Audi es una marca de automóviles muchas veces criticada por sus diseños sosos o porque sus modelos suelen ser muy parecidos entre sí. Por ejemplo, es muy fácil confundir un A4 con un A3 sedán. ¿Puede ser que una marca premium como Audi no sea original en el diseño de cada modelo? ¿Es que el diseño no es importante para Audi? ¿Cómo lo hacen otras marcas?
Busquemos las respuestas a todas estas preguntas, empezando por los Premium clásicos alemanes. Vamos a centrarnos en aspectos del diseño de las marcas germanas por excelencia: Mercedes-Benz, BMW y Porsche. Las tres tienen una imagen singular que pasamos a definir.
En el caso de la marca de la estrella lleva muchos años con una imagen muy personal: formas rectangulares, líneas cromadas, pilotos traseros con ranuras horizontales, grandes faros delanteros en los extremos de la carrocería y parrilla horizontal que ocupa casi todo el resto del frontal; siempre con la estrella de tres puntas como gran protagonista.
Dos de los grandes diseñadores que se ocuparon en crear esa imagen tan personal fue el francés Paul Bracq desde 1954 a 1957, y el italiano Bruno Sacco desde 1974 a 1997.
Son muchos los modelos fabricados por Mercedes-Benz en diferentes estilos, ahora bien, todos son perfectamente identificables como pertenecientes a la marca. Siguen teniendo grandes faros a los extremos, una parrilla horizontal que ocupa casi todo el resto del frontal, líneas cromadas por doquier y los pilotos traseros están formadas por líneas LED horizontales.
Da igual si estamos viendo una berlina de superlujo (Clase S) o una furgoneta Renault remarcada (Citan), el frontal es muy personal.
El aspecto de los BMW también es muy identificable, su frontal está presidido por una parrilla de doble vano simétrico y un escudo circular con una porción de la bandera de Bavaria en la parte central superior. No, no es una hélice. Estos vanos son conocidos como “riñones” y se utiliza en los modelos de la marca desde el 303 de 1933. Tan reconocible es esta parrilla que incluso algunas motocicletas la han llevado y hasta algunos modelos eléctricos que no la necesitan para nada.
Es un rasgo tan distintivo para la marca que el biplaza de motor central BMW M1 (1978) diseñado por Giugaro tiene riñones casi simulados en el paragolpes, al igual que el prototipo en el que se basa, el E25 Turbo de Paul Bracq. Al ser el M1 un motor central trasero no son necesarios estos vanos, con una ventilación lateral para el motor y una pequeña entrada para radiadores y habitáculo sería suficiente. Sin embargo estos riñones tienen el aspecto de haberse reducido tanto como fue posible, pero sin la posibilidad de ser eliminados.
La gama actual de BMW sigue manteniendo el mismo estilo, cualquiera de sus modelos sería perfectamente identificado por un aficionado de la gama de cualquier época anterior. Además, estas entradas de aire son cada vez menos necesarias en los vehículos actuales, por mejoras en rendimiento de motores térmicos, hibridación y electrificación. Sin embargo los riñones siguen creciendo más y más. Casi podríamos decir que la marca está sufriendo de hipertrofia renal, sobre todo en el X7 y Serie 4 (G22/G23).
Nos dejamos para el final el que puede ser vehículo más continuista del mercado: el Porsche 911. Cuando apareció en 1963 era una versión actualizada y aerodinámica del Porsche 356, que a su vez era una versión deportiva del Volkswagen Tipo 1 (el popular Escarabajo). Desde su primera versión ha sido un sinónimo de deportivo.
Sus formas son alargadas con respecto al modelo anterior, el capó es muy bajo y plano y en cuña. Los faros están semiinclinados y su volumen lo siguen los pasos de ruedas delanteros, el parabrisas es relativamente recto y la trasera cae suavemente hasta el final del automóvil.
Esta misma descripción sigue vigente para el Porsche 911 actual, pese a que solo comparte el nombre. La estética de este modelo es tan personal y reconocida que se ha convertido en símbolo de deportivo. Es más, parece que los modelos de Porsche que no se han inspirado en esta estética son de segunda, cuando realmente no ha sido así, hablamos del 914, 924, 944 y 968.
El GT Porsche 928 tenía detalles inspirados en el 911 que le identificaba como Porsche, pero no llegó a cuajar en el mercado, quizás es porque no se parecía lo suficiente. Hablando de la gama actual, esta forma ha sido inspiración claramente en los 718 Boxster/718 Cayman e incluso en SUVs como el Cayenne y el Macan. Estos SUVs comparten detalles de estética con los que están diciendo de una manera simbólica que son hermanos de un 911 y comparten su espíritu RACER y sus prestaciones.
Por supuesto, luego hay que cumplir con las expectativas, pero la imagen es la primera sensación que obtenemos al estar en contacto con un objeto con los que nos ayuda a saber qué es el vehículo que estamos viendo.
La conclusión de este apartado es que gracias a su diseño, con solo un vistazo sabemos que un vehículo es un Mercedes, un BMW o un Porsche, y eso es lo que ha buscado la marca de los aros. Cambiemos de país, saltemos los Alpes y vayamos a Italia.
Premium clásicos italianos
Italia dispone de varias marcas Premium, pero dado el tradicional carácter innovador en la estética del diseño de este país, son pocos son los elementos que se mantienen con el tiempo de una generación a otra. Una de las características claves del diseño italiano es la originalidad, totalmente opuesto a la continuidad sajona.
Un detalle de estilo sí se ha mantenido en Italia desde 1948: el scudetto de Alfa Romeo. La parrilla de la casa tiene forma de escudo desde el 6C 2500 de 1948. Modelo tras modelo todos han tenido una parrilla de esta manera básica. Las proporciones de esta parrilla han cambiado con los automóviles. Al principio era muy vertical, pues el 6C era todavía muy alto. A medida que los Alfa eran más bajos, este triángulo se ha ido adaptando cambiando sus propiedades a más ancho.
Este triángulo ha sido cromado, pintado, gris mate o simplemente un recorte. Los scudetto han sido parrilla real o han sido un triángulo cromado inscrito en ella, pero siempre han estado en el centro del vehículo, justo debajo de su emblema. Con el scudetto de Alfa Romeo ha pasado como con los riñones de BMW, incluso los modelos que no necesitan refrigeración delantera también la tenían, como es el caso del pequeño 4C.
Esta marca también dispone de un SUV, Stelvio, que por supuesto tiene una parrilla triangular diciendo que pese a ser un vehículo alto sigue siendo tan espirituoso como cualquier otro Alfa Romeo. De nuevo, cuando vemos por el retrovisor un triángulo invertido sabemos qué clase de vehículo lo porta. Veamos por qué es importante que la gama de una marca sea parecida.
Homogeneización de diseño
Las características del aspecto exterior nos indican las cualidades de un vehículo, si tiene ruedas de tacos nos indica que puede circular fuera de la carretera, frenos muy grandes acompañan a vehículos rápidos, mucho espacio acristalado indica que es apto para transportar pasajeros. Esas características son signos externos que nos informan del resto del vehículo. Hay otras características que son más difíciles de identificar, ¿cómo podemos indicar que un vehículo está bien acabado o es deportivo solo viendo una parte del mismo?
Modelo tras modelo de Mercedes-Benz han sido de una calidad elevada: “lo mejor o nada” es su lema, su buen hacer durante muchos años ha llegado al público final, por lo que una imagen de Mercedes se ha convertido en símbolo de calidad. Lo mismo ha ocurrido con los riñones de BMW, la parrilla de Alfa, el perfil del 911 y muchos casos más.
Una pequeña parte de su aspecto que puede ser una parrilla, un anagrama, un escudo o la forma de las luces, se convierte en un símbolo que identifica cualidades tangibles e intangibles del modelo que lo porta
Tanto la estrella de Mercedes como las parrillas de BMW y Alfa o los faros de Porsche no son signos de calidad ni de deportividad por sí mismos, si no que después de tantos modelos que han cumplido con las expectativas se han transformado en símbolos.
Es por esto que las marcas reutilizan el aspecto de un modelo ya conocido para identificar a otros. Otro ejemplo: la parrilla del Jeep Willys original tenía siete vanos taladrados sobre la chapa, hasta hoy todos los modelos de la marca siguen teniendo esos siete vanos.
¿Es mejor para un todoterreno tener siete vanos en vez de otra cantidad? Como podéis pensar no tiene nada que ver, simplemente este aspecto nos evoca a los modelos anteriores de la marca. Con este aspecto la marca intenta transmitir las cualidades ruteras y de fiabilidad, que por supuesto vienen por otro lado y no depende del número de taladros en la parrilla.
Sobre estas letras podéis ver un anuncio de Jeep para Estados Unidos en el que anima a la población a explorar el interior de casa y dejar de lado la carretera. Solo es necesario una estantería con libros y un par de lámparas para evocar la forma de un Jeep.
Un contraejemplo sería el pequeño Cignet de Aston Martin, que si bien se fabricó en Gaydon y su parrilla recuerda a los GT británicos, no tuvo un éxito de ventas. La primera imagen nos recuerda a Aston Martin, pero no se puede mantener que conducir un pequeño Toyota iQ remarcado sea lo mismo que un DB9, con muy buen acabado que tenga el primero.
Otro ejemplo de gama con aspecto muy personal y simbólico ha sido Volvo. Su proporciones tan marcadas y cuadrada dan un aspecto muy robusto y seguro a los vehículos, que además se correspondía con la realidad. Sin embargo no es el aspecto lo que da seguridad a un vehículo, sino su estructura interna.
Pocos fabricantes presumen de tirar vehículos nuevos desde 30 metros de altura para aprender la mejor manera de excarcelar a los posibles ocupantes de un accidente. Esta forma tan cuadrada ha ido evolucionando hacia otras más fluidas, pero en esencia las proporciones boxy.
De nuevo, al ir a la par un aspecto con un conjunto de cualidades se genera un símbolo. En este caso, siempre que pensamos en Volvo pensamos en seguridad. Ya hemos visto algunas de las marcas con la estética más identificable, veamos ahora cómo entró Audi en la categoría Premium y por qué sus modelos tienen el aspecto que tienen.
La entrada de Audi en la clase Premium
El primer modelo Audi de clase Premium de su época moderna es el Audi 100 (C1) de 1968. Era un modelo moderno tecnológicamente, muy ligero, aerodinámico y tracción delantera, todo esto poco visto en el segmento en esos años.
Si bien sus virtudes tecnológicas eran buenas, este primer modelo era algo soso, no tenía un aspecto peculiar más allá de la parrilla de los cuatro aros. Los cuatro aros simbolizan los distintos elementos de Auto Union: Audi, DKW, Horch y Wanderer.
Un vehículo, un artículo en general, no siempre es mejor por su aspecto, pero es lo primero que apreciamos de él, de ahí la importancia de la estética de un producto caro. Por este motivo las siguientes versiones del Audi 100 mejoraron en tecnología y en estética en sus versiones siguientes. La cuarta de ellas, la C4 de 1991, ya tenía un aspecto mucho más agraciado. Su exterior sugería la calidad y deportividad que no se puede ver.
Con el Audi 100, finalmente la marca se ganaba su hueco en el mercado como vehículo Premium, pero no debía acabar todo ahí. Audi disponía de modelos por encima y por debajo del 100, todos de una calidad similar. Para indicar al mercado que los modelos tenían atributos similares, la estética de todos era muy similar, pese a que el tamaño era diferente.
En 1996 aparece el benjamín de la casa, el compacto Premium A3. ¿Cómo mostrar al mercado que ofreces un nuevo modelo pequeño pero con la misma calidad, técnica, deportividad y cuidado que los modelos mayores?La respuesta está clara: con un aspecto similar a otros vehículos de la misma marca con cualidades similares. Si mostramos un vehículo que es un calco de otro que ya conocemos, estamos diciendo que son iguales y que solo cambian en el tamaño. Eso mismo hizo Mercedes-Benz con el que fue su benjamín de 1982, la berlina compacta W201 y después con el Sportcoupé de 2000 (CL203), aparecido precisamente por el éxito de Audi A3.
La inspiración a estos modelos es el BMW Serie 3 Compact, versión recortada del serie 3 E36. Este modelo es igual a la berlina desde el frontal hasta el pilar A, con la misma batalla del modelo del que procede pese a que más allá del pilar A es todo diferente. La idea de este modelo es producir un vehículo del tamaño y prestaciones del Volkswagen Golf GTI, con toda la personalidad de BMW, esto es: propulsión trasera, motor delantero longitudinal y su frontal de serie. El éxito de mercado de estos modelos fue el germen la categoría compacto Premium.
Estos pequeños modelos tenían el aspecto de sus hermanos mayores y el tiempo demostró que sus cualidades también eran similares a ellos. Años antes no estaba claro que un vehículo pequeño puede tener calidad Premium, estos modelos demostraron que sí es posible.
Eso es precisamente lo que está haciendo Audi desde su época VAG en toda su gama. Primero fabrica vehículos de elevada calidad, deportividad e imagen en los modelos más grandes y luego la pasa estas características a los más pequeños, como ha pasado con los A8, A6, A4, A3 y A1, y R8 con el TT.
Vale, ya hemos visto por qué una gama (Audi en particular) es tan similar, el hecho de compartir cualidades estéticas nos hace pensar que compartimos cualidades técnicas. Hablemos ahora de los detalles de estilo de Audi en concreto.
Detalles de estilo en Audi, ¿por qué son como son?
La llegada de la marca Audi a la gama Premium actual ha sido relativamente tardía, con lo que muchos detalles de estilo ya estaban ocupados. No se podría llamar la atención con más cromados, parrillas con formas muy peculiares o detalles en el equipamiento óptico (faros, pilotos e intermitentes).
Y es que los modelos Premium tienden a un utilizar un estilo barroco, muy cargado; pensad por ejemplo en los cromados y las líneas horizontales que han recorrido las carrocerías de los Jaguar.
La inteligente salida de Audi para diferenciarse de otros modelos Premium ha sido emplear el estilo más minimalista posible, muy común estos días en productos de alta tecnología, pero no muy visto en automóviles previos a la utilización por Audi. Por eso llama doblemente la atención su gama de modelos.
Los dos modelos que más reflejan este estilo minimalista es el primer TT (8N) de 1998 y el A2 (8Z) de 1999. tienen un estilo muy personal en el que todo se reduce básicamente en líneas horizontales y circulares. El primer Auti TT no tiene el aspecto en cuña asociado a los cupés de la época. Basa sus aspecto general en el Volkswagen Karmann Ghia (Typ 14) de 1955 y la filosofía de la lejana Escuela de Bauhaus (1919 a 1933).
Su estilo es muy compacto con el semicírculo como principal recurso. Este estilo pasó a otros modelos de la marca de una manera más sutil. Puede gustar o no este estilo, pero hay que reconocer que la marca ha conseguido hacerse un hueco en su segmento. Otro detalle de estilo que utiliza la marca de los aros es una gran parrilla vertical que recuerda a sus vehículos deportivos de los años 30. También ha crecido mucho últimamente sin necesidad, tanto en modelos que la necesitan como en otros que no.
¿Compartir estilo dentro de una gama para introducir una marca Premium es exclusivo de Audi? Pues no, veremos un ejemplo en el apartado siguiente.
Estilo de Lexus
Toyota también quería entrar en el mercado Premium. En España es una marca casi Premium, pues llegó cuando ya tenía fama reconocida de tecnología y fiabilidad, pero en Estados Unidos ha sido diferente. Toyota empezó a vender en Estados Unidos en el año 1957 y la primera versión del Corolla llegó en 1968, con un motor de poco más de un litro y a la venta por poco menos de 2.000 dólares.
Desde estos modelos hasta el superventas Camry ha habido muchas mejoras. Si bien Toyota tiene una imagen de un vehículo mejor que un generalista en Estados Unidos, no llega a alcanzar una apreciación de Premium.
Para ello, Toyota desdobló la marca, creando Lexus -por Luxury EXport United States– en 1989. Estos modelos eran más avanzados y mejor acabados que los Toyota, su aspecto mostraba muy claro su objetivo, pues algunas versiones eran un calco a otros modelos Premium.
La primera versión de la berlina LS 400 (UCF10) de 1989 tiene un buen aspecto, pero quizás demasiado parecido a un Cadillac Seville (KY5-Y69) de 1992. La tercera versión, ya LS 430 (UCF30), es prácticamente un calco de un Clase E de Mercedes coetánea.
Estos modelos tenían buen aspecto y buen acabado, pero no eran conocidos por el público general ¿el motivo?, falta de personalidad en su estética. Una marca Premium no debe ser la copia de otra.
Parafraseando a Cayo Julio César: un vehículo Premium no solo debe ser bueno, además debe parecerlo. El punto de inflexión llegó con el GS de 1993, pues estaba diseñado por Italdesign (S140). Si te dicen que hay una marca con tecnología japonesa y diseño italiano te quedas con su nombre. Su diseño era muy equilibrado y elegante, pero sin personalidad marcada. Quizás el primer modelo en desarrollar personalidad propia en la estética fue el Lexus IS (XE10) de 1998.
Sin llegar a ser una maravilla de la estética era más atractivo que otros modelos japoneses. Incluso el detalle de los pilotos traseros en una superficie cromada debajo de una tapa de policarbonato fueron tan conocidos que se convirtieron en detalle de tuning conocido como “faros Lexus” o “pilotos Lexus”.
La segunda generación (XE20) era más estética todavía, ahora todo el automóvil era un ejercicio de estilo muy acertado. Las buenas proporciones, la línea en cuña y las formas curvadas que sugieren movimiento y velocidad cuentan en voz alta las aptitudes en carretera de este modelo.
Esta nueva estética convirtió a Lexus una marca conocida y deseada por un número mayor de clientes conocedores o no de la marca
En la segunda generación apareció una pequeña parrilla trapezoidal que se refleja horizontalmente en la tercera serie. Esta serie, la XE30, mantiene las proporciones e incrementa las curvas y las superficies, con lo que aumenta la sensación de velocidad y dinamismo aun estando parado el vehículo. Ahora el estilo grita que un Lexus quiere ir a la carretera a correr.
De nuevo la parrilla ha crecido muchísimo, esta vez tiene la “L” de la marca por todos lados y se convierte en el rasgo distintivo de la marca. Este estilo de formas curvadas y dinámicas se ha pasado al resto de la gama e incluso ha servido de inspiración a Toyota que ha dado una nueva imagen más dinámica y original a todos sus modelos.
En estos momentos todos los modelos de Lexus tienen un diseño muy acertado, personal, dinámico y muy equilibrado a excepción su parrilla inmensa, que ya es común en casi todas las marcas. Ahora la imagen de la marca Lexus forma parte del conjunto habitual de marcas Premium. Es más, tiene su imagen distintiva de modelos deportivos, F Sport, con la “F” inspirada en el circuito de Fuji.
Hemos visto que tanto Audi como Lexus, además de mejoras en tecnología, han utilizado una estética personal que los identifica como una gama Premium. ¿Solo ocurre con las marcas Premium? ¿Qué ocurre con las marcas generalistas? Veámoslo.
Estética diferenciada en marcas generalistas
La estética diferenciadora en una gama no es exclusivo de las marcas Premium. Si bien estas últimas suelen tener un diseño sobrio, elegante y personal, poco a poco las marcas generalistas intentan tener una imagen común de manera que se compartan las cualidades en toda su gama.
Por ejemplo, tanto se inspira el primer Ford Fiesta en el Granada, tope de gama en 1983, como el Fiesta actual con el Mondeo, ambos con la misma “boca de pez” que el Mustang actual, parrilla manda. Desde luego no podemos decir que se puedan identificar el último con su primera versión sin ver los modelos intermedios, pero cada generación es similar al resto de modelos.
Las marcas mediterráneas son las que menos mantienen el aspecto de su gama porque prima la originalidad, no la continuidad. El caso de Fiat es el ejemplo más destacado, de generación a generación cambia de estilo, pasando alternativamente de un un modelo redondeado a otro anguloso. Esta manera de diseñar proporciona modelos novedosos en cada generación que hacen viejos a la generación anterior.
El caso de Renault no es tan cambiante, es otra marca que no tiene una línea muy clara en su estética mantenida en el tiempo, aunque sí la ha mantenido en cada generación. En esta marca se aprecia claramente una mayor importancia estética de su símbolo, el rombo, pasando de un elemento que prácticamente causaba vergüenza enseñar hasta ser protagonista absoluto del frontal, incluso en industriales ligeros (véase la Express, el antes y el después).
El mejor y peor ejemplo de marcas de Francia los tenemos en el mismo grupo. Citroën ha tenido durante muchísimo tiempo la gama más heterogénea del mercado con el mínimo de vehículos; pues durante muchos años mantuvo en su catálogo el vehículo más moderno del mercado y el más básico, el DS y el 2CV, respectivamente.
Durante muchos años la gama Citroën ha tenido modelos caros y baratos, con lo que la marca perdió la categoría Premium originada por el DS y seguida por el SM, CX, XM y C6. Recientemente también ha desdoblado su marca DS -previamente Citroën DS- para sus modelos Premium aspiracionales.
Peugeot, por contra, ha mantenido una imagen más continuista entre generaciones. Por ejemplo, el Peugeot 504 apareció en 1973 con unos faros trapezoidales inclinados hacia el centro, que en ese momento se les comparó con los rasgados ojos de la actriz italiana Sofía Loren.
Desde entonces y durante mucho tiempo, era muy fácil identificar a un vehículo Peugeot simplemente viendo la inclinación de sus faros. En 1985 apareció el pequeño 205 con unos faros más rasgados todavía, pero con volumen en vez de planos y con los intermitentes formando parte del conjunto. La parte trasera también fue original al ser redondeada.
Estos rasgos los han mantenido prácticamente todos los compactos de la marca hasta ahora. Los Peugeot tenían esos faros rasgados cada vez más estilizados. Por unos años se perdió la personalidad del frontal y de nuevo se ha generado otro estilo, esta vez se añaden luces diurnas que asemejan los caninos de un gran felino.
¿Hay más marcas generalistas que busquen una imagen de marca para identificar toda su gama? Pues sí, para qué negarlo, todas las marcas intentan crear una imagen para ser reconocidas, incluso Dacia está creando una imagen propia.
Vamos a ver, hemos comenzado este artículo hablando de imagen para un modelo Premium y hemos acabado hablando de Dacia. ¿Es importante para Dacia una imagen de marca en toda su gama?
Pues sí, tan importante como para un modelo Premium. Un Dacia es un modelo muy económico por utilizar una tecnología y un acabado más simple que otras marcas. Si la gama tiene el aspecto común estamos identificamos a ese conjunto de modelos con un buen precio y si su aspecto es atractivo, mejor que mejor. Todas las marcas de todos los productos buscan una imagen que los identifique, ya sea por su calidad, precio o exclusividad.
Lo importante para el mercado es que se identifique un producto con tu marca, conseguir lo que ha hecho Danone con los yogures o Kleenex con los pañuelos de papel. Por todo esto decimos que si todos los Audi se parecen, su aspecto cuenta lo que hay debajo del capó y son atractivos a la vista, no es un fracaso de diseño, sino un éxito.
Fuera de gama pueden quedar algunos bellos versos sueltos (como el Audi R8), pero la mayoría queda dentro de la misma estética. Además, para que la imagen no sea muy homogénea y vista, se desdobla a su vez en tres estilos: turismos, berlinas aerodinámicas y SUV.
La estética de los turismos es la más continuista, aunque ha perdido parte de su minimalismo. Los últimos modelos están utilizando muchas más superficies, volúmenes, nervios sobre la chapa y líneas cromadas que le dan más dinamismo a costa de perder simplicidad. Las berlinas aerodinámicas (A5 Sportback y A7 Sportback) tienen una estética más dinámica todavía, con más líneas expresivas y el techo trasero inclinado. La estética de los SUV se basa en volúmenes y líneas rectas más que en curvas como en los turismos.
Es una novedad que les diferencia no solo del resto de gama, sino del resto de SUV pues en este momento casi todos tiene formas curvas. De esta manera tenemos los modelos Audi en cuatro sabores: clásico, aerodinámico, SUV y cupé. Si la mayoría de las personas considera atractivo el estilo de Audi y consigue identificar la marca y su “sabor” simplemente por su aspecto, podemos confirmar que los diseñadores de Audi han hecho un trabajo perfecto.
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J.J. López
Portador del contagioso virus de los coches desde los once años. Ingeniero en informática, programador de robots y visión artificial que lo piensa todo en coches. Amante del arte, técnica y tecnología en movimiento, esto es, apasionado incondicional del automóvil.Muy buen artículo. Lamentablemente las “marcas premium” hace años perdieron lo que los llevó a ese podio. Calidad, confiabilidad, seguridad y diseño qué lo representará, así lo resumiría yo. Es más, las marcas eran discretas. Hoy hay muchas generalistas que están haciendo las cosas bien y que no le envidian nada a las tres teutonas de referencia. Hoy el usuario quiere formar parte de la marca, se identifica con lo que cada marca da, hace décadas las marcas la construían los usuarios, exigentes, que pagaban calidad no pantallas ni insignias…. El mundo cambia a cada segundo, lamentablemente para los amantes… Leer más »