Volkswagen no siempre ha tenido una imagen como la actual –aunque la esté tirando por tierra con algunos temas como el coche eléctrico y el software–, antes era una marca que, incluso, era un tanto desconocida y sobre todo, anticuada. Sirva de ejemplo que la gama de Volkswagen, a finales de los 60 y comienzos de los 70, giraba en torno al Escarabajo, un coche diseñado antes de la Segunda Guerra Mundial. Y he aquí el dilema, pues hasta el momento, todos los intentos de ampliar la gama han sido infructuosos.

Hubo que esperar hasta el 2 de marzo de 1974, cuando la marca presenta el Golf, el coche que estaba destinado a reemplazar al Escarabajo. El concepto que se había desarrollado en Volkswagen para ello era totalmente diferente, no tenía nada que ver con aquel Volkswagen Beetle. Se pasó de un coche básico y de concepción “todo atrás”, a lo más moderno que había en aquella época, es decir, “todo delante” y un diseño de Giugiaro que contrastaba de forma notable con el diseño del Escarabajo. El cambio fue radical y la respuesta del público también.

El resultado es mejor de lo esperado y en la maca, algunos ingenieros dejan volar su imaginación y piensan en un pequeño deportivo, una versión del nuevo Golf con un poco algo más potente y un chasis adaptado que, seguramente, sería divertidísimo. Comenzaron con el trabajo en secreto y en sus ratos libres, como empiezan los mejores proyectos. Había que lograr un coche relativamente potente, pero ligero y ágil, algo que no debería ser difícil porque tenían a su disposición el banco de órganos de VAG, lo que permitió que tuvieran acceso a infinidad de cosas, como el motor de 1,6 litros e inyección –Bosch K-Jetronic– del Audi 80 GTE. Sin embargo, el motor ganó 10 CV para la ocasión y también margen de giro, ya que pasó de cortar encendido a las 6.100 revoluciones, a poder girar a 7.000. Así, lo que tenían entre manos era un Golf de 780 CV con un motor de 110 CV, en una época en la que se pensaba que el límite para un tracción delantera eran los 100 CV.

Con el proyecto muy avanzado y un coche completamente terminado, los ingenieros se muestran los resultados a la directiva, que accede a lanzar una serie limitada de 5.000 unidades. De hecho, así se presenta durante el salón del automóvil de Frankfurt en 1975, adornado con el mensaje “El Volkswagen más rápida de la historia”. Su nombre era Volkswagen Golf GTI –Grand Touring Injection– y acababa de abrir el primer capítulo de una historia que no tendrá final. En Volkswagen no sospechan lo que se les viene encima. Para muchos, el Golf GTI fue el creador de un nuevo mercado, pero en realidad, cuando el Golf GTI apareció, ya había coches como el Autobianchi A112 Abarth o el Renault 5 Copa, incluso antes ya se había puesto en circulación el Simca 1200 Ti, que por concepto, era muy similar al Volkswagen Golf GTi. Simplemente, el modelo alemán tuvo más éxito y convenció al público y a la prensa.

Parte del secreto del nuevo Golf GTI estaba en su combinación de potencia, poco peso y puesta a punto. Bajo el capó, finalmente, estaba el cuatro cilindros de 1,6 litros e inyección Bosch, que rendía 110 CV a 6.100 revoluciones y 137 Nm a 5.000 revoluciones. Era un motor relativamente sencillo, pues, entre otras cosas, montaba una culata de dos válvulas y un único árbol de levas, incluso se combinó con una caja de cambios manual de cuatro relaciones. El peso, en el modelo de producción, subió hasta los 810 kilos, lo que permitía una relación peso-potencia de 7,3 kg/CV, un 0 a 100 km/h en 9,5 segundos, completaba el kilómetro con salida parada en 31,5 segundos y encontraba su tope en los 185 km/h.

No era un coche sorprendentemente rápido, pero el concepto general si era sorprendente, así como los resultados. Hoy día estamos acostumbrados, pero en aquel momento, el Golf GTI ofrecía algo que no había en el mercado: homogeneidad. Era un coche con un habitáculo amplio y aprovechable, era práctico, tenía unos consumos contenidos, era fiable y permitía salir los fines semana a divertirse en carreteras de montaña.

Del limite de 5.000 unidades se pasó a fabricar nada menos que 461.690 unidades entre 1976 y 1983.