Coche del día: Talbot Tagora SX

Coche del día: Talbot Tagora SX

Una gran berlina en un momento equivocado


Tiempo de lectura: 7 min.

El Talbot Tagora SX fue una berlina media-alta  desarrollada por la división europea de Chrysler, presentándose al mercado en enero de 1981. Se vendió por parte de PSA Peugeot Citroën bajo la marca Talbot, aunque debido a su baja demanda se fabricaron solamente alrededor de 20.000 unidades.

Oficialmente el desarrollo del proyecto del Talbot Tagora empezó en mayo de 1976, y se conocía con el código interno “C-9”. En un principio no se tenía claro si diseñarlo como una berlina de dos o tres volúmenes, decantándose finalmente por la carrocería de tres cuerpos; esta se consideraba más propia y elegante para un coche del segmento medio-alto, pues la de dos cuerpos se asociaba a un vehículo de tracción delantera del segmento medio, orientado a un cliente más joven.

Talbot realizó un profundo estudio de mercado de los porcentajes de ventas del segmento de gama alta en Europa, destacando un nivel de ventas de vehículos de representación del orden del 15 % de las matriculaciones totales. El fabricante francés estimó que 3.200 unidades mensuales serían perfectamente absorbidas por el mercado, de las cuales un  20 % serían de la versión más alta, la SX. La gama contaba con cuatro versiones.

Talbot Tagora SX 2

La idea no era  mala, pues sabemos que los modelos del segmento Premium ofrecen una rentabilidad superior al resto de los modelos, por lo que el proyecto era viable económicamente. Además el Tagora no se consideraba un nuevo modelo, sino una gama completa que pretendía representar a Talbot en el segmento de los vehículos Premium.

En esta época los departamentos de diseño de cada marca del grupo tenían su propia identidad: Citroën era vanguardista, Peugeot quedaba definida por el clasicismo y Talbot brillaba por la elegancia de sus diseños

Esta elegancia quedaba reflejada en la musculosa silueta del Tagora, con una línea diseñada por A. H. Blakeslee, dotada de motivos geométricos y ángulos vivos que consiguieron una línea elegante y personal, ofreciendo un modelo prototipo de la gran berlina clásica.

A nivel estructural recordaba mucho al Peugeot 604, pero con una carrocería mucho más moderna y aerodinámica (Cx de 0,45), situándose entre los modelos Peugeot 505 y 604 por dimensiones y peso (4.630 mm de largo, 1.810 mm de ancho, 1.440 mm de alto y 2.810 mm de batalla, y con un peso de 1.345 kg en vacío). Su delantera se caracterizaba por una calandra formada por una rejilla vertical cromada, enmarcada por unos enormes faros rectangulares.

Talbot Tagora SX 3

Ambos parachoques eran de dimensiones generosas, contando el delantero con un spoiler inferior dotado de una generosa entrada de aire. Estaban fabricados en un material plástico que absorbía los pequeños golpes típicos en la circulación urbana. Tanto la parte superior de los parachoques como todo el lateral estaban recorridos por unas molduras laterales, ofreciendo una línea visual de la cintura más baja. En las aletas delanteras lucía las insignias “2.6”.

Los pasos de rueda contaban con unos aletines que tenían un aspecto práctico, el de proteger de salpicaduras la carrocería, dotándole al mismo tiempo de una estética más robusta. El lateral quedaba rematado por unas llantas de aleación ligera de cuatro brazos de 14 pulgadas de diámetro y 6 de garganta, abrazadas por unos neumáticos Michelín TRX de medida 210/65 HR 365. El inmenso maletero, de 630 litros de capacidad, estaba rematado por el logo SX y unos grandes grupos ópticos.

Su estructura contaba con elementos de deformación programada, con barras de protección lateral y unos arcos de seguridad que envolvían el habitáculo, creando un verdadero espacio de supervivencia para los ocupantes.

Talbot Tagora SX 4

Una vez que cruzábamos el umbral descubríamos el alto nivel de acabado, con unos ergonómicos asientos tapizados en terciopelo y diseñados para cuatro personas, aunque por espacio cabían tres personas en la banqueta trasera. El cuadro de instrumentos era muy completo y perfectamente visible gracias a su volante monobrazo. El diseño del mismo era sencillo, dominado por  los relojes del velocímetro y del cuentavueltas, con los relojes de temperatura del refrigerante y de presión del aceite a la izquierda y el nivel de combustible y un práctico amperímetro a su derecha.

Contaba con un mando manual para regular la altura de los faros a la izquierda, y una consola central con los mandos de climatización. Encima de esta se encontraba un práctico ordenador de a bordo que informaba de la hora, el tiempo invertido, distancia recorrida, velocidad media, consumo instantáneo, medio y total. También llevaba los consabidos cierre centralizado y elevalunas eléctricos. Solo dejaban a la elección personal el equipo de sonido que se deseaba instalar.

La visibilidad era óptima gracias a su enorme superficie acristalada. La posición de conducción era buena, aunque el volante carecía de ningún tipo de regulación. Una vez arrancado el motor se escuchaba el clásico susurro del V6, muy amortiguado gracias a la excelente insonorización del habitáculo. La dirección asistida era bastante sensible y directa, por lo que había que manejarla sin brusquedad. El embrague y el cambio de  marchas resultaban extraordinarios, con una buena progresión en el recorrido del primero y un buen sincronizado y tacto del segundo.

Talbot Tagora SX 5

El Talbot Tagora SX estaba motorizado por un motor en posición delantera longitudinal, con seis cilindros en V a 90o. Su cilindrada era de 2.664 cm3 y entregaba una potencia máxima de 165 CV a 6.000 RPM y un par máximo de 230 Nm a 4.200 RPM. Tanto el bloque como la culata estaban realizados en aluminio. La distribución se realizaba a través de un árbol de levas en cada culata, y cada cilindro llevaba dos válvulas. La alimentación se encomendó a una bomba mecánica y a dos carburadores  Weber 40 IT verticales de triple cuerpo, que estaban ocultos por unos enormes filtros de aire.

Los 165 CV se mostraban perezosos, pues hasta las 2.500 RPM no respondía con energía, mostrándose el motor pletórico hasta las 6.000 RPM. A causa de los largos desarrollos del cambio el coche no invitaba a una conducción deportiva, pero ello no impedía viajar a cruceros de 160 km/h en el mayor de los silencios.

Sus prestaciones básicas eran una velocidad máxima de 188 km/h, 9,8 segundos en la aceleración de 0 a 100 km/h, realizando los 1.000 metros desde salida parada en 29,8 segundos. Los consumos eran considerables, en línea con las características del motor: 17 l/100 km en ciudad, 9,5 l/100 km a 100 km/h de crucero y 11 l/100 km a 120 km/h.

La caja de cambios era manual, de cinco relaciones y de origen Peugeot. Sus suspensiones procedían de los Peugeot 505 y 604, aunque profundamente modificadas. Conservaba el sistema independiente de los mismos, con esquema McPherson delante y ruedas independientes tiradas por brazos triangulares con eje de oscilaciones oblicuo. Ambos ejes contaban con muelles helicoidales, amortiguadores hidráulicos telescópicos y barra estabilizadora.

Se aumentó la rigidez del tren trasero, se modificaron los reglajes de la amortiguación, así como un tarado diferente endureciendo ligeramente la suspensión, aspecto compensado con los excelentes asientos. Con ello consiguió un comportamiento rutero envidiable, complementado por una amplísima plataforma. Esta versión SX contaba con frenos de disco en ambos ejes, ventilados los delanteros, ofreciendo unas distancias de frenado muy buenas tanto en firme seco como en mojado. El resto de las versiones se conformaban con tambores detrás.

El Talbot Tagora, en versión SX resultaba una berlina media-alta muy interesante por precio (2.274.000 pesetas en 1982, unos 54.000 euros de hoy) y por equipamiento, pues incluía todos los extras posibles. Ello lo situaba en teoría entre los mejores representantes europeos, pero a pesar de todas estas buenas cualidades no supo cuajar entre sus potenciales clientes. Se tuvo que enfrentar  a la segunda crisis del petróleo de 1979, a enemigos hermanos como los nombrados Peugeot 505 y 604 y a su pobre imagen como marca. PSA Peugeot Citroën decidió cancelar su producción en 1983.

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Sobre mí

Ginés de los Reyes

Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...

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miguel
Invitado
miguel

Resulta curiosa la manía o mala costumbre de los autos del grupo PSA de fabricar coches grandes: Peugeot 505 v6, 604 v6, Renault 30 v6, Tagora SX v6, presuntamente aparentes y de “representación”, con plásticos baratos y con llantas de cuatro espárragos en vez de cinco, que siempre resultan más “aparentes”; véase el caso del SEAT 1500/FIAT 1800/2100/2300, Alfa 90, Ford Granada, Opel Senator, Alfa 75 América… Sinceramente; las llantas del Talbot Tagora parecen de plástico barato. También me llama la atención el anagrama con la cilindrada “2.6”, siendo un 2.664 c.c.; fácilmente podrían haber puesto “2.7”, que resulta más… Leer más »

Jose
Invitado
Jose

Es que lo de Talbot era un drama. Con lo que había sido y la imagen que había tenido hasta los 50…totalmente ninguneada. Me resulta un poco como el caso (y ocaso) actual de Lancia.

Y lo irónico es que varios de los mejores coches de PSA en la época eran Talbot. El Samba, el propio Tagora o el Horizón eran magníficos coches. Los 150, no tanto.

Pablo Mayo
Editor

De acuerdo contigo, muy similar a Lancia. Recuerdo especialmente el Solara, con gran calidad para la época.

Jose
Invitado
Jose

Si, curiosamente el Solara tenía una calidad que nunca tuvieron ni de lejos los 150, que se suponía que eran similares.

Bieito.
Invitado
Bieito.

El Tagora era una maravilla y su perfil descendente hacia la calandra recordaba a un Maserati de aquel tiempo. Pocos coches hubo por entonces así. Caro pero después aparecieron algo similar como el Ópel Senator en ese segmento.
El T. Solara Escorial, mucho más económico (en el segmento anterior), le restó las ventas ya que era un coche muy aparente y “hermano menor” de éste; pero también muy bien realizado y de gran confort y acabados.
El Tagora era para bolsillos pudientes.
Talbot, desde los tiempos de los “gota de agua” fue pegando tumbos. Una pena.


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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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