Durante una temporada, y todo por “culpa” del Mercedes SLK, los descapotables con techo de lona estuvieron cerca de desaparecer, o eso al menos es lo que parecía. Los fabricantes se inclinaron por ofrecer descapotables con techo duro plegable, como lo hizo el alemán y el mercado comenzó a ver como aparecían toda clase de opciones con ese tipo de techo. Incluso para el Mazda MX-5 se decantaron por esa opción.

El Mazda MX-5, cuando se lanzó la tercera generación –conocida como NC–, ya se había convertido en el roadster más vendido del mundo y hasta el momento, año 2006, las tendencias no eran cuestiones en las que Mazda se fijara para su modelo estrella. No obstante, como a veces ocurre, hubo una cosa que sí hizo que en Mazda se lo plantearas: el Mercedes SLK, con su techo duro retráctil, tenía un enorme tirón comercial. ¿Por qué no probarlo en su pequeño roadster?. En aquel momento, la segunda generación del modelo alemán llevaba apenas dos años a la venta y la repercusión, como siempre en el modelo germano, era alta.

Cuando apareció el Mazda MX-5 Roadster Coupé, solo había pasado un año desde el inicio de las ventas de esta generación del roadster japones, una con la que nadie parecía estar contento con su imagen, aunque las ventas seguían por el mismo camino que en generaciones anteriores. Por eso, quizá, lanzar una versión con techo duro plegable era algo arriesgado. Todos los “roadster coupé”, a excepción de algunos modelos contados con los dedos de una mano, suelen tener una línea poco armoniosa, provocado por una parte trasera más voluminosa, obligatoria para guardar el techo una ve recogido. De hecho, incluso se tiene una línea poco armoniosa con el techo también extendido, como si los diseñadores e ingenieros hubieran tenido una enorme discusión y nunca hubieran llegado a ponerse de acuerdo.

Hubo coches que se escaparon de dicha situación, como el mencionado SLK, el BMW Serie 3 Cabrio –sí, se ofreció con techo metálico plegable–, el Opel Astra Twin Top y por supuesto, el Mazda MX-5 Roadster Coupé. De hecho, el modelo alemán presentó un diseño realmente cuidado, pues con el techo retirado nadie sabría que su techo no era de lona. El objetivo era que, pasara lo que pasara, la línea del Mazda MX-5 quedara imperturbable, ya se la estaban jugando frente a los puristas y ellos lo sabían. De hecho, la denominación de “roadster coupé” se usó solo en Europa, donde este tipo de cosas parecen ser menos problemáticas –por ejemplo, en Francia llegó a superar las ventas de MX-5 con techo de lona–.

Con respecto al resto de versiones con techo de lona, el MX-5 Roadster Coupé no cambiaba mucho ni siquiera en el peso, pues sumaba solo 37 kilos adicionales. El diseño del techo metálico se cuidó muchísimo incuso en su posición de plegado, y lograba ofrecer el mismo maletero que las versiones con techo de lona: 150 litros, tanto si el techo está plegado o extendido. Un detalle elogiable en un coche descapotable con techo metálico, y además, del tamaño del MX-5. El techo se retiraba en 12 segundos, no se podía accionar en marcha y requería de accionar un desbloqueo manual antes de apretar el botón para plegar el techo.