Coche del día: Ford Fiesta Sport 1.6 Duratec (Mk. VI)

Coche del día: Ford Fiesta Sport 1.6 Duratec (Mk. VI)

Un discreto pero matón pelotilla racing


Tiempo de lectura: 2 min.

Lo más seguro es que un “vulgar” Ford Fiesta con motor gasolina de 100 CV pase totalmente desapercibido en una web de coches usados o un compraventa, especialmente si tiene más de 10 años. Y de este “vulgar” coche tengo un recuerdo tan bonito y agradable como cuando di mi primer beso a la mujer que amaba. Fue en 2006, pero es como si hubiese sido ayer.

Este coche tenía, según ficha técnica, 100 CV, aceleración de 0 a 100 km/h en 11 segundos y una punta de 184 km/h, prácticamente igual que el Prius que conduzco a diario. La sensación subjetiva que recuerdo es la de ir en un cohete, iba tumbando agujas a todas partes, estrujando sin piedad las primeras tres relaciones. Estoy prácticamente convencido de que mi unidad de prensa estaba convenientemente “afinada” para correr más, prueba de que el coche, poder, podía. Dejaba en ridículo a alternativas como Fiat Punto Sporting o Chevrolet Kalos Sport con motores 1.4 de 100 CV o menos.

Solo costaba 2.000 euros menos que el Fiesta ST de esa generación, el 2.0 16v de 150 CV sin turbo. Este modelo tenía lagunas muy reprochables, como falta de equipamiento, calzar frenos de tambor atrás o no poder equipar ESP ni en opción. En autovía era ruidoso y tragón, pues a 125 km/h circulaba en quinta a 4.000 revoluciones, y cuando uno sacaba el espíritu RACER de paseo era posible hacer medias de 9 l/100 km. Homologaba 6,4 l/100 km, de la época en la que uno aún se podía fiar de ese dato.

Muchas veces me he visto tentado de gastarme 2.000-3.000 euros en un superviviente y apañarlo. Como tiene un motor archiprobado, sin turbo, sin gaitas, y sin un cilindro amputado, miedo a averías de motor, pocas. Dándome a elegir un Fiesta ST nuevo de tres cilindros y uno de estos con 200.000 kilómetros, mi elección es obvia, y me ofenderé para el que dude por la primera.

Con el paquete Ford GT, podía ir decorado con dos bandas longitudinales de pintura que le daban un efecto muy chulo, incluía las lunas traseras tintadas

Paragolpes y frontal con decoración específica, suspensión rebajada 10 mm, interior bitono, podías “hablar” con él (con el sistema V2C), asientos con contorno deportivo, menos de 1.200 kg en orden de marcha… En definitiva, era un coche para pasárselo “teta” conduciendo. También hubo un diésel de 90 CV, aunque se dirigía a clientes distintos, el gasolina era para los de “gasoil para los tractores o las calderas”.

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Sobre mí

Javier Costas

Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes). Tras haber conducido más de 400 coches aquí sigo, divulgando y aprendiendo a partes iguales sobre las cuatro ruedas. Vosotros habéis hecho que se convierta en mi pasión.

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Albertus Gorzón
Invitado
Albertus Gorzón

Yo tengo el 2.0 duratec de 150 cv y no lo pienso vender. Con Esp y abs va genial. Cambiado ya la bomba de agua y la correa auxiliar. Pensaba hacerme con el nuevo fiesta st pero eso de los 3 cilindros me asusta. Una cosa son 125 cv y otra 200 cv, para 3 cilindros. Tendré que hacerme con un gti de bolsillo pero cual.

Txesz
Mecánico
Txesz

Yo la verdad es que hubiese pagado los casi 2000 € extra para comprarme un… Swift Sport de 125 cv, que dinamicamente se hacía un llavero con ambos Fiesta. Y esteticamente también, aunque sólo fuese porque tuvo menos difusión y era, por tanto, más “exclusivo”.

Claro que he de reconocer que esa generación del Fiesta me resulta con diferencia la más fea de todas. Sólo me plantearía su compra si por 20.000€ hubiesen ofecido una versión con el motor del Focus I RS…


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Pablo Mayo

Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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