El Lotus Elite –Type 75– se presentó en 1974 y era el Lotus más lujoso y caro que se había puesto en circulación hasta el momento. Era el resultado del proyecto M50, el cual, había comenzado a desarrollarse en 1971 para terminar por dar forma al primer cuatro plazas de Lotus.

Lotus, como muchos sabréis, siempre fue un fabricante muy centrado en crear deportivos con una relación peso-potencia imbatible. Eso provocaba que algunos fueran muy pequeños, otros fueran muy radicales y otros, como el Esprit, se quedarán en un punto intermedio. El Lotus Elite II era una nueva forma de ver un Lotus, o casi, la cual, se complementó poco después con la puesta en escena del Lotus Eclat.

Curiosamente, el Lotus Eclat, en realidad, recogía muchas de las cosas que se habían diseñado y desarrollado para el Elite type 75, pero que, por diferentes motivos, había sido desechadas. Resulta que el Lotus Elite II no iba a ser un shooting brake, pero los ingenieros de Lotus vieron que era la mejor solución para acomodar a dos pasajeros decentemente en las plazas traseras, además, unas pruebas en el túnel no dieron buenos resultados y se decidió empezar todo el proyecto de nuevo.

El Elite II era el primer en muchas dentro de Lotus. Por ejemplo, fue el primer modelo en equipar el motor 907, un cuatro cilindros con doble árbol de levas en culata fabricado totalmente de aleación usado por primera vez en el Jensen-Healey –un dos litros con 160 CV h cambio de cinco relaciones–. Fue el primer Lotus en equipar barras para impactos laterales en las puertas, lo que permitía cumplir con los requisitos de la normativa de seguridad estadounidense –mercado muy importante para un coche como este–.

Su diseño era extremadamente particular, lo que provocó que muchos fanáticos de Lotus criticaran el coche porque poco tenía que ver con la primera entrega del Elite, aparecida en 1958 y como todo coche fabricado entre las décadas de los 50 y 60, dotado de una fisonomía evocadora e inigualable por cualquier coche de los años 70. Esta década se caracterizó por unos diseños un tanto cuadrados, con grandes incorporaciones de elementos de plástico –como los paragolpes o los salpicaderos–. El interior, por su parte, fue obra de Giugiaro.

Curiosamente, el Lotus Elite, con su motor de dos litros y su carrocería de fibra de vidrio, se presentó como un conjunto “eficiente” y en plena tendencia, pues en 1973 se desató la crisis del petróleo, y todos los coches grandes y equipados con motores de elevado consumo, empezaron a tener problemas para salir de las tiendas. El problema resultó ser, en realidad, su precio, muy elevado.

El Elite Type 75 fue una demostración de que Lotus podía hacer un coche sin necesidad de que fuera un superdeportivo exótico, podían hacer un Gran Turismo usable y con cierta versatilidad. Sin embargo, vivió en paralelo al Lotus Esprit, y a pesar de ser la basa sobre la que se desarrollaron los Eclat e Excel, Chapman prefirió dar prioridad al Esprit y no al Elite II. Al menos, eso es lo que se dice.