Paulussen Beradino: el sueño de un apasionado, hecho realidad

Paulussen Beradino: el sueño de un apasionado, hecho realidad

¡Un modelo único con tres personalidades!


Tiempo de lectura: 4 min.

Johannes Peter Paulussen era, en 1961, un chaval de 17 años con una gran pasión por los coches y con toda la energía del mundo que se tiene a esas edades. Su sueño: tener un deportivo: por esa época, modelos como los Lamborghini Miura, Ford GT40 o Ferrari 250 GTO eran con los que Paulussen soñaba. Su padre, carpintero de profesión, y un poco cansado por la insistencia del muchacho, le dijo que si quería uno, que se lo construyera él mismo. ¡Y éste es, precisamente, el germen del Paulussen Beradino!

Johannes puso todo su empeño en lograr su sueño. Comenzó sus estudios de ingeniería en la Universidad de Aachen, y, a la vez, comenzó a hacer los diseños de su deportivo. Recordemos que, en aquella época, no había ordenadores para desarrollar el proyecto, así que todo se tenía que hacer a mano. Y en este sentido, el ser hijo de un artesano le ayudó para trabajar la madera y el yeso con el que construiría, en primer lugar, una maqueta a escala 1:10, para continuar con un molde a escala 1:1 de la carrocería. Paulussen invirtió varias semanas en dar forma a la carrocería de fibra de vidrio, material utilizado por el diseñador Luigi Colani para sus creaciones, y que se haría muy conocido en las décadas posteriores. El diseño exterior presenta una clara inspiración italiana.

Paulussen mantuvo un estrecho contacto con la ITV alemana (TÜV), pues quería que su deportivo estuviera homologado para circular por la calle. Así, para la parte mecánica recurrió a piezas procedentes de desguace. El chasis tomaba piezas de Porsche y de Volkswagen, mientras que el motor era un dos litros boxer de seis cilindros y 110 CV de potencia de origen Porsche. Los frenos, la dirección y el circuito eléctrico provenían de la parte delantera de un Porsche 356, mientras que el transaxle era de un 911. La construcción del bastidor, hecho de tubos cuadrados de acero de 40 x 100 mm y con un espesor de 3 mm, requirió un bastidor auxiliar para el motor. Johannes invirtió 7.000 horas durante siete años para poner a punto su diseño. En 1973 el vehículo estaba listo para rodar, y dos años después consiguió el permiso para poder circular. Paulussen desarrolló un sistema “tres-en-uno”, de manera que en doce minutos el deportivo podía pasar de ser un coupé fastback a un coupé notchback o un descapotable (este sistema me recuerda al prototipo VRC -Vario Research Car- de Mercedes-Benz). El nombre es un homenaje al actor John Beradino.

Paulussen Beradino (4)

Paulussen estuvo utilizando su Beradino durante los quince años siguientes, recorriendo cerca de 14.000 km con él. Pero entonces el motor comenzó a sufrir pérdidas de lubricante y falta de potencia, por lo que necesitaba ser reconstruido. Estamos en 1992, y el Beradino comienza una larga hibernación en el garaje de su diseñador.

El Paulussen sale de su letargo en 2009, cuando Johannes ya está jubilado, y comienza lo que él denomina la “fase 2”. Son necesarias 3.000 horas adicionales en los dos años siguientes para que el Beradino llegue a ser como Johannes lo había soñado. Entre los cambios, destacan los faros delanteros del nuevo Mini y los retrovisores modificados del Porsche 911 (993). También aprovechó para pintarlo de nuevo. Y en 2011 consiguió ganar el premio al mejor prototipo en el concurso de elegancia “Castle Classic Days”. Para Johannes, el Beradino es un “proyecto viviente” que es susceptible de ir evolucionando, tal y como lo hacen las marcas de gran serie con sus facelifts.

¿Y el futuro? Paulussen sueña, desde 2013, con una producción en pequeña serie del Beradino. ¿Un Beradino V8 movido por combustibles sintéticos? La respuesta es ¿y por qué no? Paulussen está buscando a otro soñador con suficientes medios económicos que pueda llevar a cabo este nuevo proyecto. Lo que está claro es que, si tienes un sueño y estás dispuesto a trabajar duro, puede hacerse realidad. Y esto es lo que Johannes Peter Paulussen nos ha demostrado con su anhelado Beradino. ¿Quieres ser tú el siguiente?

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Jesus Alonso

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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