Coche del día: Hyundai Accent 1.5 CRDi GLS SE Mundial 2002 (LC)

Coche del día: Hyundai Accent 1.5 CRDi GLS SE Mundial 2002 (LC)

Un coreano muy futbolero


Tiempo de lectura: 4 min.

El Hyundai Accent 1.5 CRDI GLS SE Mundial 2002, como su nombre indica, fue una serie especial limitada de la marca coreana para celebrar el mundial de fútbol de aquel año. Se celebró de forma conjunta en Corea del Sur y Japón. Al igual que el resto de los productos de Hyundai, el Accent se caracterizaba por tener una calidad más que aceptable por un precio muy competitivo.

Para los poco más de los 4 metros que mide su espacio interior era bastante aprovechable para cuatro adultos. El asiento del conductor tenía reglajes manuales de la banqueta que se ejecutaban mediante ruletas, y el volante contaba solo con regulación en altura. Resultaban bastante cómodos para viajes largos ya que la distribución y dureza de la espuma era uniforme en toda su estructura, aunque la sujección lateral era algo escasa.

En las plazas delanteras nos podíamos encontrar numerosos huecos para dejar objetos de todo tipo y tamaño, destacando un cajón con tapa situado frente a la rodilla izquierda del conductor; algunos de los demás huecos contaban con una base de goma extraíble para poderse lavar.

Hyundai Accent LC 3

Con este  acabado GLS SE (Serie Especial)  llevaba elevalunas y retrovisores eléctricos, cierre centralizado, radiocasete, airbags delanteros, aire acondicionado, volante y pomo de la palanca de cambios forrados en piel, llantas de aleación de 14 pulgadas abrazadas por neumáticos de medidas 185/60 R14, reposabrazos en el lateral derecho del asiento del conductor, faros antiniebla, alarma integrada en el mando a distancia y algunos logos específicos repartidos por la carrocería.

El espacio trasero era el correcto para dos adultos, con espacio algo escaso para las piernas, y en el caso de que el conductor fuese de gran envergadura el pasajero trasero tendría problemas para encajar sus rodillas. La altura en estas plazas era de 90 centímetros. La capacidad del maletero oscilaba entre los 320 litros de la versión de cuatro puertas y los 370 litros de la versión de cinco puertas.

El propulsor que movía al Accent fue diseñado por la compañía americana Detroit Diésel y fabricado por Hyundai Motor Company (HMC). Este motor contaba con un bloque tricilíndrico -como vemos el downsizing no es una tecnología recién implantada- con 1,5 litros de cilindrada, con alimentación por inyección directa common rail, culata de cuatro válvulas por cilindro y turbocompresor, entregando 82 CV a 4.000 RPM y 184 Nm de par motor máximo a 1.900-2.600 RPM.

Hyundai Accent LC 1

Con estos valores conseguía alcanzar unos aceptables 170 km/h. Este motor era el mismo que el del Hyundai Matrix, que derivaba del cuatro cilindros del Elantra CRDi, con el que compartía el 70 % de sus elementos. Para contrarrestar las vibraciones propias de estos motores se le dotó de árboles de equilibrado.

Este motor entregaba la potencia de una forma muy progresiva y suave, con fuerza incluso desde regímenes muy bajos y con el aire acondicionado conectado; además movía con soltura la carrocería del Accent. Resultaba más ruidoso y vibraba más que otros motores de sus competidores, como el 1.5 dCi de Renault, y similar a otros, como el 1.8 TDdi de Ford.

A bajas velocidades era más ruidoso que a alto ritmo, donde se escuchaban más los ruidos aerodinámicos, pero sin llegar a ser molesto. Su caja de cambios, manual de cinco velocidades, funcionaba bastante bien y el accionamiento de la palanca era fácil y rápido.

Hyundai Accent LC 4

En el apartado de suspensiones se pensó sobre todo en el confort de los pasajeros. Los ingenieros diseñaron una suspensión blanda, en detrimento del comportamiento, algo normal en un coche de corte familiar. La dirección era efectiva, con la asistencia adecuada para facilitar las maniobras en ciudad, y con un buen grado de dureza para circular a altas velocidades por vías rápidas.

En carretera era un coche fácil de conducir, seguro y de reacciones suaves, pero menos estable que un Mégane o un Focus. Resultaba muy subvirador, por lo cual había que negociar las curvas con cuidado

En lo referente al equipo de frenos destacar como aspecto negativo el carácter opcional del ABS, casi imprescindible para controlar el subviraje. Con todo, no frenaba mal, a pesar de los 100 kg de sobrepeso que suponía el propulsor diésel con respecto a su homólogo de gasolina. En el eje delantero llevaba discos ventilados, y en el trasero… tambores. Los consumos resultaban muy aquilatados, con un consumo medio real de 6,5 l 100 km, lo que le daba una autonomía de 700 km con un depósito de combustible de 45 litros.

Por último, disculpad que las fotos no se correspondan a este modelo concreto, no las hemos conseguido y son las que más se parecen.

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Ginés de los Reyes

Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...

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Un amigo a comprado uno por poco dinero poco más de 1000 euros y no está nada mal mejor que un saxo de 58 CV que le valía más caro.


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