FIAT, La Macchina. ¿Te acuerdas de este eslogan? Si ya has visto unas primaveras seguro que te acuerdas. Era el eslogan que la firma italiana empleó para uno de sus coches más interesantes, al cual, llamó simplemente Coupé. Era una época en la que Internet era un futuro muy lejano y ni siquiera se había imaginado, siendo la tele la principal fuente de información y si, de publicidad también, aunque todavía no se había llegado al despropósito de anuncios al que se llegó después.

Corría el año 1993 y se estaba en pleno mes de noviembre, pero en FIAT decidieron que era un momento perfecto para representar un coche que ha terminado por ser uno de los más queridos de la historia de la firma, al menos de la historia más reciente, claro. Si le decimos a un purista de los coches antiguos que el Coupé es más querido que, por ejemplo, un Nuova 500, seguramente nos mire de arriba abajo y pensará que no tenemos ni idea. Y tendrá razón, pero si hay que elegir un modelo de la firma italiana fabricado en los años 90, ese sin duda sería La Macchina.

La llegada del FIAT Coupé suponía regresar a un segmento en el que FIAT llevaba sin estar presente desde 1979. En todo ese tiempo, las cosas habían cambiado bastante, aunque supieron adaptarse a la perfección y además, contrataron a Pininfarina para que le diera forma –un detalle que FIAT aprovechó muy bien para su estrategia de marketing–. Y como era de esperar, en Pininfarina lograron un coche destilaba personalidad y carisma por todos sus poros, sin tener que recurrir a formas extrañas o recargadas, como se hace actualmente cuando se quiere llamar mucho la atención Algunos diseñadores deberían echar un vistazo atrás para tener una idea clara de como dibujar un coche con “cuatro líneas” y que sea un rotundo éxito.

Aquel diseño fue obra del polémico Chris Bangle, un dato que siempre que se habla de este coche es imposible evitar mencionar, básicamente, porque los diseños polémicos en BMW comenzaron su llegada a la firma alemana.

El FIAT Coupé hacía uso de infinidad de elementos procedentes del banco de órganos de FIAT. Por ejemplo, la plataforma era la del FIAT Tipo, la misma que dio soporte a coches como el Alfa 145 –también diseñado por Chris Bangle, por cierto–, al Lancia Dedra y al Delta, a los Alfa Romeo 145/146, al Alfa Romeo GTV, al FIAT Tempra… fue convenientemente adaptada, obviamente, con vías más anchas y nuevos brazos de suspensión para conseguir un comportamiento mucho más dinámico y deportivo.

Bajo el capó, durante los primeros compases de su comercialización, el Coupé solo se ofreció con 2.0 16v que procedía del FIAT Tipo Sedicivalvole. Rendía, en este caso, 142 CV a 6.000 revoluciones y 180 Nm a 4.500 revoluciones, mientras que se acoplaba a un cambio manual de cinco relaciones. Hoy parece poca cosa, nos hemos acostumbrado a que cualquier coche tenga una potencia similar, pero en aquel momento –1994– era una buena cifra. Con ella, según FIAT, podía acelerar de 0 a 100 km/h en 9,2 segundos, completar los 400 metros con salida parada en 16,9 segundos y el kilómetro con salida parada en 31,2 segundos. La velocidad máxima era de 205 km/h.