La quinta generación del Volkswagen Golf (1K) vio nacer a una familia de lo más prolífica en cuanto al número de carrocerías, pues además de las habituales de tres y cinco puertas o familiar, se introdujo por vez primera una versión monovolumen denominada Golf Plus. Y sobre este, continuando la saga iniciada con el Polo Soho, se lanzó el Cross Golf, la variante de aspecto campero bajo el nombre del emblemático compacto alemán. Se vio por primera vez en el Salón de París de 2006.
Comenzó a venderse en el 2007, momento de la aparición del Nissan Qashqai que, como ya sabemos, revolucionó el mundo crossover europeo. La moda dictaba lanzar coches con aspecto offroad tal como había sucedido antes con los Cross Country de Volvo o Allroad de Audi sobre carrocerías familiares. Se intentó también en utilitarios como el citado Polo o el C3 XTR de Citroën, así como el solitario Rover Streetwise.
Conscientes del tirón de esta tendencia, los de Wolfsburgo se atrevieron a dar un paso más utilizando la carrocería de un monovolumen, un segmento que a la postre continuaba teniendo cierto éxito después del boom de finales del siglo pasado. El Golf Plus era un monoespacio compacto de 4,21 metros de longitud y una altura de 1,58 metros, que aportaba un interior más habitable y un maletero algo más capaz, amén de un puesto de conducción elevado.
El Cross crecía un par de centímetros a lo largo debido al diseño de los paragolpes, mientras que en altura sumaba 7 centímetros a causa de una carrocería elevada 20 mm o las barras del techo. Estas eran de color aluminio y suponían uno de los cambios que incluía la variante con apellido Cross. Además, el paragolpes delantero contaba con un diseño específico con inserciones de plástico negro que recorrían también los bajos laterales o los pasos de rueda. En la zaga se colocó una plancha plateada al más puro estilo crossover. Por último, las llantas eran unas BBS de 17 pulgadas.
La carrocería se elevó 20 mm, pero no se ofrecía la tracción total ni como opción
En cuanto al interior, las modificaciones fueron algo más sutiles. Se recurrió al efecto aluminio para decorar los pedales, parte del volante, pomo de la palanca de cambios o en las molduras alrededor de las salidas de ventilación. Cambiaban también las tapicerías, siendo de serie una bicolor de tonos más claros.
Aportaba un extra de practicidad gracias a las mesitas tipo avión en los respaldos de los asientos delanteros y mantenía la banqueta trasera deslizante con la que priorizar el espacio de las plazas traseras o el maletero, que partía de una capacidad de 395 litros ampliable a 505 litros.
La oferta mecánica contemplaba dos opciones de gasolina y dos diésel. El primero era el 1.6 de ocho válvulas y 102 CV, no comercializado en España, seguido del 1.4 TSI en su variante de 140 CV, que continuó otra moda iniciada con el Golf GT 1.4 TSI, que combinaba la inyección directa, compresor volumétrico y turbocompresor. El mismo motor se había estrenado previamente también en el monovolumen Touran unos meses antes.
Por su parte, los diésel eran viejos conocidos de bomba-inyector, pues se montaban los 1.9 TDI y 2.0 TDI con 105 y 140 CV, respectivamente, ya populares en las gamas del Grupo VAG. El 1.9 TDI se asociaba a una transmisión manual de cinco velocidades, mientras que los motores de 140 CV equipaban una caja de seis marchas.
Las tres mecánicas se combinaban con la opción del cambio automático DSG de seis velocidades. Desde el punto de vista dinámico, el comportamiento del Cross Golf apenas variaba con respecto a un Golf Plus Sportline, del que tomaba las suspensiones.
Como ocurría con el Cross Polo y otros modelos que adoptaban la estética todocamino, el sobreprecio a pagar resultaba cuantioso. En el caso del Cross Golf, suponía un desembolso que oscilaba entre 2.700 y 3.400 euros con respecto al Plus con motor equivalente y acabado Sportline. De este modo, las tarifas partían de 25.740 euros del año 2007 (30.000 de hoy).
Un precio alto si además tenemos en cuenta que el equipamiento no era gran cosa, aunque sí ofrecía de serie climatizador bizona, ordenador de abordo o control de crucero. Llevaba asientos deportivos heredados del Golf Plus Sportline, del cual también tomaba la base para la puesta a punto del bastidor con unas suspensiones algo más duras que el resto de la gama Plus.
Sin llegar al extremo del Volvo S60 Cross Country del que os hablamos hace un par de semanas, el Cross Golf no fue un modelo muy popular debido quizá a su elevado precio o las pocas ventajas que aportaba frente al Plus, así como por la oleada de SUV que se lanzaron en aquellos meses incluyendo el Tiguan, a priori más atractivo sin pretender abarcar dos segmentos como le ocurrió a este Volkswagen Cross Golf y de manera casi simultánea al Cross Touran.
El restyling no tardó mucho en llegar. Fue en el Salón de Ginebra de 2010. Adecuó su imagen al recién presentado Golf de “sexta generación” (5K), pero fundamentalmente en la parte delantera. El interior y la parte trasera apenas fueron modificadas, aunque lucía un aspecto más moderno a nivel de pantallas. Sí hubo cambios notables en motores, todos ya Euro 5: el 1.4 TSI subió a 160 CV, los TDI mantuvieron la caballería pero adoptaron la inyección common-rail (EA189, los del Dieselgate), y el obsoleto 1.6 8v pasó a mejor vida.
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Ángel Martínez
Soy uno de esos bichos raros a los que les apasiona hablar de coches y se pasaría horas comentando modelos o repasando la historia de la automoción. Pienso que la mayoría de ellos tienen su encanto, desde el deportivo con el que soñamos hasta el utilitario que te encuentras en cualquier esquina.Muchas gracias por toda la info. De lo mejor y más completo leído acerca de este curioso modelo.