El L’Automobile Ventura y una reciente venta que nos recuerda los dones de un fastback de culto

El L’Automobile Ventura y una reciente venta que nos recuerda los dones de un fastback de culto

Es un biplaza perteneciente a la escuela de los deportivos de los ‘70, algo de contexto y de lo que es capaz de transmitir al verlo


Tiempo de lectura: 4 min.

Vayamos por partes, pues al ver este ejemplar que se ha estado anunciando a la venta por Bring a Trailer genera un cúmulo de sensaciones. ¿Tiempo de nostalgia? Es posible, pero no exclusivamente hacia este modelo, sino hacia una época que nos supo regalar diseños de vanguardia que hoy viven en la memoria. Decía, un ejemplar que acaba de encontrar nuevo dueño a un valor que se corresponde con el propósito para el cual fue pensado unos casi 50 años atrás.

No es que el fabricante L’Automobile haya sido una subsidiaria de Volkswagen, pero casi. Es que sus modelos se servían de los chasis y el tren motriz de los que la alemana ensamblaba para el mercado brasileño de la época. El L’Automobile Ventura no fue la excepción y este deportivo por el cual pagaron 13,500 dólares fue fabricado en 1980, aunque se le ha montado sobre la plataforma de un Volkswagen Type 3 squareback 1971.

¿Por qué no considerar al Ventura como un coche de culto? Dos de sus características creo que son suficientes para confirmar: no fue popular y funcionó como kit car tanto para el cliente local como para el extranjero -Estados Unidos, Alemania y Argentina, este último un reducto que bien sabe abrazar vehículos producidos en Brasil. Tomar los componentes mecánicos de los Volkswagen y su condición de kit car, pues, daban como resultado un biplaza de bajo costo y de valor accesible. En definitiva, la premisa de su desarrollo.

El hecho de haber sido un deportivo que se adquiría no desde el producto terminado sino como un paquete de piezas seleccionables a ensamblar lo hacía una propuesta por demás peculiar y lo acercaba aún más al cliente, mucho más cuando éste podía elevar la vara, ya que la marca le daba la posibilidad de optar por características jugosas para esos años. A saber, accionamiento eléctrico de las ventanas en lugar del manual de serie, aire acondicionado y radio FM/AM.

LAutomobile Ventura (3)

Ven en las imágenes un Ventura repintado en dorado, un ejemplar que lleva detrás de los asientos un 1.6 refrigerado por aire, lo cual, si no contáramos con la información de que se trata de un modelo 1980, nos confirmaría que pertenece a la primera tanda de su ciclo, pues para sus años finales ofreció un 1.8 que entregaba 30 caballos extra a los 50 caballos de origen.

Dicho esto, lo que yo veo, es una oda a los diseños de deportivos que han dejado huella en una misma era. Esto ha pasado al terreno de lo personal. No puedo no escribir estas líneas con el corazón en la mano. Esa caída fastback, por favor. Esas rejillas del pilar B, madre santa. Contemplarlo me sitúa automáticamente junto a un deportivo con el que ha compartido década, aunque así se haya retirado justo antes de la aparición de nuestro entrañable coche sudamericano: no puedo dejar de ver en él al Audi 100 coupé S. A su manera y con su estilo, el Alfa Romeo Montreal es otro que intenta saltar de mi cabeza al papel. Pero aquel Audi me puede. Siempre me pudo.

Sin embargo, el Ventura es otra cosa. Es fastback de la época y son molduras sobre su carrocería monocasco de fibra de vidrio que vaya que se expresan. Un concepto de diseño contundente. Geometría, elegancia, agresividad. Paneles que, por evocar propuestas actuales, vemos en la nueva idiosincrasia de los Toyota, esa que se funda en las carrocerías con paneles de tipo diamante. Aletas de pasos traseros que no exageran su participación, pero que se hacen notar. Dibujos de pasos de rueda diferentes según cada eje. Al frente -y hablando de Toyota-, la sutil insignia VENTURA tal como la japonesa llevaba su nombre en el Supra MK3. Eso sí me gusta.

Quien se haya hecho de este ejemplar, habrá recibido un tres puertas puesto al día en tanto mantenimiento, con las actualizaciones pertinentes, tales como una caja de cambios restaurada y unas llantas de aleación, pero sin abandonar la esencia de su aspecto original. Sin dudas, dan ganas de sentarse en sus butacas, probar su tentadora ergonomía y comprobar de primera fuente el alfombrado perlón que reviste su interior. A quien se haya hecho de este ejemplar, entonces, mis felicitaciones: acabas de comprar un coche al que pocos tienen acceso y no me refiero a su precio.

LAutomobile Ventura (6)
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