Coche del día: Porsche 924

Coche del día: Porsche 924

salió de un proyecto para Volkswagen que fue cancelado, tenía el motor delantero ¡y frenos traseros de tambor!


Tiempo de lectura: 3 min.

El Porsche 924 se puso de largo en 1976 –la presentación fue en 1975–, llegó en un momento especialmente delicado para la firma alemana. Se vendió hasta 1989 y se entregaron, durante ese tiempo, más de 130.000 unidades. Fue una salvación para Porsche, aunque muchos puristas lo rechazaran por tener el motor delante del habitáculo y no detrás, como el Porsche 911.

Por lo general, hacer caso a un purista es meterse en camisa de once varas y habría condenado, ya que hablamos de Porsche, a fabricar únicamente 911 y derivados. No olvidemos al Porsche 914, que a pesar de haber recibido una buena crítica por casi todo aquel que se ha puesto a sus mandos, no logró las ventas esperadas por su diseño y por ser un coche desarrollado por Volkswagen.

La puesta en escena del Porsche 924 fue todo un atrevimiento por parte de la compañía. De primeras, procedía de un proyecto cancelado por Volkswagen y que, dado que necesitaban nuevos productos, Porsche acabó por absorber. Tenía el motor colocado por delante del habitáculo, con cuatro cilindros y para colmo, refrigerado por líquido. Y ya, para rematar el despropósito –a ojos de los fanáticos, claro está–, el motor era de origen Volkswagen.

porsche 924 (4)

En primera instancia, el Porsche 924 contaba con un motor “dos litros” con 125 CV, una cifra que hoy día es impensable en un Porsche. Fue criticado por ser bastante menos potente que un 911, pero el posicionamiento del modelo estaba, precisamente, por debajo del “Nueveonce”. Hablamos del Porsche “para las masas”, el coche que se creó para llenar las arcas y poder sanear las cuentas. Además, resultó ser un modelo con un poco de sobrepeso para los estándares de la época, y eso que hablamos de 1.140 kilos.

Para poder venderse en masa, era imprescindible que fuera económico, todo lo económico que puede ser un Porsche, así que también se recurrió al Grupo Volkswagen para diferentes componentes, como la caja de cambios, originalmente con cuatro relaciones y de origen Audi, que en 1979 pasó a ser de cinco relaciones, aunque seguía suministrada por la firma de los aros. Montó frenos traseros de tambor, asientos sin piel… todo para llegar a las tiendas un 40% más barato que el 911.

Algunas revistas de la época ya empezaban sus artículos sobre el 924, poniendo en cuestión si, realmente, este coche era un auténtico Porsche, pues se había renegado por completo de los “sagrados” principios de la compañía. Además, las prestaciones no era “de Porsche”. Básicamente, los “porschistas” más acérrimos lo tenían claro: no era un Porsche, a pesar de que el diseño era de Porsche y la producción también era de Porsche. El motor era Audi, porque no se fabricaban motores de cuatro cilindros en Stuttgart.

En España, Arturo de Andrés lo catalogó como “rigurosamente neutro” en su prueba, publicada en la revista Autopista nº 1.109, del 12 de junio de 1980.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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José Alejandro Murcia
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José Alejandro Murcia

Gracias por la reseña, amo mi 924 y lo disfruto mucho


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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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