deformarse de forma programada. También se incluyeron zonas acolchadas y otras capaces de absorber la energía de un impacto resguardando a los pasajeros. Sólo algunas entre las diversas novedades presentadas en este modelo, el cual desgraciadamente no llegó a producción. Eso sí, nadie le quita ser uno de los conceptos más interesantes en la prolífica FIAT de los años sesenta y setenta.

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