El Alfa Romeo 164 es uno de los coches que salieron del conocido “Proyecto 4”, que salió adelante con la colaboración entre FIAT y SAAB. Un proyecto del que salieron otro tres modelos más: FIAT Croma, Lancia Thema y SAAB 9000, entre los cuales, el Alfa Romeo destacaba con luz propia.
Por aquel entonces, Alfa Romeo no se andaba por las ramas y solo ponía en circulación automóviles con auténtico talante deportivo, y así fue con el 164, que se colocó como uno de los sedanes ejecutivos con mejor dinámica del momento. Sin embargo, ahora nos llama la atención que fuera criticado por tener un diseño demasiado atrevido para el segmento en el que se encontraba, donde se apreciaba más la tradición y lo convencional. Y es importante destacar que se apreciaba, ya que hoy día, las cosas son algo diferentes –solo hay que ver los diseños de BMW, por ejemplo–.
Una de las versiones más apreciadas del Alfa 164 es, claramente, el Quadrifoglio, cuyo corazón, un V6 diseñado por el añorado Giuseppe Busso, le hacía un coche muy especial, tanto por prestaciones, tacto de conducción y por supuesto, por sonido. Sin embargo, aunque fue el motor más potente –rendía 230 CV–, hubo otro motor que robó algo de protagonismo: un turbodiésel.
Pensar que un vulgar y traqueteante diésel puede robar protagonismo un V6 Busso hará que muchos suelten una carcajada, pero cuando el Alfa Romeo 164 td se puso en circulación, acaparó muchos titulares. ¿Por qué? Porque fue el primer diésel en alcanzar los 200 km/h y le robó el centro de “diésel más rápido” al Citroën CX TRD, que poco antes del lanzamiento del 164 td, se había proclamado como el diésel más veloz al alcanzar los 195 km/h.
El Alfa Romeo 164 se presentó oficialmente durante el salón de Frankfurt de 1987 y desde el primer momento, se contó con un turbodiésel en la gama. Estos motores todavía no habían logrado dominar el mercado, pero su evolución había llegado a un punto en el que su importancia era cada vez mayor. En aquellos años, aunque la introducción del turbo hizo magia con los diesel, todavía les quedaba camino por recorrer.
Bajo el capó del Alfa Romeo 164 td, había un cuatro cilindros de 2.499 centímetros cúbicos, cuya culata solo tenía dos válvulas por cilindro. Rendía 117 CV a 4.200 revoluciones y 258 Nm de par a 2.200 revoluciones. Se combinaba con una caja de cambios manual de cinco relaciones, conectada con las ruedas delanteras, a través de las cuales, tenía que poner en movimiento 1.320 kilos que pesaba el conjunto –el Alfa 164 puede parecer muy grande, pero en realidad, no supera los 4.555 milímetros de largo–.
Las prestaciones, en la época, eran muy buenas. De entrada, los 200 km/h de velocidad punta declarador, que lo convirtieron en el diésel más veloz. Luego, los 400 metros con salida parada, que los completaba en 17,6 segundos, o el kilómetro también con salida parada, para lo que necesitaba 32,6 segundos. El 0 a 100, según datos oficiales, se hacía en 10,8 segundos.
El diésel más veloz en su momento. Y posiblemente, también el más bello.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS