Los coches más bellos de las 24 Horas de Le Mans

Los coches más bellos de las 24 Horas de Le Mans

Su 100ª edición se celebra el 10 y 11 de junio


Tiempo de lectura: 9 min.

He de decir que cuando Porsche reunió a sus bestias por el 40º aniversario del Grupo C, me trajo al recuerdo una buena lista de coches que me gustaría recordar. Como me daría para escribir un libro, he decidido reunir aquí un pequeño resumen de los que son para mí los coches más bellos de las 24 Horas de Le Mans, y no creo que haya mejor momento, ya que su 100ª edición se celebra el 10 y 11 de junio. He decidido colocarlos cronológicamente y, quizá debido a la menor perspectiva del tiempo, limitarme a coche de hace más de 20 años, rememorando otras épocas de la competición.

Ford GT40

Qué decir de este histórico modelo nacido del rencor más infame. Despreciado por el mismísimo Enzo Ferrari, Ford decidió vengarse en pista y, tras unos malos resultados que empañaron su nacimiento, consiguieron los tres primeros puestos en la cita francesa. Su musculosa carrocería estirándose para cubrir cada rincón mecánico lo más bajo al suelo posible, en conjunción con los colores de Gulf que le dotan de esa imagen incluso inocente, consiguieron un automóvil que a día de hoy es reconocible hasta por gente que no forma parte del mundillo.

Para nada hay que dejar de lado la belleza de su archirrival, pero este GT40 abrió una hegemonía que duró cuatro citas, del 66 al 69, que terminó con la llegada de Porsche con su 917K. La peculiar forma de sus puertas, sus dos escapes centrales, sus diminutos faros traseros, y la rudeza del corte de la trasera del vehículo, son ya elementos de diseño identificativos de este coche pensado por y para correr en línea recta. En las frenadas los frenos hacían lo que podían, y en las curvas sus neumáticos sufrían el par de su monstruoso motor hasta darle rienda suelta en el siguiente tramo relativamente recto.

Porsche 917K

Hablando de coches decorados con los colores de Gulf, para mí, el Porsche 917K es el rey. Basado en el Porsche 908 y desarrollado en diez meses, su larga carrocería resultó no ser ideal para altas velocidades. Para el año 70 volvieron con los deberes hechos, una mayor aerodinámica y su endiablada velocidad en las rectas le permitió hacerse con la victoria dos años, en el 70 y en el 71. Solamente fueron dos años, pero además ganaron otras ocho carreras de las diez que formaban la temporada de su categoría.

Además, cuando no pudo participar más en carreras europeas, se trasladó a los Estados Unidos para seguir ganando carreras con la decoración de Sunoco, pero a pesar de tener un conjunto de colores precioso, los cambios en la carrocería hicieron que perdiera parte de su belleza. Técnicamente, una de las curiosidades que más me impresionó, era que su chasis tubular iba soldado a la perfección y presurizado, con un manómetro a la vista del piloto, para que, si presentaba alguna anomalía, revisasen el chasis en busca de la fisura.

Porsche 956

Nos mudamos a los colores de Rothmans, pero no de marca, Porsche lo volvió a hacer, una máquina precisa de competición sobre la que os dejé más información en el artículo del 40º aniversario del Grupo C. Una máquina que se mantuvo durante seis años, con ligeras modificaciones para evolucionarlo al 962, en lo más alto de los campeonatos a nivel mundial. Los estudios aerodinámicos serios podemos decir que comenzaron aquí, una época en los que esta empezaba a ser decisiva en las distintas competiciones.

Sauber Mercedes C9

Tras la retirada de Mercedes del automovilismo internacional tras el terrible accidente en la carrera de Le Mans de 1955, regresó para la temporada de 1988. En asociación con Sauber, el V8 C9 biturbo obtuvo cinco victorias muy respetables, a pesar de no poder competir en Le Mans. Sin embargo, su temporada siguiente fue arrolladora, con nueve victorias de diez carreras y la victoria en la Sarthe, devolvieron a las Flechas de Plata a lo más alto del automovilismo.

La sencillez en los trazos, la claridad de una carrocería prácticamente desnuda de patrocinadores y su sonido gutural, configuran un vehículo imponente allá donde lo veas. Las tomas de aire tipo naca invadieron cada rincón de los diseños por aquella época, y la forma tras las ruedas delanteras se vería cada vez más evolucionada en los años posteriores, por lo que podemos decir que fue el referente en diseño que ganó la edición de 1989 de las 24 Horas de Le Mans.

Jaguar XJR-12

He de decir que el morado no es uno de mis colores favoritos, pero he de reconocer que sobre este Jaguar queda impresionante. La decoración de Silk Cut, o corte de seda en español, le viene como un guante a este modelo con las ruedas traseras carenadas. Podemos ver que sigue la tendencia del Sauber, pero afinándola y dotándole de un V12 de 7 litros tras su habitáculo que le llevaría al éxito en 1990. Martin Brundle lideró la carrera durante la primera etapa, pero un problema con la bomba de agua obligó a retirar su coche de la carrera.

Fue cambiado a otro XJR-12, lo que le permitió liderar en la primera y segunda posición para su equipo, formando ya parte de la historia de la cita francesa. Podemos observar en él la tendencia a realizar un morro algo más largo y curvado en lugar de mantenerlo plano, y un alerón cada vez más bajo para reducir el drag en las largas rectas de La Sarthe.

Mazda 787B

La primera (y única) oportunidad que tuvo un motor Wankel de ganar las 24 Horas de Le Mans. Somos muchos los aficionados que fantaseamos con lo que habría podido llegar a ocurrir si se les hubiese permitido seguir compitiendo, quizá estemos ante el más flagrante de los vetos a un tipo de vehículo que podría haber cambiado la historia de la automoción. En cuanto los ingenieros de Mazda consiguieron dotarle de fiabilidad, su motor rotativo dio un baño de humildad al resto de la parrilla.

No fue ninguna innovación aerodinámica, pero su peculiar decoración unida a su ensordecedor sonido hace que para mí esté en el podio de esta peculiar lista de coches. Para esta edición, los mismos que le desheredaron han decidido que no podía faltar, quizá con la perspectiva del tiempo piensan que no deberían haberlo vetado.

Peugeot 905B

Los de la marca francesa harían uno de sus modelos más bellos de la competición. En este intento tras el dominio de los Porsche hasta 1989, el Grupo C trató de seguir de forma paralela a la Fórmula 1, con motores de 3,5 litros de cilindrada, en busca de atraer a más marcas a la competición, y de qué manera. Con esta normativa aparecería Mercedes, Jaguar, Mazda, y la que nos ocupa, Peugeot. El bello 905B vino a resucitar las ganas de la marca tras la desaparición del Grupo B de rallies.

Dos años de éxito avalan al modelo, que prácticamente ausente de patrocinadores, muestra unas líneas simples que fluyen a lo largo del vehículo con su peculiar toma de aire en el techo como particularidad. Este modelo cerró la época dorada del Grupo C, que daría paso a los GT1, herederos directos de esta categoría, dándole la última oportunidad de ganar a un Porsche 962 debido a una normativa implementada de una forma precipitada.

McLaren F1 GTR

Al igual que el Ferrari 166 MM Barchetta en 1949, McLaren ganó la carrera de 24 horas de Le Mans en su primer intento, catapultando al legendario GTR al panteón de los héroes de la Sarthe. Sin embargo, fue menos un esfuerzo de toda la fábrica y más un esfuerzo respaldado por la fábrica. Cinco de los F1 con motor BMW participaron en la carrera de 1995 y, a pesar de sufrir fragilidades en la caja de cambios, lograron terminar 13°, quinto, cuarto, tercero y, por supuesto, primero.

Del primer superdeportivo de la historia nacería un coche de carreras del que aún existe polémica sobre el paradero de alguna de sus unidades. Con ligeras modificaciones respecto al modelo de calle, tanto aerodinámicas como mecánicas, esta obra de arte de la ingeniería sigue siendo imponente desde cualquier ángulo, y su sonido sigue estremeciendo a cualquiera con sangre en las venas.

Mercedes Benz CLR

El protagonista de uno de los episodios fatídicos de la carrera de resistencia es, y seguirá siendo, uno de los más bellos en haber acudido a la cita. Pulcro, sencillo, al estilo del Sauber Mercedes C9 que les vio volver a los circuitos, se vio apartado de la prueba debido a los accidentes sufridos en las prácticas y en la clasificación. No deja de ser una preciosa muestra de los inicios de una era en los circuitos de resistencia, a pesar de no poder presumir de una victoria en el circuito de La Sarthe.

Toyota TS020 Gt-One

Los japoneses realizaron un coche completamente distinto para tratar de competir contra los dos anteriores y alguno más, con una decoración que muchos recordarán de videojuegos, y que resulta espectacular aún a día de hoy. Toyota Europa se asoció con Dallara para crear este coche con carrocería creada por ordenador por y para la cita francesa, quedandose a las puertas del éxito debido a un pinchazo. La creación de dos unidades para la calle hace que su historia mejore, estando las dos expuestas en instalaciones de Toyota.

Conclusiones

Son muchos los vehículos fascinantes que han pasado por Le Mans, pero no es una prueba piadosa con las mecánicas y muchos de ellos han acabado por no lograr su objetivo. A nosotros solo nos queda disfrutar de su belleza y su imagen, y esperar con impaciencia la cita de este año que, seguro, no nos decepcionará.

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Sobre mí

Francisco Javier Rodriguez

En la época en la que pasaba el día dibujando coches, alguien me preguntó: ¿pero a ti te gusta más la mecánica o la carrocería de los coches? Esa misma semana leí el Manual del Automóvil de Arias Paz. Tenía 14 años, esa simple pregunta es la razón por la que estoy aquí, desde entonces no he parado de aprender sobre lo que se convirtió en mi pasión.

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