Mucho se critica el trabajo de Adrian van Hooydonk al mando del centro de estilo de BMW, algo bastante sujeto a gustos personales, pero no es la primera vez que la firma alemana presenta diseños, cuanto menos, polémicos. ¿Acaso nos hemos olvidado de los diseños del señor Chris Bangle? La época de Bangle en BMW no fue menos polémica y, al parecer, creó tendencia en la marca.

Bangle abrió la veda de los diseños polémicos con el BMW Serie 7, el e65, la que ha sido, posiblemente, la generación menos apreciada de la Serie 7 y, obviamente, también la más criticada. No obstante, también es justo reconocer, que cuando Bangle y su equipo tuvieron que diseñar el e65, daban forma al reemplazado del BMW Serie 7 e38, posiblemente, uno de los mejores automóviles que BMW haya fabricado y además, también uno de los más apreciados y bonitos estéticamente, aunque también es posible que no te gusta el e38… También es justo reconocer, que en realidad el diseño no es de Bangle, él ni siquiera fue quien dibujo y definió ese diseño específico, pero era el mandamás en aquellos años y, por tanto, la cabeza visible.

El BMW Serie 7 e65 fue un coche rompedor, tanto en la propia marca como en el segmento en general. En su momento, fue el BMW más avanzado que se había fabricado hasta ese momento y eso, en parte, fue un problema. El e65 es conocido por ser uno de los BMW menos fiables de la historia, pero claro, cuando arriesgas, pasan estas cosas y la carga tecnológica del e65 era tan complicada –en su época– que provocó algunos problemas a sus propietarios –entre otras cosas, estrenó el sistema iDrive–. Sin embargo, otros apartados, tanto en calidad como en dinámica de conducción, era un auténtico BMW.

Por lo general, y esto es algo que poca gente pone en duda, BMW apuesta por la dinámica y la deportividad en todo sus coches, aunque como cabe esperar, hay segmentos donde se suaviza un poco, básicamente porque a un coche como el Serie 7, no se le puede pedir un comportamiento tan deportivo como un Serie 3; no tiene sentido por el segmento al que va destinado ni por cliente objetivo. Aun así, el e65 era uno de los coches más deportivos de su segmento, y por supuesto, era muy rápido, sobre todo con los motores más potentes. EL tope en cuanto a motorizaciones fue un V12, que daba vida al BMW 760i.

Era el motor N73 B60, un doce cilindros de 5.972 centímetros cúbico, atmosférico, capaz de rendir 445 CV a 6.000 revoluciones y 600 Nm de par a 3.950 revoluciones. Suficientes para lanzar los 2.030 kilos anunciados para todo el conjunto, hasta los 200 km/h desde parado en 23,3 segundos. El 0 a 100 km/h lo completaba en 5,5 segundos, los 400 metros también con salida parada se hacían en 13,9 segundos y el kilómetro se completaba en 24,8 segundos. Nada mal para un sedán que, por lo general, sería conducido por un chófer –el 760i solo se ofrecía con batalla larga, cuyo código interno era e66–.

La producción del BMW Serie 7 e65 se mantuvo entre 2001 y 2008, cuando se lanzó el reemplazo, el BMW SErie 7 F01.