La primera generación del Ford Fiesta, aparecida en 1976, fue un proyecto que aprobó el mismísimo Henry Ford II tras la puesta en escena del Renault 5 y del FIAT 127 –SEAT 127 en España, recordad–. Además, fue el primer Ford con sus características –el coche más pequeño vendido por Ford, tracción delantera, motor transversal… –.

El segmento de los utilitarios ganó mucho peso a finales de los 70, pues no debemos olvidar que fue la década de la crisis del petróleo y por si fuera poco, las grandes ciudades empezaban a estar muy masificadas, cada día faltaba más espacio y los coches pequeños empezaron a ganar popularidad, Esto, claro, entre otras cosas, como una nueva generación de conductores que buscaban otra clase de coches.

Así, el Fiesta, nombre que escogió también el propio Henry Ford –y que General Motors, a pesar de tenerlo registrado, lo decidió gratuitamente–, se convirtió en un éxito y en uno de los rivales a batir entre los de su clase. La verdad es que aquella época tuvo un segmento utilitario muy competido en todos los sentidos.

Incluso se permitían el lujo de lanzar versiones lujosas, todo lo lujoso que se entendía un coche como el Ford Fiesta a finales de los 70 y comienzos de los 80. Versiones que en Ford llevaban el logo de Ghia. El Ford Fiesta Ghia era el máximo exponente de refinamiento en la gama, y también uno de los más potentes al poder escoger el propulsor de 1,3 litros, el mismo que los 1.3 S y Supersport.

La versión Ghia era, básicamente, un acabado, que se podía escoger con el motor 1.1 y con el mencionado 1.3, el más potente que tenía la gama Fiesta en aquel momento. Un cuatro cilindros de 1.297 centímetros cúbicos con 66 CV DIN, encargados de mover un peso en orden de marcha de 770 CV –relación peso-potencia de 11,6 kg/CV–.

Pero no solo tenía el motor más potente, también presumía de adornos “de madera” en el salpicadero –que además era “acolchado”–, por ejemplo, marco cromado para las ventanillas laterales, volante de cuatro brazos, llantas de aleación, suelo del maletero enmoquetado…

El lujo, y más en estos coches pequeños, se entendía de otra forma en aquellos años, como el hecho de llevar las puertas guarnecidas en su totalidad. Otro detalle adicional era la diferencia de tarado en algunos elementos.

Las versiones Ghia se mantuvieron en la gama del Fiesta hasta casi su desaparición, algo que ocurrió en 2023 tras millones de unidades fabricadas.