Swindon Powertrain, un fabricante de componentes británico que hunde sus raíces en la competición desde 1971, ha presentado una solución para instalarse en vehículos que quieran ser electrificados, tanto para conversiones como para modelos totalmente nuevos que se fabriquen en un volumen muy bajo. Su nombre, High Power Density (HPD).

La solución de esta empresa es muy compacta, pesa 70 kg. Ocupa un espacio de 60 cm de ancho, 44 cm de largo y 28 cm de alto, con una potencia de 80 kW, casi 109 CV. En el paquete va el motor eléctrico, inversor, transmisión de una relación y sistema de refrigeración. Se puede calzar incluso en el vano de un MINI clásico, que ya es decir. Es un desarrollo conjunto con iNetic, que fabrica motores, y el especialista automovilístico Code.

Lo bueno de esta solución es que no hace falta hacer un pedido de decenas de miles de unidades para que se dignen a producirlo, ahora bien, la relación coste/beneficio no será tan óptima. Los fabricantes a los que se enfoca este grupo propulsor son más bien empresas como Caterham o Lotus, con volúmenes de producción muy bajos, aunque se dejarían hacer querer por fabricantes que tengan modelos de baja venta que hay que electrificar para cumplir con Bruselas.

Se espera la producción en serie a partir de junio de 2020. También sirve como solución híbrida de bajo coste que ha de unirse a un motor térmico convencional, eso sí, las baterías han de ir aparte. El fabricante asegura que se puede colocar de muchas maneras (siempre que sea transversalmente) para encajar en vehículos muy diferentes, dada la flexibilidad de colocación de cada componente del sistema.

Mediante este tipo de soluciones se podrá, en un futuro, mantener en circulación vehículos que ya no podrían seguir circulando, bien por falta de repuestos, por restricciones a la circulación, por aumento de impuestos, que el petróleo se dispare o por cualquier otra razón. Es más, cada vez veremos con más habitualidad las conversiones a eléctrico de vehículos clásicos.